El proyecto secreto que consigui¨® burlar al oligopolio farmac¨¦utico
Un sistema de farmacias populares ha logrado que se reduzca el precio abusivo de los medicamentos en Chile
En pleno centro de Santiago, en el barrio de Recoleta, entre mercados populares y el ir y venir fren¨¦tico de peque?os comerciantes, se encuentra la Farmacia Popular Ricardo Silva. El establecimiento, que hace honor al estudiante de Qu¨ªmica y Farmacia que muri¨® asesinado por la CNI en plena dictadura, atiende cada d¨ªa alrededor de un centenar de personas.
Uno de sus clientes habituales es Lautaro Araneda, un profesor de escuela p¨²blica de 59 a?os a quien le diagnosticaron problemas al coraz¨®n e hipertensi¨®n. Aunque el hombre no quiere dar detalles de su enfermedad, reconoce que necesita medicarse a diario para convivir con ella de forma m¨¢s o menos llevadera.
Desde que Lautaro decidi¨® adquirir sus medicamentos a la farmacia popular gasta mensualmente 7.200 pesos chilenos (casi 10 euros), pero antes invert¨ªa 70 euros al mes en f¨¢rmacos de la misma marca y dosis que los que consume ahora. ¡°Nunca me los compraba todos porque no me alcanzaba, entonces eleg¨ªa un mes unos y otro mes otros¡±, explica.
Nelia Ahumada, otra vecina jubilada del barrio, de 66 a?os, se estrena en esta farmacia. Necesita unas pastillas para su marido, enfermo de la pr¨®stata desde hace tres a?os. Sale satisfecha del establecimiento, pues en su caso el ahorro ha sido de m¨¢s del 80%. ¡°Vendremos siempre a comprar aqu¨ª a partir de ahora¡±, asegura convencida despu¨¦s de registrarse como vecina del distrito, un requisito indispensable para poder acceder al servicio.
Las farmacias populares fueron una iniciativa impulsada en 2015 por el alcalde de Recoleta, Daniel Jadue, un reconocido militante del Partido Comunista, ante el precio de los medicamentos. En Chile, el mercado farmac¨¦utico se reparte en tres grandes cadenas y, seg¨²n los estudios de mercado, se reparten el 90% de las ventas del pa¨ªs. ¡°La idea naci¨® como respuesta a una demanda ciudadana, sobre todo de la gente mayor, de acercar a la poblaci¨®n el derecho a la salud¡±, explica el edil.
Desde que en octubre de 2015 se inaugur¨® la Farmacia Popular de Recoleta, la f¨®rmula ha sido replicada en todo el pa¨ªs hasta llegar hoy a los 149 establecimientos
El proyecto, que se trabaj¨® en secreto durante un a?o y medio, busca dar una salida a un modelo de salud que basa su mercado farmac¨¦utico en un triopolio. Una concentraci¨®n que empez¨® hace m¨¢s de 20 a?os, con un proceso de econom¨ªa de escala, en el que las marcas que m¨¢s crecieron, ligadas a varios grupos econ¨®micos, terminaron haci¨¦ndose con el mercado de las farmacias de barrio. As¨ª, aumentaron su distribuci¨®n y consiguieron que los laboratorios les vendieran productos a precios muy inferiores que al resto de sus competidores. El proceso de crecimiento fue muy r¨¢pido y les permiti¨® diversificar tanto sus productos que terminaron convirti¨¦ndose casi en minimarkets.
Seg¨²n el acad¨¦mico de la Escuela de Salud P¨²blica de la Universidad de Chile Rony Lenz, en la d¨¦cada de los 2000, las tres grandes compa?¨ªas empezaron a subir los precios, a omitir informaci¨®n a sus clientes y a incentivar a sus empleados para que orientaran la demanda en base a los intereses de la cadena. ¡°Un proceso que se conoci¨® como la canela¡±, detalla Lenz.
El conjunto de malas pr¨¢cticas lleg¨® a su m¨¢xima expresi¨®n el 2008 con el esc¨¢ndalo de la colusi¨®n, en el que el oligopolio pact¨® una subida simult¨¢nea del coste de m¨¢s de 200 f¨¢rmacos y anul¨® el sistema de competencia. Diez ejecutivos de las tres grandes marcas fueron acusados de adulteraci¨®n fraudulenta de los precios de los medicamentos, que en algunos casos llegaron a aumentar en m¨¢s del 100%. El caso provoc¨® un fuerte impacto y conmoci¨®n en la opini¨®n p¨²blica y se transform¨® en uno de los ¨ªconos de las pol¨ªticas anticompetitivas de la historia del pa¨ªs.
