El VIH en los medios: estigma y morbo
La prensa sigue resaltando pr¨¢cticas menores como el ¡®chemsex¡¯ o el ¡®bugchasing¡¯, en lugar de centrarse en la prevenci¨®n y los nuevos tratamientos
En 1981, el Centro de Control de Enfermedades de Atlanta public¨® los primeros casos del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH). Se diagnostic¨® en cinco varones homosexuales internados en varios hospitales de Los ?ngeles. Entonces, la prensa y las televisiones estadounidenses extendieron la denominaci¨®n del c¨¢ncer gay. Relacionaron la infecci¨®n, causante del sida, con este colectivo concreto. Luego se sumar¨ªan las prostitutas y los drogodependientes. Han pasado casi cuatro d¨¦cadas y el estigma permanece. A pesar de que los datos han demostrado que la dolencia puede afectar a cualquier persona, indistintamente de su orientaci¨®n sexual o profesi¨®n.
No hay m¨¢s que ver las cifras m¨¢s recientes. En Espa?a, seg¨²n el ¨²ltimo estudio del Ministerio de Sanidad, se detectaron 3.353 casos nuevos en 2016. Unos 10 al d¨ªa. Con un 26,5% de transmisi¨®n heterosexual y apenas un 3,6% por inyecci¨®n de drogas. Sin embargo, un recorrido mental por algunas noticias que han resaltado la vigencia del virus deriva en temas como el chemsex ¡ªreuniones de sexo sin protecci¨®n y consumo de estupefacientes¡ª o el bugchasing, la b¨²squeda voluntaria del bicho. Pr¨¢cticas minoritarias, tal y como expusieron este mi¨¦rcoles Mili Hern¨¢ndez, editora y fundadora de la librer¨ªa Berkana, Jorge Garrido, director de la asociaci¨®n Apoyo Positivo, Juan Roures, periodista en M21Radio y el cr¨ªtico de cine Yago Garc¨ªa. El encuentro se produjo en la presentaci¨®n del filme franc¨¦s 120 pulsaciones por minuto, que se entrena en Espa?a el pr¨®ximo 19 de enero, y vers¨® en torno a la representaci¨®n de VIH en pel¨ªculas, libros y medios de comunicaci¨®n.
¡°Se ha creado cierta conciencia a golpe de titulares y existe desinformaci¨®n en los j¨®venes. Se resalta un fen¨®meno m¨ªnimo en lugar de hablar de prevenci¨®n o de los nuevos tratamientos. Hay mucha pol¨ªtica desde los medios. Falta inter¨¦s y tienen una gran responsabilidad. Eso es continuar con el estigma¡±, reflexion¨® Garrido. ¡°No les gusta la normalidad, siguen apostando por el morbo¡±, apostill¨® Hern¨¢ndez, que rememor¨® sus a?os en Estados Unidos bajo el yugo de ese mencionado c¨¢ncer gay cuando las lesbianas tambi¨¦n estaban incluidas en esa categor¨ªa. Ambos, junto a sus compa?eros de debate, insistieron en que la imagen del enfermo del VIH suele corresponderse con la de ¡°hombre blanco homosexual¡± y se desde?a que gran parte de los 40 millones de casos y fallecimientos ocurren en pa¨ªses africanos o asi¨¢ticos. ¡°No vemos la realidad del sida actual, sino del VIH occidental¡±, matizaron.
Una mirada etnocentrista, coincidieron, que tambi¨¦n se produce en series de televisi¨®n y cine. Desde la irrupci¨®n en taquilla de Philadelphia, en el a?o 1993, con un abogado encarnado por el actor Tom Hanks, no hay tantas producciones que se hayan detenido en mostrar todas las aristas del VIH-sida. ¡°Se nota una fijaci¨®n por el gay blanco. Y se suele tratar desde un plano m¨¢s individual¡±, apunt¨® Yago Garc¨ªa mientras a su espalada desfilaban fotogramas de los telefilmes Amor fatal (1992), En el filo de la duda (1993) o una de las cintas m¨¢s recientes, Dallas Buyers Club (2013). Por norma general, incidieron, el enfoque hacia este virus no ha dejado de se?alar al homosexual que contrae VIH como ¡°castigo¡± por su comportamiento. Como consecuencia de experiencias promiscuas.
Al otro lado del espectro audiovisual se incluyen la controvertida Kids, de 1995, o la exhibida en el acto, 120 pulsaciones por minuto, galardonada con el Gran Premio del Jurado en el pasado festival de Cannes. En este largometraje se aborda el papel de Act up Par¨ªs, una agrupaci¨®n derivada de la matriz neoyorquina que emprendi¨® su lucha por la sensibilizaci¨®n del VIH durante los a?os noventa, cuando ¨Cseg¨²n narran en los primeros minutos- se produc¨ªan en Francia 6.000 infecciones al a?o, el doble que en Alemania o Inglaterra. Y cuando, tal y como expresan al inicio, la mayor¨ªa cre¨ªa que usar preservativo era ¡°un signo de desconfianza o de vida sexual muy activa¡±.
