Un estudio vincula la ingesta de bacterias con mejoras en la impulsividad
La investigaci¨®n detecta que microorganismos comunes en algunos alimentos facilitan los cambios de tarea y favorecen la capacidad de adaptaci¨®n en pacientes con fibromialgia
Los intestinos y el cerebro se intercomunican a trav¨¦s de un eje que, seg¨²n los estudios de Giuseppe De Palma o Premysl Bercik, de las universidades de Brescia (Italia) y Hamilton (Canad¨¢), entre otros muchos, funciona mediante m¨²ltiples caminos que incluyen v¨ªas hormonales, neuronales y de mediadores del sistema inmune. De esta forma, lo que comemos afecta al cerebro, seg¨²n se ha vuelto a poner de manifiesto en el encuentro de la Sociedad Espa?ola de Probi¨®ticos y Prebi¨®ticos (SEPyP) celebrado la pasada semana en Zaragoza. Con esta premisa, investigadores de las universidades de Almer¨ªa y Jaume I de Castell¨®n, han detectado efectos beneficiosos del consumo de bacterias comunes en los productos l¨¢cteos fermentados. En un estudio con enfermos de fibromialgia han observado que reduce la impulsividad en la toma de decisiones, facilita los cambios de tarea y favorece la capacidad de adaptaci¨®n.
El trabajo, desarrollado en un novedoso campo, ha contado con la participaci¨®n de cient¨ªficos de los grupos de investigaci¨®n de ciencias de la salud, psicofarmacolog¨ªa, neurotoxicolog¨ªa, neuropsicolog¨ªa experimental y aplicada y de neurociencia cognitiva. Eligieron los pacientes de fibromialgia por la accesibilidad a un grupo de ellos y los s¨ªntomas que padecen, entre los que se encuentran p¨¦rdida o dificultad de concentraci¨®n, olvidos, disminuci¨®n de vocabulario y lentitud mental. Adem¨¢s, esta patolog¨ªa est¨¢ asociada a disfunciones emocionales y cambios repentinos del estado de ¨¢nimo, as¨ª como a signos de fatiga y cansancio continuados.
La ingesta de bacterias carece de efectos en las funciones motoras o en cuestiones de memoria, atenci¨®n o emocionales
Pablo Rom¨¢n, investigador de la Universidad de Almer¨ªa y profesor de la Jaume I, detalla que seleccionaron un grupo de 114 enfermos a los que suministraron durante ocho semanas cuatro probi¨®ticos orales (L. Rhamnosus GG?, Casei, Acidophilus y B. Bifidus) mediante c¨¢psulas. Otro grupo recibi¨® durante el mismo tiempo un placebo en las mismas condiciones. Tras la ingesta de bacterias, los pacientes se sometieron a tareas experimentales y cuestionarios. Tambi¨¦n se recogieron muestras de heces y orina con el objetivo de determinar la influencia directa de los microorganismos en la flora intestinal y se analizaron los niveles de cortisol, la hormona que se libera como respuesta a situaciones de estr¨¦s. ¡°Quer¨ªamos comprobar si estas bacterias contribuyen a disminuir tanto la intensidad del dolor como la ansiedad y depresi¨®n que padecen los pacientes con fibromialgia, as¨ª como una mejora a nivel cognitivo¡±, comenta el investigador.
Pero el resultado de esta prueba, recogido en el art¨ªculo Probiotics for fibromyalgia: study design for a pilot double-blind, randomized controlled trial, publicado en la revista Nutrici¨®n hospitalaria y difundido a trav¨¦s de la fundaci¨®n Descubre, desvel¨® los beneficios de las bacterias en aspectos como la impulsividad y o en la toma de decisiones, aunque los descart¨® en cuestiones de memoria, atenci¨®n y emocionales. Tambi¨¦n resalta el estudio la intrascendencia en la ingesta de estos microorganismos en funciones motoras. ¡°Observamos que a la hora de tomar decisiones, el grupo de pacientes a los que se les suministr¨® probi¨®ticos actuaba de manera menos impulsiva y requer¨ªan menos tiempo para ejecutar acciones. A quienes se les administr¨® placebo, no registraron avances de ning¨²n tipo¡±, detalla Rom¨¢n.
El investigador destaca que las bacterias tambi¨¦n se encuentran en los productos l¨¢cteos comunes y de f¨¢cil acceso en cualquier tienda y que las cantidades necesarias para obtener sus beneficios son las habituales de cualquier dieta equilibrada. El mecanismo, seg¨²n describe, es que la flora intestinal interact¨²a con el sistema nervioso.
"Nunca vamos a curar con probi¨®ticos. No son la panacea sino complementos a los tratamientos", advierte Luis Fontana, catedr¨¢tico de bioqu¨ªmica de la Universidad de Granada
¡°La conexi¨®n existe y ya se ha acu?ado un t¨¦rmino para aquellos elementos que tienen influencia en el cerebro: son los psicobi¨®ticos¡±, afirma Luis Fontana, catedr¨¢tico de bioqu¨ªmica de la Universidad de Granada, ajeno al estudio. Este investigador asegura que ya se han probado beneficios en situaciones de h¨ªgado graso y que se estudia la influencia de las bacterias en otros ¨¢mbitos, como el autismo. No obstante advierte: ¡°Nunca vamos a curar con probi¨®ticos. No son la panacea sino complementos a otros tratamientos¡±.
?scar Ba?uelo, responsable de Descubrimiento y Estudios Precl¨ªnicos de Biosearchlife, cree que es un campo en el que quedan muchos descubrimientos por hacer, una vez acreditada la relaci¨®n de la ingesta de bacterias beneficiosas con la mejora en determinados campos de la salud.
De esta relaci¨®n ha hablado recientemente en Zaragoza el gastroenter¨®logo canadiense Premysl Bercik, quien ha desarrollado una investigaci¨®n que relaciona el consumo de probi¨®ticos BL con la reduci¨®n de la depresi¨®n y la mayor calidad de vida de los pacientes, aunque no tiene influencia en los marcadores de ansiedad. Las mejoras est¨¢n asociadas a procesos de cambios en el cerebro a trav¨¦s del sistema l¨ªmbico, las estructuras cerebrales que regulan las respuestas fisiol¨®gicas a determinados est¨ªmulos.
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