No, acostarse con una virgen no cura el sida
Miles de j¨®venes de Calcuta (India), en el mayor prost¨ªbulo de Asia, corren el riesgo de contraer VIH porque crece el n¨²mero de contagiados que creen que derrotar¨¢n al virus practicando sexo con ni?as
En Sonagachi, el principal "barrio rojo" de Calcuta, las trabajadoras del sexo y las ONG que las asisten han advertido una tendencia preocupante: cada vez m¨¢s clientes piden ni?as v¨ªrgenes. Detr¨¢s de este aumento, explican, est¨¢ la emigraci¨®n interna en masa del campo a la ciudad, sumada a la creencia arraigada entre algunos hombres de que, si tienen relaciones sexuales con una virgen, se curar¨¢n del sida o quedar¨¢n protegidos frente a la enfermedad. De este modo, ponen a muchas ni?as y j¨®venes en peligro de contraer el virus en un pa¨ªs en el que la epidemia de sida ya es la tercera del mundo.
Ruchira Gupta, fundadora de Apne Aap, una ONG que lucha contra la trata de personas, afirma que en los ¨²ltimos meses se ha observado un r¨¢pido incremento del n¨²mero de hombres que preguntan por menores de 18 a?os supuestamente v¨ªrgenes. Algunas de las ni?as que viven en los albergues de Apne Aap no tienen m¨¢s de ocho o nueve a?os. "Las cifras son cada vez mayores, y la edad, menor", denuncia.
El mito de la purificaci¨®n por una virgen tiene una larga y preocupante historia. La pr¨¢ctica surgi¨® en Sud¨¢frica y Zimbabue en la d¨¦cada de los noventa, en el apogeo de la epidemia de sida, y se propag¨® a diversas zonas de India y el sudeste de Asia.
Nacida de la desesperaci¨®n social y econ¨®mica, las creencias m¨ªsticas y la falta de formaci¨®n, se pensaba que en India hab¨ªa desaparecido. Sin embargo, diversas fuentes informan de que no solo sigue siendo habitual, sino que se est¨¢ generalizando a medida que millones de emigrantes se trasladan a Calcuta procedentes del campo y del vecino Banglad¨¦s.
Los clientes est¨¢n dispuestos a pagar hasta 1.600 d¨®lares por una ni?a virgen
Muchos habitantes de la ciudad viven en la pobreza extrema, lo cual los convierte en el blanco principal de la inmensa industria del tr¨¢fico sexual de India. Seg¨²n las estad¨ªsticas oficiales, en 2015 desaparec¨ªan diariamente 400 mujeres y ni?as en el pa¨ªs, y los activistas calculan que en ¨¦l hay entre tres y nueve millones de v¨ªctimas de la trata de personas.
Buena parte de ellas acaba en Sonagachi, uno de los centros de la trata de personas del sur de Asia. Seg¨²n dicen, el barrio rojo m¨¢s grande del continente es un laberinto de callejuelas y ruinosos prost¨ªbulos en el que se calcula que viven entre 10.000 y 15.000 trabajadoras del sexo con sus hijos.
En un peque?o centro comunitario dirigido por Apne Aap, un grupo de mujeres y sus hijos se api?an en una de las sesiones colectivas semanales. Cuando se le pregunta por la pr¨¢ctica de la curaci¨®n mediante el coito con una virgen, una de las mujeres asiente con la cabeza y luego hace gestos se?alando la habitaci¨®n. No quiere hablar del tema delante de los ni?os.
"En Sonagachi es del dominio p¨²blico", reconoce Laboni Basu, coordinadora de proyectos de Apne Aap en Calcuta. "No hay cifras, pero las chicas de aqu¨ª me dicen que est¨¢ muy extendida. Los que lo hacen son hombres ricos. Gastan un mont¨®n de dinero en conseguir una virgen apropiada. Est¨¢n dispuestos a pagar por ella casi lo que sea. 50.000, 100.000 rupias (entre 800 y 1.600 d¨®lares); m¨¢s si es necesario".
