La felicidad en tres minutos (o casi): 17 canciones que definen la insolentemente juvenil ¡®nueva ola¡¯
R¨¢pidas, nerviosas, maravillosamente mel¨®dicas. En tiempos de densidad sonora estos proyectiles te levantan el ¨¢nimo en cero coma
Una entrevista para la televisi¨®n brit¨¢nica en 1977. El protagonista es Elvis Costello. Tiene 23 a?os, acaba de editar su primer disco, My aim is true, y existe la sensaci¨®n de que ha nacido una estrella. La periodista le pregunta:
- Tu disco se est¨¢ vendiendo muy bien, suenas en la radio a todas horas. La gente dice que vas a ser muy grande.
Costello responde:
- No me interesa. No pienso en si voy a ser grande. Me da igual. No tengo ninguna aspiraci¨®n en ser famoso. No quiero ser Rod Stewart.
Estamos en 2018 y Elvis Costello, despu¨¦s de 40 a?os de carrera, es una de las grandes estrellas del pop. Pero sigue conservando esa autenticidad intelectual que le hace diferente de otras estrellas como... Rod Stewart.
Costello fue b¨¢sico en el nacimiento de lo que se llam¨® new wave (nueva ola), un movimiento que se fundi¨® en muchas ocasiones con el punk: canciones nerviosas, breves, centellas mel¨®dicas y rabiosas. Casi siempre tocadas como si los m¨²sicos hubieran metido los dedos en el enchufe y, eso s¨ª, con trajes y corbatas entrechas.
El periodista madrile?o Carlos P¨¦rez de Ziriza acaba de publicar Tres minutos de magia. Una historia del power pop y la new wave (Efe Eme), un somero y did¨¢ctico libro sobre este vibrante estilo de vida breve (podemos situarlo entre 1977 y 1983) y otro g¨¦nero que se yuxtapone, el power pop. "La nueva ola tuvo en EE. UU. y el Reino Unido m¨²ltiples vertientes: diferentes formas de filtrar sus argumentos, alentando una eclosi¨®n de colorido que sacudi¨® durante aquellos a?os a la escena pop internacional". El virus se extendi¨® a otros pa¨ªses, entre ellos Espa?a.
Desde ICON hemos pedido al autor del libro que nos seleccione 17 canciones (la mayor¨ªa ronda los tres minutos, aunque alguna se alarga un poco m¨¢s) fundamentales para entender la nueva ola. Y nos ha ofrecido 17 sacudidas el¨¦ctricas.
- Joe Jackson ¨C 'Got the time' (1979)
Sin el fastuoso oropel medi¨¢tico de un Elvis Costello, pero con una amplitud de miras y una voracidad estil¨ªstica muy similar, Joe Jackson puli¨® a finales de los setenta una discograf¨ªa de ¨®rdago. Cualquiera de las fabulosas canciones de su ¨¢lbum de debut, Look sharp (1979), podr¨ªa figurar en este listado. Nos decantamos por Got the time, pildorazo tan anfetam¨ªnico que fue versionado a?os m¨¢s tarde ¨Ccon indudable solvencia¨C por Anthrax.
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- Talking Heads, 'Pyscho killer' (1977)
Antes de entablar di¨¢logo creativo con Brian Eno, los neoyorquinos Talking Heads debutaban con un trabajo que incid¨ªa en ritmos fracturados, guitarras angulares, falsetes imposibles y textos enajenados, pero al mismo tiempo demostraba que su art rock (carne del m¨ªtico local neoyorquino CBGB) abr¨ªa una zanja particular en tiempos de la incipiente nueva ola. Pyscho killer es el m¨¢s destacado de sus once mandamientos.
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- The Cars, 'Just what I needed' (1978)
Ric Ocasek, l¨ªder de The Cars, siempre ha contado la an¨¦cdota: cuando conoci¨® a Weezer a principios de los noventa, Rivers Cuomo y los suyos tocaban esta canci¨®n tan de memoria que casi superaban el original. No es de extra?ar que acabara produci¨¦ndoles, trazando un puente entre la nueva ola estadounidense de finales de los setenta y la fiebre alternativa de los noventa. Fue incluida en el fastuoso debut hom¨®nimo de los Cars de 1978, en el que pr¨¢cticamente cada corte pod¨ªa ser un single de impacto.