¡°La respuesta institucional es muy tard¨ªa, como la respuesta del cine. Y el desconocimiento siempre lleva a la estupidez¡±, anot¨® Roures. El VIH, del que a¨²n se investiga su origen, ha sido calificado como la gran pandemia del siglo XX. La Organizaci¨®n Mundial de la Salud afirma que ¡°sigue siendo uno de los m¨¢s graves problemas de salud p¨²blica del mundo¡± y calcula que 36,7 millones de personas de todo el mundo viv¨ªan en 2016 con el virus. De ah¨ª que uno de los principales objetivos de la oficina del VIH/sida de la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas (Onusida) sea acabar con la epidemia para 2030. De momento, este organismo internacional expone grandes avances en su erradicaci¨®n: en el informe de 2017 destaca que el 81% de personas con el virus conoce su estado serol¨®gico, un 72% de estos recibe tratamiento y un 79% tiene la carga viral suprimida, es decir, con una presencia casi inexistente en sangre y semen.
No vemos la realidad del sida actual, sino del VIH occidental
Factor esencial en el progreso de la dolencia, que ha pasado de deteriorar el sistema inmunitario hasta la muerte ¡ªgeneralmente provocada por alguna infecci¨®n o c¨¢ncer¡ª a ser algo cr¨®nico, posibilitando una vida pr¨¢cticamente similar a la de los no afectados. De hecho, la medicaci¨®n antiviral continuada puede conseguir que la transmisi¨®n del VIH entre parejas o de forma horizontal (madre-hijo) sea pr¨¢cticamente eliminada y la investigaci¨®n en posibles vacunas o pastillas preventivas pretenden eliminar las infecciones en un futuro pr¨®ximo. ¡°No se retratan estas novedades. Y da la sensaci¨®n de que, cuando salen, solo se mira hacia un lado: por ejemplo, se habla de la profilaxis que evita la infecci¨®n del feto en embarazadas, pero no de esta misma medicaci¨®n en el homosexual con pareja. En este caso se le tacha de promiscuo, con tintes peyorativos, de sexualidad libre o marginal¡±, lament¨® Jorge Garrido, que incluso culp¨® al propio colectivo LGTB de ¡°ser¨®fobo¡± (rechazo a los seropositivos) e hizo hincapi¨¦ en ¡°no tirar balones fuera¡±. ¡°Al final, la sociedad refleja c¨®mo nos tratamos los unos a los otros¡±, concluy¨®.
Dictamen que Mili Hern¨¢ndez complement¨® aludiendo al papel que los homosexuales han tenido que desempe?ar en la visibilizaci¨®n de sus batallas: ¡°Siempre nos hemos visto obligados a dar un paso al frente, a sacarlo a la luz, a reivindicarlo¡±, exclam¨®, vinculando esta pelea a la que han hecho muchos escritores o directores por hablar del tema desde su propia posici¨®n gay. Fij¨¢ndonos en Espa?a, una de las pel¨ªculas que ha tratado el VIH es Todo sobre mi madre, de Pedro Almod¨®var. Anteriormente, algunas de la ¨¦poca del denominado cine quinqui (en la que hasta los propios autores fallec¨ªan por la enfermedad) y en este a?o, la reciente Verano 1993, que gira a su alrededor del virus sin nombrarlo en ning¨²n momento. ¡°La primera interacci¨®n de cine y sida en Holywood fue la muerte de Rock Hudson, que cre¨® en la industria una reacci¨®n de angustia¡±, agreg¨® Garc¨ªa.
La desaparici¨®n del actor a los 59 a?os ¡°abri¨® los ojos al drama del sida¡±, seg¨²n titulaba la BBC, por recaer en una figura que todos calificaban como la de un gal¨¢n (¡°ep¨ªtome de la masculinidad¡±, describen). A ¨¦l se le enterr¨® bajo las iniciales en may¨²sculas del sida. Una conducta no tan habitual en el presente, donde se oculta a menudo la enfermedad con expresiones del tipo ¡°una larga enfermedad¡± o ¡°complicaciones cardiorrespiratorias¡±. ¡°Hay m¨¢s informaci¨®n. Hace a?os, llamaban a nuestra tienda d¨ªa s¨ª, d¨ªa no para preguntar sobre dudas del VIH. Ahora, no¡±, sostuvo Hern¨¢ndez, ¡°pero no es gracias a los medios¡±. Estos, zanj¨®, est¨¢n m¨¢s preocupados por el sensacionalismo y por mantener el estigma de que es cosa de homosexuales, prostitutas o drogadictos.
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