Nigeria se enfrenta al ¡°mayor brote¡± de fiebre de Lassa de su historia
El centro de control de enfermedades del pa¨ªs africano ha confirmado desde el 1 de enero 114 muertos y 365 casos de este mal v¨ªrico hemorr¨¢gico similar al ¨¦bola
En todo el a?o 2017 Nigeria confirm¨® 143 casos de fiebre de Lassa, un virus hemorr¨¢gico agudo similar al ?bola. Del 1 de enero al 11 de marzo se han registrado 365 positivos de 1.386 sospechosos y 114 muertes, seg¨²n los datos publicados el martes 13 de marzo por el Centro de Control de Enfermedades Infecciosas de Nigeria (NCDC). La Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) lo ha definido como el mayor episodio de esta dolencia en el pa¨ªs y ha anunciado que est¨¢ trabajando con el NCDC para dar una respuesta eficaz.
Mientras los m¨¦dicos nigerianos trabajan para contener el brote, los organismos de control sanitario intentan averiguar por qu¨¦ se ha extendido tanto en esta ocasi¨®n; la enfermedad alcanza ya 19 estados y ha contagiado a 16 sanitarios. "Cuanto m¨¢s buscas m¨¢s encuentras", ha descrito el doctor del NCDC Chikwe Ihekweazu, refiri¨¦ndose a un cambio en el entorno del virus, a la mutaci¨®n viral y tambi¨¦n a una mayor y mejor informaci¨®n sobre nuevos contagios por parte del p¨²blico en respuesta a campa?as de sensibilizaci¨®n que se realizan en el pa¨ªs. Los resultados de un muestreo realizado por el NCDC y publicado el martes han revelado, por otra parte, que este no es diferente del de otros a?os. M¨¦dicos sin Fronteras, que est¨¢ prestando apoyo al Gobierno en algunas de las regiones m¨¢s afectadas, recuerda que es una enfermedad para la que de momento no existen vacunas.
La Organizaci¨®n Mundial de la Salud describe la fiebre de Lassa como una enfermedad v¨ªrica hemorr¨¢gica aguda que dura de una a cuatro semanas y de la que se producen entre 300.000 y 500.000 casos anuales, principalmente en ?frica occidental. Se transmite a los humanos por el contacto con alimentos u objetos contaminados con orina o heces de roedores, aunque tambi¨¦n se puede contagiar de persona a persona a trav¨¦s de los fluidos del enfermo o en un laboratorio, especialmente en hospitales sin medidas adecuadas de prevenci¨®n y control de infecciones.
Cada a?o se registran entre 300.000 y 500.000 casos de fiebre de Lassa, principalmente en ?frica occidental
"Uno de los problemas que nos estamos encontrando es que no se conoce bien cu¨¢nto del brote actual est¨¢ siendo causado por el contacto con roedores y cu¨¢nto se da entre personas", advierte el doctor Jos¨¦ Mu?oz, jefe de la Secci¨®n de Medicina Tropical y Salud Internacional del Hospital Cl¨ªnic de Barcelona e investigador del centro ISGlobal, impulsado por la Fundaci¨®n la Caixa. Pero s¨ª se sabe que contagia de la misma manera que el ¨¦bola: "Cuando el paciente presenta una infecci¨®n inicial con una carga viral baja y no expulsa fluidos (v¨®mitos, diarrea...), el contagio es m¨¢s bien bajo", asegura el m¨¦dico. "Cuando la carga viral es mayor porque van pasando los d¨ªas y adem¨¢s expulsa fluidos, el riesgo de transmisi¨®n a otros humanos es mayor".
Esta infecci¨®n se describi¨® por primera vez en los a?os cincuenta, aunque el virus que la provoca no se identific¨® hasta 1969. Es end¨¦mica en Ghana, Guinea, Liberia, Mal¨ª, Sierra Leona, Ben¨ªn y Nigeria, que vivi¨® el ¨²ltimo brote en junio de 2017, aunque no tan fuerte como el actual. Desde abril de 2004 hasta hoy, la OMS ha registrado otras 16 eclosiones de fiebre de Lassa en todo el mundo, incluidos Estados Unidos, Alemania y Suecia.
Mortalidad variable
Alrededor del 80% de los infectados son asintom¨¢ticos, pero una de cada cinco infecciones produce una enfermedad grave con afectaci¨®n de ¨®rganos como el h¨ªgado, el bazo y los ri?ones. La tasa de mortalidad es del 1%, pero puede llegar al 15% en pacientes hospitalizados. En el caso del ¨²ltimo brote en Nigeria este porcentaje est¨¢ aumentando.
El periodo de incubaci¨®n de la fiebre de Lassa es de dos a 21 d¨ªas y los s¨ªntomas se hacen notar de manera gradual: fiebre, debilidad general y malestar primero, como una gripe. Luego, dolores musculares, de cabeza y de garganta, n¨¢useas, v¨®mitos, diarrea y tos. Los casos m¨¢s graves conllevan derrames y hemorragias, convulsiones, desorientaci¨®n y coma, y la muerte sobreviene a los 14 d¨ªas. El 25% de los supervivientes presentan sordera, pero la mitad se recupera al cabo de unos tres meses.