Una de las tres farmac¨¦uticas lleg¨® a un acuerdo conciliatorio con la Fiscal¨ªa Nacional Econ¨®mica, admiti¨® los hechos a cambio de pagar una multa de un mill¨®n de d¨®lares. Las otras dos denunciadas no suscribieron el pacto y se sometieron a un juicio ante el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC), que en 2012 las conden¨® a pagar una multa de 20 millones de d¨®lares a cada una, el m¨¢ximo establecido por ley.
La indignaci¨®n social se dispar¨® cuando la el Ministerio P¨²blico ofreci¨® un acuerdo a los imputados que implicaba asistir a clases de ¨¦tica empresarial y pagar una multa en forma de donaciones a instituciones de salud y ONG. Los ejecutivos, sin embargo, rechazaron el pacto y fueron a juicio penal, en el que finalmente quedaron absueltos en 2015. En un fallo dividido, el tribunal estableci¨® que s¨ª hubo ¡°coordinaci¨®n¡± de precios, sin embargo, concluy¨® que ¡°no es dable inferir pura y simplemente del vocablo coordinar una intenci¨®n falaz, una intenci¨®n destinada a conseguir como resultado la tergiversaci¨®n artificial y capciosamente para lucrar, con ello causando perjuicio a los destinatarios de los medicamentos".
En 2008, diez ejecutivos de las tres grandes marcas fueron acusados de adulteraci¨®n fraudulenta de los precios de los medicamentos, algunos aumentaron m¨¢s del 100%.
Precios hinchados
En Chile el coste de los f¨¢rmacos es m¨¢s alto que en Estados Unidos, Europa u otros pa¨ªses de la regi¨®n. Un estudio de la Universidad de Chile publicado en abril de 2017 sobre los precios de medicamentos en Argentina, Brasil, Per¨², M¨¦xico, Colombia y Chile indica que ¨¦ste es ¡ªen promedio¡ª el segundo pa¨ªs con los remedios m¨¢s caros.
En el pa¨ªs andino el mercado de los f¨¢rmacos opera bajo un modelo de libre comercio, en el cual la libre competencia y las variables propias del mercado determinan los precios de los medicamentos. No existe ninguna regulaci¨®n ni subsidios estatales que eviten que el alza de los precios afecte al bolsillo del consumidor. S¨®lo los f¨¢rmacos que tratan las enfermedades del llamado R¨¦gimen de Garant¨ªas Expl¨ªcitas (GES) ¡ªuna lista de 80 problemas de salud que incluye depresi¨®n, diabetes, VIH e hipertensi¨®n arterial, entre otros¡ª son obligatorios de cubrir tanto por el sistema p¨²blico (Fonasa) ¡ªa trav¨¦s de la entrega de productos en los consultorios u hospitales¡ª, como por los seguros de salud privados (isapres).
Otro factor que eleva los precios es la falta de gen¨¦ricos. Aunque su comercializaci¨®n se ha impulsado desde los noventa, Rony Lenz, que se dedica al estudio de la industria farmac¨¦utica chilena desde hace casi 30 a?os, apunta que ¡°hoy funciona s¨®lo al 20% de lo que deber¨ªa¡±. Seg¨²n datos disponibles del Servicio Nacional del Consumidor (Sernac), en enero de 2017 las tres grandes cadenas contaban s¨®lo con un 42% de los bioequivalentes que existen en el pa¨ªs. Un problema que, para el experto, tiene relaci¨®n directa con las presiones que los laboratorios ejercen a autoridades y pol¨ªticos para proteger sus intereses econ¨®micos.
Adem¨¢s de medicamentos, queremos importar material m¨¦dico, suplementos alimenticios y productos relacionados con la salud, para meter a¨²n m¨¢s presi¨®n al mercado
Un modelo a imitar
Desde que en octubre de 2015 se inaugur¨® la Farmacia Popular de Recoleta, la f¨®rmula ha sido replicada en todo el pa¨ªs hasta llegar hoy a los 149 establecimientos. El modelo convirti¨® a los ayuntamientos en dispensadores de remedios gracias a la intermediaci¨®n de la Central Nacional de Abastecimiento (Cenabast), un organismo estatal que compra grandes cantidades de productos a los laboratorios a precios muy reducidos para distribuirlos a los consultorios y hospitales de la red de salud p¨²blica, y a las farmacias populares. Mientras, los primeros los entregan de forma gratuita, las farmacias municipales los venden a precio de costo.
El ¨¦xito del proyecto ha sido indiscutible hasta el punto que incluso los distritos gobernados por alcaldes conservadores han imitado la iniciativa con sus propias variantes. Por ejemplo, en el barrio de Las Condes, uno de los m¨¢s acomodados de la capital, la administraci¨®n local compra los remedios directamente a los laboratorios, en vez de adquirirlos al Estado (Cenabast). El alcalde Joaqu¨ªn Lav¨ªn bautiz¨® la propuesta como la ¡°farmacia de la clase media¡±, para diferenciarla del modelo ¡°popular¡±.