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- Nick Lowe ¨C 'Cruel to be kind' (1979)
Precisamente el productor de los primeros ¨¢lbumes de Elvis Costello, el insigne Nick Lowe, fue uno de los nombres capitales de la nueva ola brit¨¢nica, con un registro que llega hoy en d¨ªa a una veintena de ¨¢lbumes a su nombre ¨Co al de proyectos en los que estuvo directamente involucrado¨C y casi treinta en los que figur¨® como ingeniero de sonido. Esta canci¨®n, incluida en el sobresaliente Labour of lust (1979), es uno de sus grandes himnos.
- Blondie, 'One way or another' (1978)
Elegir un tema concreto de la estupenda factor¨ªa de singles que eran Blondie no es tarea f¨¢cil, y menos a¨²n si se trata de escoger entre el material del irrebatible Parallel lines (1978), pero esta One way to another bien puede ser la que ha perdurado con m¨¢s frescura en el tiempo. A¨²n es com¨²n toparse con ella en cualquier garito. La huella est¨¦tica de la banda tambi¨¦n fue clave para encajar, muchos a?os despu¨¦s, la m¨²sica de Transvision Vamp, The Primitives, Darling Buds, Los Romeos o The Sound.
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- The Knack, 'My Sharona' (1979)
Ay, los grupos de un solo ¨¦xito (los famosos one hit wonders). A The Knack les cay¨® ese sambenito. Y es l¨®gico, porque My Sharona es una de esas canciones que devora todo lo que tiene alrededor. Fue uno de los singles m¨¢s vendidos de 1979, y goz¨® de una nueva vida ya en los noventa gracias a su inclusi¨®n en la banda sonora de Reality bites (Ben Stiller, 1994), la exitosa pel¨ªcula que les dio a conocer a una nueva generaci¨®n, aquella que algunos se empe?aban en etiquetar como generaci¨®n X. Uno de los hitos de la nueva ola, servido por una banda que ¨Cojo¨C ten¨ªa m¨¢s cuajo del que las cr¨ªticas le conced¨ªan.
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- Elvis Costello, 'Pump it up' (1978)
La incorporaci¨®n ya definitiva de The Attractions como soporte instrumental de las canciones de Elvis Costello se not¨® ¨Cy de qu¨¦ forma¨C en el vigoroso y punzante acabado de su segundo ¨¢lbum, repleto de el¨¢sticas lecciones sobre c¨®mo aprovechar un imponente bagaje musical y ensanchar con ¨¦l los l¨ªmites de la nueva ola brit¨¢nica, impulsadas por un estajanovista ritmo editor que en esta ¨¦poca generaba un ¨¢lbum al a?o. Y casi todos, obras mayores. Pump it up es una de sus mejores pruebas.
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- Rockpile, 'Heart' (1980)
El pub rock brit¨¢nico fue el caldo de cultivo para la eclosi¨®n nuevaolera que vivi¨® el Reino Unido, y Rockpile es ¨C como banda ¨C la quintaesencia de esa evoluci¨®n. Solo editaron un ¨¢lbum como Rockpile, lo que ocurre es que los discos que Nick Lowe y Dave Edmunds editaban a su nombre eran trabajos encubiertos del grupo, que por motivos contractuales con sus diferentes compa?¨ªas firmaban en solitario. En cualquier caso, Seconds of pleasure (1980), el ¨²nico trabajo como Rockpile, era una absoluta maravilla, con canciones imperecederas como Heart.
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- Pretenders, 'Brass in pocket' (1980)
En el prodigioso debut de Chrissie Hynde y los suyos, nunca superado, ya aparec¨ªan todos los registros de la banda bien expuestos: arrebatadoras acometidas de rock vibrante y destemplado, sentidas baladas, alguna cadencia jamaicana, la preceptiva versi¨®n de los Kinks y maravillas mel¨®dicas esculpidas con el cincel de los cl¨¢sicos, como esta Brass in pocket.
