Riesgos del turismo

La inauguraci¨®n de Fitur y la excelente evoluci¨®n del mercado tur¨ªstico durante 2017, a pesar de algunos graves obst¨¢culos como la crisis pol¨ªtica en Catalu?a, ratifican que la industria tur¨ªstica se ha convertido en el principal motor de la reactivaci¨®n de la econom¨ªa espa?ola. Tambi¨¦n explica en parte las peculiaridades del mercado laboral espa?ol, puesto que el turismo es una actividad con fuerte influencia estacional y tendencia a utilizar la contrataci¨®n temporal como fundamento de su actividad. La evoluci¨®n del turismo presenta una trayectoria excepcional: durante 2017 llegaron a Espa?a 82 millones de visitantes extranjeros, un aumento espectacular en porcentaje (8,9%) y quinto r¨¦cord consecutivo anual; los ingresos se han disparado hasta los 87.000 millones de euros y Espa?a se ha convertido en el segundo pa¨ªs del mundo en llegadas tur¨ªsticas, por detr¨¢s de Francia. Caben pocas dudas de que sin esos cinco a?os tur¨ªsticos excelentes, las tasas de crecimiento hubieran sido m¨¢s bajas.

Las expectativas para 2018 son buenas, pero no est¨¢n exentas de riesgos. El petr¨®leo est¨¢ subiendo, lo cual constituye una amenaza para los costes de los transportes. Tambi¨¦n hay que contar con que pa¨ªses con una intensa atracci¨®n tur¨ªstica, como T¨²nez, Turqu¨ªa y Egipto, est¨¢n retornando lentamente al mercado despu¨¦s de las penalizaciones sufridas por atentados o convulsiones pol¨ªticas. Para Espa?a, el Brexit es un factor muy inquietante; puede da?ar las entradas e ingresos en las comunidades de la costa mediterr¨¢nea y las islas. Y, por supuesto, no ha sido despejada la inc¨®gnita Catalu?a. No hay forma de evadir la evidencia de que el mantenimiento de tensiones independentistas deprime el mercado en Catalu?a.

Estos riesgos se conocen y no hay m¨¢s remedio que afrontarlos, puesto que es muy dif¨ªcil actuar sobre sus causas. Lo que s¨ª es posible es articular una pol¨ªtica tur¨ªstica coherente que implique una regulaci¨®n integral m¨ªnima del mercado. Tiene que existir una coordinaci¨®n general entre las Administraciones p¨²blicas, para minimizar los efectos del boom tur¨ªstico sobre las infraestructuras y los servicios de las ciudades. Esa coordinaci¨®n tiene que ir desde la fijaci¨®n de impuestos o tasas para compensar la externalidad negativa del turismo hasta los incentivos que merecen las empresas para avanzar en la digitalizaci¨®n, decisiva en la reducci¨®n de costes. Por otra parte, ?no deber¨ªan los Gobiernos aut¨®nomos seguir el ejemplo de la comunidad balear, donde se han pactado subidas salariales significativas y avances en la estabilidad contractual para los trabajadores de las empresas tur¨ªsticas?

Cuidar el mercado tur¨ªstico no es sin¨®nimo de renunciar a regularlo. Por el contrario, esa regulaci¨®n permitir¨¢ renovar infraestructuras y servicios y facilitar as¨ª el crecimiento del mercado. A efectos macroecon¨®micos, no conviene olvidar que, en general, la terciarizaci¨®n de la econom¨ªa reduce la productividad global del sistema; por eso es necesario incentivar el turismo de m¨¢s calidad y concebir y estimular una pol¨ªtica industrial. El turismo es fundamental, pero no es el ¨²nico par¨¢metro de pol¨ªtica econ¨®mica.