Sea bajo la forma que sea, las cifras hablan por s¨ª solas del crecimiento de la iniciativa. Seg¨²n el director de operaciones de la Cenabast, Jaime Espinoza, ¡°mientras en 2015 se entregaron 33 tipos f¨¢rmacos a una sola farmacia popular, en 2016 fueron 581 variantes de remedios distribuidos a 57 farmacias municipales; y el a?o pasado se vendieron 534 tipos de f¨¢rmacos a 89 locales¡±.
Tras esa expansi¨®n, se cre¨® la Asociaci¨®n Chilena de Municipalidades con Farmacias Populares (Achifarp), presidida por el alcalde Jadue. El pasado mes de enero la organizaci¨®n llev¨® a cabo su primera compra con la adquisici¨®n de pa?ales para adulto y preservativos, lo que supuso un ahorro del 395% en el caso de los preservativos y del 92% para los pa?ales.
?Un futuro incierto?
En poco m¨¢s de dos a?os, las farmacias populares han beneficiado a m¨¢s de 5.500 personas s¨®lo en el barrio de Recoleta. Daniel Jadue destaca la buena acogida de la iniciativa y asegura que ¡°ha sido de uno de los proyectos de pol¨ªtica p¨²blica mejor recibido en mucho tiempo en este pa¨ªs¡±.
Para este a?o, la Cenabast pretende aumentar en m¨¢s de 200 los f¨¢rmacos que pondr¨¢ a disposici¨®n de las farmacias populares y, seg¨²n Jadue, el objetivo es encontrar proveedores en el mercado internacional para sustituir los existentes en Chile. ¡°Adem¨¢s de medicamentos, queremos importar insumos m¨¦dicos, suplementos alimenticios y productos relacionados con la salud, para meter a¨²n m¨¢s presi¨®n al mercado¡±, explica.
Para Ronny Lenz, la sustentabilidad del modelo pasa por tres estrategias: agruparse y formar un poder comprador ¡ªalgo que se ha concretado en los ¨²ltimos meses con la Achifarp¡ª, ¡°tecnologizarse¡± con un buen sistema de informaci¨®n, y capacitar a los qu¨ªmicos farmac¨¦uticos para que hagan seguimiento de los tratamientos de sus pacientes.
Otro factor para consolidar la iniciativa pasa por reducir el endeudamiento. El a?o pasado, 73 ayuntamientos con farmacias populares quedaron en deuda con la Cenabast por 737 millones de pesos (m¨¢s de un mill¨®n de euros). Sin embargo, considerando los municipios con farmacias populares y los que no las tienen, la deuda total la Central llega a los 5.144 millones de pesos (m¨¢s de siete millones de euros). Si las cifras no revierten, el d¨¦ficit del sector p¨²blico podr¨ªa profundizar, empeorando a¨²n m¨¢s sus precarias condiciones.
En opini¨®n de Lenz, la mejor f¨®rmula a nivel de pa¨ªs pasa por regular el sector farmac¨¦utico privado, espec¨ªficamente el oligopolio. ¡°Una alternativa es fijar precios derechamente y, la otra, crear un poder comprador p¨²blico tipo Cenabast pero para el sector privado y que luego las cadenas farmac¨¦uticas distribuyan los productos una vez que el intermediario haya fijado precios con los laboratorios¡±, propone.
Pero no parece que esta sea la idea que tiene en mente el nuevo presidente del pa¨ªs, Sebasti¨¢n Pi?era, quien asumi¨® el cargo el pasado 11 de marzo. El mandatario no ha explicitado ning¨²n apoyo a las farmacias populares y ha descartado intervenir en el mercado farmac¨¦utico porque considera que el lobby de las grandes cadenas y los laboratorios es muy poderoso.
El futuro de las farmacias populares se dibuja incierto ante el cambio de rumbo pol¨ªtico de Chile. Sin embargo, dar pasos atr¨¢s ser¨¢ dif¨ªcil considerando que, seg¨²n las encuestas, la iniciativa cuenta con un 86% de apoyo ciudadano. Un dato que anot¨® muy bien el alcalde comunista. Jadue tiene claro que ¡°los gobiernos locales tienen que tomar protagonismo en todos aquellos servicios donde el Estado no opera¡±. Bajo esa l¨®gica, pretende aprovechar todas las oportunidades para seguir con sus propuestas comunitarias. De hecho, ha decidido trasladar ese modelo a otros servicios necesarios para el distrito. Hoy, la farmacia de Recoleta comparte plaza con una ¨®ptica popular y en camino van una inmobiliaria y una librer¨ªa. El acceso a la cultura y la vivienda ser¨¢n los pr¨®ximos proyectos del barrio.
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