Mutilaci¨®n sexual femenina: expandiendo la compasi¨®n
El rechazo a violar la integridad f¨ªsica de las mujeres y las ni?as, con independencia de su raza, estatus socioecon¨®mico, religi¨®n o pa¨ªs de origen es un triunfo de la ¨¦tica universal frente al relativismo
Hoy, 6 de febrero, conmemoramos el D¨ªa Internacional de la Tolerancia Cero con la Mutilaci¨®n Genital Femenina. La erradicaci¨®n de esta pr¨¢ctica, que constituye uno de los puntos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, recibe esta misma semana el respaldo del Parlamento Europeo en su sesi¨®n plenaria de Estrasburgo.
El rechazo a violar la integridad f¨ªsica de las mujeres y las ni?as, con independencia de su raza, estatus socioecon¨®mico, religi¨®n o pa¨ªs de origen es un triunfo de la ¨¦tica universal frente al relativismo, que ha tendido a incluir esta aberraci¨®n en el cesto de las peculiaridades culturales. El consenso moral y pol¨ªtico que convoca esta cuesti¨®n es ya suficientemente grande como para no admitir una vuelta atr¨¢s.
Las mujeres nos hemos sido sentido especialmente concernidas por esta cuesti¨®n, pues atenta contra nuestra libertad sexual y nuestro derecho a gozar en plenitud, y nos somete a la superstici¨®n y a las pr¨¢cticas m¨¢s retr¨®gradas e injustas posibles.
Sensibles como somos a esta agresi¨®n, pensamos que podemos ir m¨¢s lejos, progresando sobre la base de los mismos principios b¨¢sicos morales, pol¨ªticos y legales que ahora esgrimimos para combatir ese crimen. Hombres y mujeres han hecho posible esta conmemoraci¨®n y por ello debemos extender progresivamente nuestra empat¨ªa m¨¢s all¨¢ de lo que abarca el D¨ªa Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilaci¨®n Genital Femenina.
La ablaci¨®n atenta contra nuestra libertad sexual y nuestro derecho a gozar en plenitud, y nos somete a la superstici¨®n
De acuerdo con Brian Earp, neuro¨¦tico de la Universidad de Oxford, y Rebecca Steinfeld, de la Universidad de Londres, hay actualmente tres discursos ¨¦ticos separados con respecto a la mutilaci¨®n sexual humana: mientras que la alteraci¨®n de los genitales de las ni?as se considera con raz¨®n mutilaci¨®n sexual y un crimen contra los derechos humanos, a¨²n no ocurre lo mismo con la alteraci¨®n (no terap¨¦utica) de los genitales de los ni?os, denominada simplemente circuncisi¨®n masculina, ni con los ni?os intersex, nacidos con caracter¨ªsticas sexuales at¨ªpicas, cuyos genitales son en ocasiones normalizados para ajustarse al g¨¦nero binario establecido.
Contra la opini¨®n com¨²n de que los ni?os no resultan da?ados por estas intervenciones, o incluso que son beneficiados por ellas, en los ¨²ltimos a?os est¨¢ surgiendo un creciente consenso entre especialistas en ¨¦tica, biomedicina, antropolog¨ªa, derecho y estudios de g¨¦nero que pone en cuesti¨®n estas actitudes y las supuestas pruebas en que se sustentan. Las asociaciones m¨¦dicas europeas concuerdan, por ejemplo, en que los supuestos beneficios de la circuncisi¨®n no terap¨¦utica no compensan los riesgos, incluso dejando de lado cuestiones de car¨¢cter ¨¦tico como el derecho del ni?o a su propia integridad f¨ªsica.
A la luz de la evidencia cient¨ªfica, y el ensanchamiento del debate social y pol¨ªtico, estoy convencida de que podremos extender la compasi¨®n moral hacia los ni?os, y con ello hacia las ni?as y los ni?os intersex, de forma que todos ellos mantengan el derecho a preservar su integridad f¨ªsica y su autonom¨ªa genital con independencia de su sexo o g¨¦nero.
Teresa Gim¨¦nez Barbat es diputada del grupo ALDE en el Parlamento Europeo.
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