¡°Sin cuestionar el sistema es imposible llegar a soluciones ambientales¡±
Sergio Federovisky, periodista y ambientalista argentino, asegura que para resolver los problemas de sostenibilidad no basta con cerrar el grifo y apagar la luz
No hay un sol muy despiadado, pero algo se refleja en el Riachuelo, esa especie de lago de agua turbia, sembrado de desechos y ubicado frente al legendario lugar tur¨ªstico denominado Caminito, uno de los epicentros del barrio de La Boca. Cerca de ac¨¢, naci¨® y creci¨® Diego Armando Maradona, pero esta parte de Buenos Aires parece, en rigor, un autogol ecol¨®gico.
¡°Hay que prestarle a la gente los servicios para que no siga cayendo mierda al riachuelo¡±, dice, con ¨¦nfasis indignado, Sergio Federovisky, bi¨®logo de profesi¨®n, periodista televisivo, autor de libros varios, e importante referente del ambientalismo en Argentina. Habr¨ªa sido ministro de este ramo si Sergio Massa, uno de los candidatos a la presidencia en el 2015, ganaba.
Estudi¨® su carrera, seg¨²n cuenta, debido a que siempre le intrig¨® ¡°por qu¨¦ la naturaleza era tan inteligente¡±, y salt¨® a la ecolog¨ªa ¡°para tratar de desentra?ar por qu¨¦ el hombre, en relaci¨®n a su v¨ªnculo con la naturaleza, no lo es¡±. Mientras conversamos, volvemos a mirar este pozo oscuro y contaminado, que es el tramo final del r¨ªo Matanzas (64 kil¨®metros) y parte de la desembocadura del estuario conocido como R¨ªo de La Plata.
Miles de turistas vienen todos los a?os, y todo el a?o, por este barrio, pero son pocos los que, ebrios de tango, se fijan en el desastre ambiental que tienen al lado. Y que es tan grande que hace un par de a?os motiv¨® un fallo de la Corte Suprema de Justicia, que exig¨ªa a las autoridades, locales y nacionales, llevar adelante un plan integral de saneamiento del Riachuelo. La sentencia no se aplic¨® ¨ªntegramente.
Federovisky, desde su exitoso programa Ambiente y Medio, batalla contra esta inconsciencia y contra otros problemas ambientales argentinos, que son verdaderamente alarmantes, como, por ejemplo, la sojizaci¨®n, que seg¨²n ¨¦l se?ala, ha hecho que la soja transg¨¦nica invada literalmente los campos de cultivo.
¡°El modelo econ¨®mico decidi¨®, sin participaci¨®n social suficiente, que el principal producto de exportaci¨®n de la Argentina iba a ser la soja para satisfacer la demanda china de forraje para su ganado porcino. Gracias al flujo de caja que supuso, el 70% de la superficie arable est¨¢ sembrada de esa sola especie¡±. Hace 10 a?os, agrega alarmado, solo era el 20%.
Pretender atacar los problemas ambientales, sin resolver las deficiencias del sistema, es imposible
El Riachuelo sigue empozado all¨ª, emitiendo su olor a descuido, mientras Federovisky a?ade al men¨² preocupante otro elemento, derivado precisamente de esa invasi¨®n del monocultivo: la deforestaci¨®n. El antes llamado granero del mundo, hoy ser¨ªa ¡ªde acuerdo a su versi¨®n¡ª uno de los tres pa¨ªses con m¨¢s alta tasa de p¨¦rdida de bosques en el mundo. ¡°Ya queda solo el 20% de los bosques nativos originarios¡±, sentencia. ¡°Tres canchas de f¨²tbol por d¨ªa¡±, precisa, como para que cualquier argentino de a pie entienda qu¨¦ es lo que est¨¢ perdiendo en medio de su delirio por el bal¨®n. Cerca de donde conversamos, est¨¢ la Bombonera, el emblem¨¢tico estadio del Club Boca Juniors. Ni eso, sin embargo, logra apagar la pasi¨®n ambiental que nuestro entrevistado exhala.
Tan comprometido est¨¢ Federovisky con el estudio y la difusi¨®n de estos temas que, hace poco, para colaborar con una campa?a de la ONG Bios, se hizo un an¨¢lisis de sangre. Resulta que, a pesar de vivir a unos 150 kil¨®metros del campo de soja m¨¢s pr¨®ximo, ten¨ªa en sus venas glifosato, un herbicida muy usado para acabar con malezas, y que ha sido cuestionado por la propia Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS).
¡°?Por qu¨¦ nadie contempl¨® que el glifosato es soluble en agua, se lo lleva el viento y baja con la lluvia? ?Por qu¨¦ yo tengo que padecer en mi salud las consecuencias de un modelo econ¨®mico, que no contempla ese subproducto ambiental?¡±. Federovisky no cultiva pelos en la lengua cient¨ªfica y ambientalista, pero adem¨¢s, en sus libros, ha desarrollado interesantes ideas sobre de qu¨¦ trata y no trata esta causa que lo envuelve.
