Una nueva contaminaci¨®n emerge sobre la del tr¨¢fico en las ciudades
Las emisiones de productos del hogar, como perfumes y pinturas, ya rivalizan con la poluci¨®n de los coches
La imagen que tenemos de la contaminaci¨®n no volver¨¢ a ser la misma. Un equipo de cient¨ªficos de EE UU ha observado en la ciudad de Los ?ngeles que las emisiones procedentes de productos usados habitualmente en el hogar ¡ªincluyendo pinturas, barnices, aromatizantes del aire, lacas, tintas de impresi¨®n, adhesivos, pesticidas, cosm¨¦ticos y productos de limpieza¡ª ya contribuyen tanto a la contaminaci¨®n del aire urbano como las emisiones de los coches.
La clave son los compuestos org¨¢nicos vol¨¢tiles, unos hidrocarburos que se presentan en estado gaseoso a temperatura ambiente. La atm¨®sfera oxida estos compuestos, emitidos por productos habituales en el hogar, y a trav¨¦s de una cascada de reacciones qu¨ªmicas se acaban integrando en part¨ªculas en suspensi¨®n de menos de 2,5 millon¨¦simas de metro. Estas part¨ªculas diminutas entran hasta la parte m¨¢s profunda de los pulmones y pueden generar enfermedades respiratorias.
¡°Es sorprendente. Llevamos seis o siete a?os debatiendo entre nosotros si era posible. Y yo era de los que defend¨ªa que no era posible¡±, explica el ingeniero qu¨ªmico Jos¨¦ Luis Jim¨¦nez, coautor del estudio, que se publica hoy en la revista Science. Solo el 5% del petr¨®leo se refina para obtener ingredientes de estos productos de consumo diario, mientras que el 95% se dedica a los combustibles. Sin embargo, los investigadores aseguran que las emisiones de compuestos org¨¢nicos vol¨¢tiles se reparten al 50% entre estas dos fuentes en Los ?ngeles.
El estudio se ha realizado en Los ?ngeles, pero los autores creen que se puede extrapolar a otros pa¨ªses industrializados
¡°Perfumes, desodorantes, champ¨²s, adhesivos, pinturas¡ emiten compuestos org¨¢nicos vol¨¢tiles. En el aula de mi universidad medimos estos compuestos y son mucho m¨¢s altos por la ma?ana que por la tarde¡±, explica Jim¨¦nez, nacido en Zaragoza en 1968 y profesor de la Universidad de Colorado (EE UU).
El estudio se basa en datos tomados en la ciudad californiana con una exhaustividad in¨¦dita, pero Jim¨¦nez cree que sus conclusiones se pueden extrapolar a otros pa¨ªses industrializados. No obstante, reconoce que la falta de datos hace ¡°imposible saber si en Espa?a es el 15% o el 40%¡± el porcentaje de compuestos org¨¢nicos vol¨¢tiles procedentes de productos de consumo.
¡°Los compuestos org¨¢nicos vol¨¢tiles son los grandes olvidados en la valoraci¨®n de la calidad del aire¡±, afirma Javier Roca, director t¨¦cnico del Laboratorio del Centro de Medio Ambiente de la Universidad Polit¨¦cnica de Catalu?a. Roca, ajeno al nuevo estudio, recuerda que hay una enorme diversidad dentro de los compuestos org¨¢nicos vol¨¢tiles. Seg¨²n la clasificaci¨®n del Ministerio de Medio Ambiente, los hay extremadamente peligrosos para la salud, como el benceno y el cloruro de vinilo, y existen otros que pueden causar da?os significativos al medio ambiente, como el acetaldeh¨ªdo, la anilina y el tricloroetileno.
¡°En Espa?a no hay una legislaci¨®n que limite un determinado tipo de compuesto. Como mucho, se limita el n¨²mero total de compuestos org¨¢nicos vol¨¢tiles. Cada autonom¨ªa fija l¨ªmites m¨¢ximos para cada actividad industrial y no se sabe muy bien qu¨¦ tipos de criterios siguen. El benceno es el ¨²nico que figura en las directivas europeas¡±, expone.
En 2015, un equipo de investigadores de la Universidad de Castilla-La Mancha, entre ellos la qu¨ªmica Florentina Villanueva, analizaron los compuestos org¨¢nicos vol¨¢tiles en el interior de una veintena de hogares en la localidad de Puertollano, un polo industrial de 50.000 habitantes en Ciudad Real. No encontraron nada preocupante. Para Villanueva, los resultados del estudio de Los ?ngeles son ¡°sorprendentes¡±.