"El tratamiento de apoyo precoz con rehidrataci¨®n y tratamiento de los s¨ªntomas mejora la supervivencia", recomienda la OMS. Es dif¨ªcil detectar pacientes infectados porque el curso cl¨ªnico de la enfermedad es muy variable, pero cuando se confirma un caso, se pueden detener los brotes aisl¨¢ndolo inmediatamente y con buenas pr¨¢cticas de protecci¨®n y control.
La sala de aislamiento de fiebre de Lassa en el Hospital de Ense?anza Especialista de Irrua, en el sur del estado de Edo, es la ¨²nica unidad de este tipo en un pa¨ªs de 190 millones de personas donde la proporci¨®n del Producto Interior Bruto (PIB) que se dedica a la sanidad es del 3,7%. Por tener una comparaci¨®n, Espa?a destina el 9%, por debajo de la media de los pa¨ªses de la UE.
En el centro de investigaci¨®n trabaja una docena de m¨¦dicos nigerianos y unos pocos especialistas en medicina tropical provenientes de Europa, y est¨¢n pasando dificultades para enfrentarse a este brote:?En circunstancias normales, solo trata a un par de docenas de pacientes cada a?o. Pero desde el comienzo de 2018, m¨¢s de 150 han sido admitidos. "Ahora contamos con menos de 30 pacientes", asegura a AFP el director del centro, Ephraim Ogbaini-Emovon. "Nunca hab¨ªamos registrado esta cifra. Las instalaciones est¨¢n sobrecargadas".
Kevin Ousmane, especialista en la lucha contra los riesgos virales en OMS, pasa sus d¨ªas recordando al personal m¨¦dico la importancia de utilizar equipos de protecci¨®n completa. Tanto esta medida como el aislamiento de los infectados son vitales para frenar la propagaci¨®n. "?Cambia tus guantes!" ordena Ousmane. "?Tira esta agua! ?No pongas esta bolsa en el piso!". Frente al hospital, guantes quir¨²rgicos y jeringas han quedado sobre la hierba porque los contenedores de basura rebosan. "Dada la situaci¨®n en la que vivimos aqu¨ª, vamos directo a lo b¨¢sico", dice Ousmane a AFP mientras los m¨¦dicos van y vienen vestidos con trajes de protecci¨®n de pies a cabeza.
Riesgo de contagio
Tal y como ocurri¨® en Sierra Leona, Guinea y Libera durante la ¨²ltima epidemia de ?bola, que dej¨® m¨¢s de 11.300 muertos entre 2014 y 2016, en Nigeria tambi¨¦n es costumbre que los familiares cuiden de sus enfermos. "Pero tenemos que poner fin a esto, es demasiado arriesgado", afirma el empleado de la OMS. Mientras, muchos parientes de los ingresados en la sala de aislamiento se acercan al hospital calzados con chanclas y una simple mascarilla.
Uno de estos preocupados familiares es Wilson Oherein, cuya esposa falleci¨® la pasada semana tras contraer la enfermedad. Su hija de tres a?os tambi¨¦n est¨¢ contagiada y se encuentra ingresada en la sala de aislamiento de Irrua. Oherein, que admite que hasta ahora solo hab¨ªa o¨ªdo vaguedades sobre la fiebre de Lassa, pasa los d¨ªas junto a la cama de su ni?a y se encarga de alimentarla y de lavar su ropa. "Estar¨¦ bien", dice como para convencerse durante un rato de descanso en una sala habilitada para familias de pacientes. "Solo estoy ansioso por mi hija y por el duelo de mi esposa. Me deja perplejo".
La tasa de mortalidad de la fiebre de Lassa es del 1%, aunque llega al 15% en los pacientes hospitalizados
Para el doctor Mu?oz, es importante sensibilizar sobre la relaci¨®n que existe entre los brotes de enfermedades v¨ªricas con los cambios clim¨¢ticos y ecol¨®gicos que se est¨¢n produciendo en la Tierra. Brotes como el de Nigeria o como cualquiera que sea de una enfermedad transmitida por animales podr¨ªan tener que ver con las modificaciones en el comportamiento de los estos. "Cuando el ambiente es m¨¢s seco, las ratas van a buscar agua a las casas, a lugares m¨¢s cercanos a la gente. Al final, el reservorio se est¨¢ acercando al ser humano y eso aumenta el riesgo de contagio", afirma el especialista, que recuerda que en muchos lugares de ?frica subsahariana es habitual cazar y manipular roedores, incluso para su consumo.
En cada brote la mortalidad es diferente: depende de si la cepa del virus es la misma y tambi¨¦n del sistema de salud del pa¨ªs donde se haya producido. "Si es uno muy d¨¦bil donde la gente vive en lugares remotos y le cuesta llegar a centros de salud, muchos enfermar¨¢n y morir¨ªan en casa", explica el doctor Mu?oz. Cuando el sistema de salud es ¨®ptimo y un enfermo puede llegar al hospital r¨¢pidamente y ser diagnosticado, tiene m¨¢s posibilidades de recuperarse. "Lo importante es hacer una detecci¨®n precoz y tomar medidas de prevenci¨®n: campa?as de educaci¨®n sanitaria, evitar el contacto con roedores e identificar y aislar los contagiados", abunda el experto.
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