El pa¨ªs de los maestros que no saben ense?ar
La mayor¨ªa de los profesores de Hait¨ª no cuenta con una cualificaci¨®n adecuada, lo que redunda en la calidad de la educaci¨®n, que es uno de los principales gastos de las familias
En el colegio p¨²blico de Furcy, a las afueras de Puerto Pr¨ªncipe, hay escrito con pintura un lema en la pared: Tanto vale la escuela, tanto vale la naci¨®n. De los 11 profesores que ense?an a los 447 alumnos del centro, solo cuatro tienen una licenciatura; dos cuentan con una formaci¨®n t¨¦cnica; el resto, improvisa. En Hait¨ª, el pa¨ªs menos desarrollado de Am¨¦rica, la educaci¨®n es tan importante para las familias como ineficiente para los ni?os, que la comienzan tarde y terminan temprano con menos conocimientos de los que deber¨ªan.
La estad¨ªstica de maestros titulados en la Escuela Nacional de Furcy puede considerarse buena si se compara con la media del pa¨ªs. Seg¨²n el Estudio de ni?os no escolarizados que publicaron en 2017 Unicef y el Ministerio de Educaci¨®n, solo una quinta parte de los m¨¢s de 60.000 profesores de primaria tiene una cualificaci¨®n adecuada; y la cifra baja al 13% entre los 27.000 de secundaria. Existen muy pocos indicadores fiables para saber hasta qu¨¦ punto esto repercute en la formaci¨®n de los chavales. ¡°No hay est¨¢ndares. Aproximadamente el 85% de las escuelas del pa¨ªs son privadas y el Gobierno no tiene capacidad para realizar inspecciones, regular y acreditar la operaci¨®n de estas, ni aplicar unos criterios que unifiquen el desempe?o en todas ellas¡±, indica Alison El¨ªas, especialista del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Lo que deja claro es que la calidad de la educaci¨®n en el pa¨ªs es uno de sus grandes retos.
Lo m¨¢s cercano que existe para comprobar el nivel son unas pruebas recientes para ver cu¨¢les eran las carencias desde edades tempranas, realizadas en cuarto grado (unos ocho a?os). Solo la mitad de los alumnos que las realizaron superaron el m¨ªnimo en comprensi¨®n escrita (el promedio mundial es del 90%). La proporci¨®n baj¨® a una quinta parte de aprobados en capacidades matem¨¢ticas (frente a un 70% de media internacional). Y el 75% tuvo problemas para entender el franc¨¦s, una de las lenguas oficiales junto al criollo, que mezcla el idioma colonial con dialectos africanos y es el hablado mayoritariamente en el pa¨ªs.
A pesar de todo, los padres ¡°creen firmemente en que la educaci¨®n puede dar m¨¢s oportunidades a sus hijos, hacen muchos esfuerzos y sacrificios por llevarlos al colegio¡±, asegura Mirko Forni, coordinador de Educaci¨®n de Unicef en Hait¨ª. Las familias dedican un promedio de un 25% de sus ingresos para que los ni?os estudien. El Estado no tiene capacidad para cubrir la demanda y solo una cuarta parte de los menores escolarizados va a colegios p¨²blicos. ¡°No son peores que los privados. Hay progenitores que ven la privada como algo de m¨¢s estatus, pero en la mayor¨ªa de los casos es que simplemente no hab¨ªa alternativa¡±, explica la especialista del BID.
Las familias dedican un promedio de un 25% de sus ingresos para que los ni?os estudien
Por alternativa se entiende algo que est¨¦ a menos de dos horas andando. Es el tiempo que algunos alumnos de la escuela de Furcy tienen que caminar cada d¨ªa (dos a la ida y dos a la vuelta) para llegar a clase, seg¨²n explica su director, Sainlus Francies: ¡°Viven hasta a 12 kil¨®metros de aqu¨ª. Muchos d¨ªas hay neblina y no pueden venir¡±. Las instalaciones est¨¢n en una monta?a que, adem¨¢s de nubes, les proporciona una temperatura m¨¢s fresca que la que hace en Puerto Pr¨ªncipe, que tambi¨¦n est¨¢ a casi dos horas, pero en coche. ¡°Como el ministerio no tiene suficiente dinero para profesores, no podemos cubrir octavo y noveno, as¨ª que cuando llegan a esos grados, los chavales tienen que ir a otros colegios, incluso m¨¢s lejos¡±, relata.