"No hay raz¨®n para preocuparse. Para reducir m¨¢s r¨¢pido la contaminaci¨®n hay que saber de d¨®nde viene", afirma el ingeniero Jos¨¦ Luis Jim¨¦nez
¡°En los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo, donde se queman grandes cantidades de combustibles f¨®siles o madera en el interior para cocinar o calentarse, las emisiones de di¨®xido de nitr¨®geno o de part¨ªculas s¨ª que pueden afectar al aire exterior. En el caso de los compuestos org¨¢nicos vol¨¢tiles de los pa¨ªses desarrollados, claramente ser¨¢n necesarios m¨¢s estudios para confirmarlo¡±, afirma con escepticismo.
Villanueva recuerda que para el aire interior no existe legislaci¨®n, mientras que el aire exterior est¨¢ monitorizado por redes de vigilancia y sometido a un estricto control. ¡°Por el momento, mi mayor preocupaci¨®n reside en c¨®mo afecta el aire interior a la salud, puesto que, seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, el 90 % de nuestro tiempo lo pasamos en ambientes interiores y es aqu¨ª donde las concentraciones de muchos contaminantes pueden ser de dos a cinco veces superiores, como en el caso del formaldeh¨ªdo¡±, alerta la investigadora. Este gas incoloro, clasificado como cancer¨ªgeno, se encuentra en peque?as cantidades en muchos productos de uso diario en el hogar, como lavavajillas, suavizantes y cosm¨¦ticos, seg¨²n recuerda la Agencia para Sustancias T¨®xicas y el Registro de Enfermedades de EE UU.
Mario Montes, catedr¨¢tico de Ingenier¨ªa Qu¨ªmica de la Universidad del Pa¨ªs Vasco, cree que el nuevo estudio es ¡°impresionante en su dimensi¨®n¡± y ¡°riguroso¡± en su an¨¢lisis. A su juicio, la mayor importancia relativa de los compuestos org¨¢nicos vol¨¢tiles en el aire urbano es una consecuencia natural de la reducci¨®n de las emisiones del tr¨¢fico. A falta de datos concretos, Montes cree que es posible que la situaci¨®n en Espa?a tenga ¡°la misma tendencia, con el retraso habitual respecto a lo que pasa en EE UU¡±.
El nuevo trabajo ha sido capitaneado por investigadores del Centro Nacional para la Investigaci¨®n Atmosf¨¦rica y de la Oficina Nacional de Administraci¨®n Oce¨¢nica y Atmosf¨¦rica, ambos en Boulder (EE UU). El ingeniero qu¨ªmico Jos¨¦ Luis Jim¨¦nez hace un llamamiento a la tranquilidad: ¡°No hay raz¨®n para preocuparse. Es una oportunidad para ser m¨¢s eficientes. Para reducir m¨¢s r¨¢pido la contaminaci¨®n hay que saber de d¨®nde viene¡±.
"No podemos decir que no hay raz¨®n para preocuparse"
Los niveles de emisi¨®n en una vivienda pueden ser elevados no solo por productos de limpieza, cosm¨¦ticos, ambientadores y similares, sino tambi¨¦n por los materiales constructivos, explica Javier Roca, director t¨¦cnico del Laboratorio del Centro de Medio Ambiente de la Universidad Polit¨¦cnica de Catalu?a. ¡°En este sentido, no podemos decir que no hay raz¨®n para preocuparse. Se tendr¨¢n que preocupar los que hacen un uso excesivo de estos productos, los que viven en viviendas con alta emisi¨®n de los materiales constructivos, los que reciben el impacto de alguna actividad que se realiza dentro del edificio ¡ªlegal o ilegal¡ª y los que viven en zonas donde el aire exterior ya presenta valores altos de compuestos org¨¢nicos vol¨¢tiles¡±, reflexiona.
Roca recuerda que los pa¨ªses n¨®rdicos son pioneros en el estudio de la calidad del aire en los espacios cerrados, ya que pasan mucho tiempo en ellos debido al clima. Diferentes informes de la UE, subraya, fijan niveles de concentraci¨®n para situar la calidad del aire en situaciones de confort, inicio de desconfort, desconfort y t¨®xica. En Espa?a, una normativa fija los criterios de calidad para los compuestos org¨¢nicos vol¨¢tiles, a?ade Roca.
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