Sahjana das Gupta, una trabajadora social que lleva 35 a?os prestando asistencia en los barrios de Calcuta donde se practica la prostituci¨®n, asegura que es muy frecuente. "La virgen contrae la enfermedad y las cosas est¨¢n empeorando".
En India y en Nepal est¨¢ muy extendida la idea de que las ni?as son semidiosas. Urmi Basu, fundadora de New Light, una ONG que trabaja con personas seropositivas en algunos de los barrios m¨¢s pobres de Calcuta, se?ala que hay hombres seropositivos que se acuestan con v¨ªrgenes con la esperanza de recibir una bendici¨®n de la diosa y curarse de su enfermedad. "Tiene un efecto absolutamente devastador para la vida de las ni?as que viven en el barrio de los prost¨ªbulos", denuncia.
En India hay alrededor de 2,1 millones de personas infectadas con el VIH. Si bien se han conseguido avances en la lucha contra la enfermedad ¡ªlos nuevos casos de infecci¨®n se han reducido a casi la mitad a lo largo de la pasada d¨¦cada¡ª, el Programa Conjunto de Naciones Unidas sobre el VIH/sida informa de que, en 2016, solo alrededor de un 53% de los adultos que padec¨ªan la enfermedad tuvieron acceso al tratamiento antirretroviral.
Un problema crucial al que se enfrentan las ONG es que, en India, sigue siendo tab¨² hablar del sida. Adem¨¢s, el virus afecta mucho m¨¢s a las personas de castas y extracci¨®n socioecon¨®mica inferiores, que no suelen tener acceso a los servicios m¨¦dicos. Los grupos sociales como las prostitutas o la comunidad transexual son especialmente vulnerables, y el estado de Bengala Occidental ha registrado un incremento del n¨²mero de casos en los ¨²ltimos a?os.
Muchas personas infectadas no saben nada del sida, o si sospechan que han contra¨ªdo la enfermedad, no se lo dicen a su familia ni a los m¨¦dicos. Algunas incluso intentan automedicarse. A la pregunta de si se est¨¢ haciendo lo bastante para concienciar del VIH y el sida, la fundadora de New Light responde: "En una palabra: no. No se hace lo suficiente para que la gente, en especial los j¨®venes, sean conscientes de la naturaleza de su estado. En los institutos y en la universidad se habla muy poco del sida".
En India alrededor de 2,1 millones de personas tienen VIH, pero solo el 53% dispone de acceso a antirretrovirales
Urmi se?ala que el 1 de diciembre, D¨ªa Mundial del Sida, es una de las pocas ocasiones en las que se realizan acciones generalizadas de sensibilizaci¨®n. "Podemos traer los mejores m¨¦dicos, los mejores terapeutas y profesionales de la salud, pero, ?qu¨¦ podemos hacer con la actitud de la gente [hacia la enfermedad]?", se pregunta. "Hagan lo que hagan el Gobierno o la administraci¨®n, el miedo y la estigmatizaci¨®n que lo rodean [al sida] est¨¢n muy arraigados. A veces se considera la lepra de nuestros d¨ªas".
Dipesh Tank, director de proyectos de la Fundaci¨®n Rescue, un grupo que rescata a las ni?as de la esclavitud sexual en toda India, est¨¢ de acuerdo en que la mejor manera de acabar con la pr¨¢ctica de la purificaci¨®n es desmontar el mito que la alimenta. "El Gobierno y las autoridades tienen que tomar medidas inmediatamente. Hay que identificar las zonas y las regiones en las que [la pr¨¢ctica] es habitual y poner en marcha programas p¨²blicos de sensibilizaci¨®n a gran escala", exige. "Tenemos que ponerle fin ya".
Este texto fue publicado originalmente en ingl¨¦s en la p¨¢gina web de Newsdeeply en este enlace.
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