"Hemos de ser capaces de definir los derechos de una ciudadan¨ªa global"

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El pasado 8 de diciembre, en la ciudad China de Hangzhou y ante m¨¢s de 300 l¨ªderes locales de m¨¢s de 40 pa¨ªses, Emilia Saiz fue proclamada la nueva Secretaria General de Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU). La organizaci¨®n, que con sede en Barcelona pretende ser la representante mundial de los gobiernos locales aut¨®nomos y democr¨¢ticos a trav¨¦s de la cooperaci¨®n ante la vasta comunidad internacional, se constituy¨® en el 2004 como heredera del centenario Movimiento Municipal Internacional.

Desde entonces, su crecimiento ha sido asombroso: actualmente representa a 240.000 ciudades y cinco billones de personas en el mundo, el 70 % de la poblaci¨®n mundial. Su presidente es el carism¨¢tico Mpho Parks Tau, exalcalde de Johannesburgo, y entre los seis copresidentes que tienen incluye Anne Hidalgo, alcaldesa de Paris; Ada Colau, alcaldesa de Barcelona; Wen Guohui, alcalde de Guangzhou; y Mauricio Rodas Espinel, alcalde de Quito.

Emilia Saiz nos recibe en la central barcelonesa de CGLU con esa tranquilidad y comodidad de quien lleva mucho tiempo haciendo el trabajo que le acaban de encomendar. Como Secretaria General Adjunta con Josep Roig, el ¨²ltimo Secretario General, llevaba muchos a?os trabajando codo a codo en la construcci¨®n y posicionamiento internacional de la organizaci¨®n. ¡°Este nombramiento ha sido un reconocimiento a la trayectoria y al trabajo de todo nuestro equipo estos ¨²ltimos a?os, con Josep Roig al frente¡± comenta confesando que desde que fue nominada, entre viajes y reuniones, no le ha dado tiempo ni de cambiarse de despacho

Pero la pasi¨®n de Emilia Saiz por las ciudades empez¨® mucho antes de que CGLU se constituyera. De hecho, empez¨® ya en su infancia, creciendo en un pueblo de apenas 100 personas de Cantabria, en el seno de una familia dedicada a la ganader¨ªa. ¡°La ciudad en esa ¨¦poca era la puerta al cine, al teatro, a las librer¨ªas. Viajaba todas las semanas para atender a clase de pintura, que era mi inter¨¦s original, y luego tuve la ocasi¨®n de viajar a ciudades europeas para seguir con mi formaci¨®n art¨ªstica¡±.

Emilia Saiz cuenta como su infancia estuvo marcada por el esfuerzo de sus padres para hacer cooperativas que ayudaran a las peque?as explotaciones ganaderas a resistir los cambios dr¨¢sticos que se impon¨ªan desde la Uni¨®n Europea. La mayor¨ªa desaparecieron y ello defini¨® en parte las decisiones que marcaron su carrera. ¡°En mi familia tuvimos claro que las decisiones ya no se tomaban localmente, ni siquiera nacionalmente, y por lo tanto, orient¨¦ mi vida hacia el ¨¢mbito internacional, estudiando derecho europeo en la escuela de ?msterdam¡±.

Uno de los aspectos que m¨¢s influenci¨® su vida, y por ende su orientaci¨®n profesional y su carrera, fue descubrir el principio de subsidiaridad, que determina cu¨¢ndo la Uni¨®n Europea es competente para legislar y contribuye a que las decisiones sean adoptadas lo m¨¢s cerca posible de los ciudadanos.

¡°Vivir el proceso de integraci¨®n europeo era apasionante¡± comenta recordando su estancia juvenil en ?msterdam ¡°pero yo sab¨ªa como afectaban algunas de esas decisiones localmente. Ten¨ªa demasiados conocidos en las cooperativas ganaderas de Cantabria que hab¨ªan acabado muy afectados por ese proceso. Por eso entend¨ª que el principio de subsidiariedad era tan fundamental para la gobernanza global¡±.

Quiz¨¢s por eso siempre se sinti¨® tan c¨®moda en esos espacios h¨ªbridos en los que se mueve CGLU, entre instituciones p¨²blicas locales, organismos internacionales y asociaciones de la sociedad civil. ¡°No hay que olvidar que durante muchos a?os, los gobiernos locales y las asociaciones de la sociedad civil estuvimos empujando hacia el mismo lado, reivindicando juntos los mismos derechos. Por eso, uno de los mayores legados de la Nueva Agenda Urbana y las negociaciones hacia la Agenda 2030, ha sido el largo proceso de trabajo participativo realizado conjuntamente con la sociedad civil¡±.

Cierto es, al margen de las numerosas y leg¨ªtimas cr¨ªticas que reivindican mayor representatividad de la sociedad civil, que desde H¨¢bitat II en Estambul son muchos los estados, gobiernos y organismos internacionales que reconocen que sin una participaci¨®n clara de los actores no estatales en la toma de decisiones de las agendas globales, la implementaci¨®n est¨¢ destinada al fracaso. Y ello afecta tanto a las organizaciones de sociedad civil como a las autoridades locales.

Pero el planteamiento de Emilia Saiz va m¨¢s all¨¢ de la participaci¨®n. ¡°Lo que es fundamental es que en el futuro podamos definir unos derechos de una ciudadan¨ªa global. Y eso solo se puede hacer desde la perspectiva local, desde las ciudades¡± comenta convencida de que el tiempo y el crecimiento demogr¨¢fico juegan a su favor. ¡°Por eso cuando hablamos de conseguir un asiento en las mesas de negociaci¨®n global, hemos de lograr que ese asiento sea el asiento de la ciudadan¨ªa¡±.

En este sentido, comenta que la participaci¨®n de las ciudades ha de marcar una gran diferencia sobre c¨®mo se ha gestionado el poder hasta ahora. Y ese es precisamente uno de los principales objetivos de CGLU: que la gobernanza global pase de un modelo de competencias a uno de solidaridad. Que se integre el concepto de territorialidad en los modelos de desarrollo, uno de los grandes olvidados en la formulaci¨®n de las agendas globales. En definitiva, que la sociedad que se quiere construir, en vez de definirla a partir de conceptos globales como hasta ahora, se construya con conceptos locales, partiendo de c¨®mo quiere vivir cada persona y escalando de abajo arriba, de lo local a lo global.