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- The B-52's, 'Private Idaho' (1980)
Ninguna otra formaci¨®n de la nueva ola norteamericana supo fundir mejor el presente y el pasado que los B-52's. Ataviados como si salieran de un relato de ciencia ficci¨®n de serie B, el quinteto de Athens (Georgia) escribi¨® algunos de los pasajes m¨¢s divertidos y bailables de aquellos coloristas a?os para la m¨²sica pop. Como esta Private Idaho, tan contagiosa como el primer d¨ªa. Incluida en Wild Planet, su segundo ¨¢lbum: la banda sonora de un guateque sin final.
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- The Go-Go's, 'We got the beat' (1981)
Pegajosas como un algod¨®n de az¨²car, las canciones del debut de The Go-Go's lucen tan lozanas como cuando fueron compuestas, sin que el embate del tiempo haya mermado sus cualidades prote¨ªnicas. La fabulosa We got the beat hizo de ariete para que despachara m¨¢s de dos millones de ejemplares, lo que hizo del quinteto de Los ?ngeles la banda femenina m¨¢s popular de la nueva ola yanqui.
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- Los Secretos, 'Ojos de perdida' (1981)
Se les tild¨® luego de blandos y tristones, pero en el fabuloso ¨¢lbum de debut de Los Secretos hab¨ªa m¨¢s fibra y m¨¢s nervio que en el noventa por ciento de la producci¨®n pop hispana de los primeros ochenta. Canciones breves, directas e irrebatibles como Ojos de perdida, entre muchas otras, lo prueban. Enrique Urquijo y compa?¨ªa en su faceta m¨¢s en¨¦rgica.
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- Los Aut¨¦nticos, 'La estrella' (1981)
El grupo castellonense que capitaneaba Miguel ?ngel Villanueva nunca tuvo la suerte de cara, pero labr¨® una secuencia de canciones deslumbrantes en la primera mitad de los a?os ochenta, entre las cuales La Estrella goza de lugar preferente. Nunca es tarde para descubrirla. Si la desconocen, ya tardan.
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- Mam¨¢, 'El ¨²ltimo bar' (1981)
La espl¨¦ndida tarjeta de presentaci¨®n en formato largo de Jos¨¦ Mar¨ªa Granados y los suyos es una de las joyas de la nueva ola espa?ola. Y El ¨²ltimo bar, que gui?aba un ojo al Starry eyes, de The Records, uno de los puntos ¨¢lgidos de su inoxidable argumentario.
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- Nacha Pop, 'Alta tensi¨®n' (1982)
El paso del tiempo no ha hecho m¨¢s que revalorizar el manojo de canciones urgentes, nerviosas, palpitantes de emoci¨®n y desbordantes de insolente juventud que Antonio Vega y Nacho Garc¨ªa Vega pulieron en sus dos primeros ¨¢lbumes. Nacho a¨²n se acuerda de esta Alta tensi¨®n cuando le pedimos una rememore aquellos tiempos para el pr¨®logo del libro, en que describe las canciones de Nacha Pop como ¡°m¨²sica que te ayuda a correr sin mover casi las piernas, a crecer sin terminar de hacerte mayor¡±. Por algo ser¨¢.
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- The Romantics, 'Talking in your sleep' (1983)
Fueron pocas las bandas de power pop de finales de los setenta que supieron reconvertirse con ¨¦xito a la nueva ola sintetizada del cambio de d¨¦cada. Una de ellas fue la banda de Detroit The Romantics, quienes se convirtieron en presencia habitual de los primeros tiempos de la MTV gracias a canciones como esta (incluida en In Heat, su ¨¢lbum del 83), cuya letra a¨²n resuena ¨Cs¨ª, s¨ª, tal cual¨C en Secrets, uno de los grandes ¨¦xitos de The Weeknd, en 2016.
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- Pistones, 'Persecuci¨®n' (1983)
El sensacional debut de los madrile?os es el mejor ant¨ªdoto para quien a¨²n viva en la inopia de pensar que El pistolero es la ¨²nica canci¨®n de su repertorio que merece ser rescatada. El ¨¢lbum largo (tambi¨¦n llamado Persecuci¨®n) lo produjo con mano diestra Ariel Rot, y se abr¨ªa con el tema titular. Pero cualquiera de sus restantes nueve canciones bien merece ser de nuevo reivindicado. De lo mejor de la nueva ola espa?ola.
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