En Los mitos del medio ambiente (Capital Intelectual, Buenos Aires, 2012) llama ecoludeces a las falsas soluciones para el deterioro ambiental creciente. Una de sus ideas centrales es que la conciencia individual no basta, en modo alguno, para enfrentar lo que se viene y ya est¨¢ ac¨¢: ¡°El problema es el sistema¡±. ¡°Pretender atacar los problemas ambientales, sin resolver las deficiencias del sistema, es imposible¡±, comenta Federovisky. ¡°El ejemplo m¨¢s claro ¡ªcontin¨²a¡ª es el cambio clim¨¢tico. Podemos ponernos de acuerdo todos los pa¨ªses para no emitir equis cantidad de toneladas m¨¦tricas de di¨®xido de carbono, para no seguir agrav¨¢ndolo, pero esto no se produce¡±.
La raz¨®n, esgrime, es que el mundo est¨¢ comandado por el lobby petrolero. El ambientalista aventura que puede seguir firmando m¨¢s tratados, o pidi¨¦ndole a la gente que apague la luz o no gaste el agua, pero el pasaje de una econom¨ªa basada en los combustibles f¨®siles a una en otras fuentes energ¨¦ticas ¡°solo se puede dar si hay un Estado, en este caso supranacional, que ponga en caja esos intereses¡±. Prosigue: "Hay cada vez m¨¢s conciencia de que sin cuestionar el sistema es imposible llegar a soluciones ambientales. Yo creo que el ambientalismo ha hecho un proceso a favor de esa idea, en los ¨²ltimos 10 a?os".
A¨²n as¨ª, Federovisky no se queda tranquilo. Para ¨¦l, ¡°la cuesti¨®n ambiental es subversiva¡±, pues no se puede asumir bajo la ingenua idea de que es un problema de todos, que puede resolverse cerrando un grifo. Los Estados tienen que hacerse cargo, insiste, de una pol¨ªtica ambiental, que en alg¨²n momento desnudar¨¢ el sistema econ¨®mico, y que no es un lujo que podemos darnos una vez que disminuy¨® la pobreza. "La pobreza y los problemas ambientales van obviamente de la mano¡±. En Argentina y en otros pa¨ªses del mundo, resulta f¨¢cilmente comprobable que el deterioro de los ecosistemas agrava la calidad de vida de las personas. Que incluso puede hundir m¨¢s en la indigencia a quienes viven precariamente.
La pobreza y los problemas ambientales van obviamente de la mano
En otro de sus libros, Argentina, de espaldas a la ecolog¨ªa (Capital Intelectual, 2014), Federovisky entra a diseccionar si es posible o no que en su pa¨ªs se establezca una pol¨ªtica p¨²blica ambiental en serio. Cita para ello a Thomas Dye, profesor formado en la Universidad de Penssylvania, quien define una pol¨ªtica p¨²blica como ¡°aquello que un gobierno decide hacer o no hacer¡±.
¡°Lo que veo es que no estamos m¨¢s cerca de la soluci¨®n, m¨¢s bien estamos cada d¨ªa m¨¢s lejos¡±, comenta, luego de que tambi¨¦n pasamos revista al problema de la miner¨ªa a cielo abierto, una actividad que en Argentina no tiene las dimensiones de Per¨², pero que ya comienza a generar conflictos sociales. Para muestra, en septiembre del 2015, en un yacimiento de la minera Barrick Gold se produjo un derrame de cianuro de un mill¨®n de litros de la cuenca del r¨ªo J¨¢chal, en la provincia de San Juan. Un hecho que caus¨® una denuncia penal contra el gobernador de esta jurisdicci¨®n, Jos¨¦ Luis Gioja, contra el ministro de miner¨ªa, Felipe Saavedra, y contra los directivos de la empresa. Los pron¨®sticos algo sombr¨ªos de Federovisky parecen cumplirse entonces, a la luz de esta tragedia ambiental y otras, porque, como dice, ¡°sin la pol¨ªtica esto no cambia¡±.
La tarde se va poniendo algo tibia, cerca al Riachuelo. En sus aguas barrosas han aparecido unos peces insistentes, que deben estar contaminados. ¡°Estamos a dos kil¨®metros del estuario m¨¢s grande del mundo. Pero la costa de este r¨ªo, vecino a la ciudad de Buenos Aires, tiene tal grado de contaminaci¨®n que hace 45 a?os est¨¢ prohibido ba?arse all¨ª¡±, se lamenta Federovisky. ¡°Por qu¨¦ en Montevideo, que est¨¢ en la otra orilla, s¨ª se puede¡±. ?l lo sabe, le indigna y lucha, pero a los ciudadanos y turistas que circulan por ac¨¢ parece importarles m¨¢s el f¨²tbol y el tango.
Nieblas del Riachuelo, un tango de 1937 compuesto por Enrique Cad¨ªcamo, ya en esos a?os quiz¨¢s intu¨ªa el futuro de este lugar, cuando cantaba ¡°turbio fondeadero donde van a recalar / barcos que en el muelle para siempre han de quedar / n¨¢ufragos del mundo que han perdido el coraz¨®n¡¡±. Federovisky, a pesar de este paisaje desolador, parece tener el coraz¨®n puesto en que Argentina, su pa¨ªs, no naufrague ambientalmente.
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