Las instalaciones de este centro son de las mejores que se pueden encontrar en el pa¨ªs. Pertenece al centenar que han sido o ser¨¢n construidos con una donaci¨®n de 120 millones de d¨®lares del BID, que hizo posible la log¨ªstica de este reportaje. Las aulas est¨¢n equipadas y preparadas para terremotos y huracanes, dos fen¨®menos nada infrecuentes en el pa¨ªs, pero no existe biblioteca ni aula de inform¨¢tica. El director muestra el espacio destinado para la primera, con un centenar de libros viejos y descuidados; en la segunda, unos cuantos ordenadores antiguos e inservibles acumulan polvo. Francies abre un armario. Dentro se apilan decenas de ordenadores de la iniciativa Un port¨¢til por ni?o, que se comenz¨® a implantar en 2008 en varios pa¨ªses en desarrollo. ¡°Se usaron un tiempo, pero despu¨¦s del terremoto no los volvimos a encender por falta de personal. Tampoco contamos con Internet; tuvimos durante un tiempo por una subvenci¨®n, pero se agot¨®¡±, lamenta el director, quien dice guardar los equipos con la esperanza de que alg¨²n d¨ªa se puedan volver a utilizar.
En Hait¨ª, un pa¨ªs cuya estructura p¨²blica qued¨® todav¨ªa m¨¢s deteriorada con el sismo de 2010, no solo es complicado poner en marcha proyectos, sino tambi¨¦n mantenerlos. Alison El¨ªas cuenta la odisea que supone levantar una escuela: ¡°Muchas constructoras tienen una capacidad financiera y t¨¦cnica muy limitada, lo que dificulta el trabajo y demanda constante correcci¨®n de errores porque no saben seguir los planos. Hay escuelas que han tardado siete a?os en completarse, otras tuvieron que reconstruirse porque no cumpl¨ªan con las medidas de seguridad necesarias. La supervisi¨®n tambi¨¦n es un inconveniente. Estamos buscando f¨®rmulas para agilizar al m¨¢ximo la edificaci¨®n de los colegios, probando distintas empresas y metodolog¨ªas de construcci¨®n, pero no hemos encontrado ninguna ideal¡±. El problema es que el Gobierno no tiene capacidad para conservarlas, as¨ª que se deterioran r¨¢pido. ¡°Hemos aprendido de esto y en el futuro vamos a hacer aportaciones monetarias directamente a las escuelas para que los directores y los profesores, junto con alguna organizaci¨®n local, lo inviertan en materiales escolares, alimentaci¨®n, uniformes, mantenimiento o lo que consideren oportuno¡±, contin¨²a El¨ªas.
Los ni?os se incorporan tarde al sistema, con una media de 8,2 a?os, seg¨²n el estudio de Unicef, cuando deber¨ªan hacerlo a los seis
Pero la cuesti¨®n de fondo contin¨²a. La formaci¨®n del profesorado es uno de los mayores retos en el pa¨ªs. El propio BID trat¨® de formar a los docentes de las escuelas que se iban construyendo, pero las demoras en las obras hicieron que muchas veces este esfuerzo no pudiera estar acompasado. Unicef, con financiaci¨®n de Usaid y en colaboraci¨®n con el Ministerio de Educaci¨®n, est¨¢ implantando una metodolog¨ªa que, por un lado, trata de mejorar el aprendizaje y la lectura de los ni?os, y por otro incluye una formaci¨®n del profesorado y refuerzo de los inspectores. ¡°Tenemos un sistema de coaching mediante el cual los maestros reciben acompa?amiento semanal de un profesional que les gu¨ªa para mejorar sus pautas educativas¡±, explica Forni. Al mismo tiempo, el Gobierno ha anunciado un plan para reestructurar el sistema de ense?anza, de forma que se garantice que los profesores que se incorporen al sistema tengan unas m¨ªnimas cualificaciones.
Mientras esto sucede, los ni?os se siguen incorporando tarde al sistema, con una media de 8,2 a?os, seg¨²n el estudio de Unicef, cuando deber¨ªan hacerlo a los seis: un lastre de entrada. La repetici¨®n del primer curso es la norma para una cuarta parte de ellos; el 20% de los que deber¨ªan ir a preescolar no lo hacen; y sucede lo mismo con el 18% en primaria. ¡°Aunque hay familias en situaciones muy vulnerables que no se lo pueden permitir, la mayor¨ªa de esos chicos ha asistido a la escuela y la ha abandonado. No es tanto por un problema econ¨®mico como por falta de motivaci¨®n, porque la metodolog¨ªa no era adecuada, no aprend¨ªan, no se adaptaban al entorno¡±, enumera Forni. Revertir la situaci¨®n, fomentar la lectura, conseguir mejorar los pocos indicadores que existen y a?adir nuevos es, seg¨²n cuenta, una causa nacional en la que est¨¢n embarcados tanto el gobierno como los donantes. Se trata de darle valor a la naci¨®n, ese que, seg¨²n el lema, viene dado por el de la escuela.
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