El estr¨¦s engorda igual que una hamburguesa doble con queso
El cortisol influye directamente en la circunferencia de la cintura. Si le mide ma?s de 100 cm, pida unas vacaciones
Si se ha subido a la b¨¢scula y comprueba con horror que no es solo que no pierda peso, sino que adem¨¢s lo gana, ¡ªy eso que atraviesa por una racha que le tiene con los nervios de punta¡ª, tal vez le interese saber que el estr¨¦s est¨¢ zampando por usted. Y no tiene por qu¨¦ ser as¨ª.
El estr¨¦s es una reacci¨®n fisiol¨®gica de defensa ante ciertas amenazas. Cuando el organismo percibe un peligro potencial, las gl¨¢ndulas suprarrenales liberan adrenalina y cortisol (hormonas del estr¨¦s), que hacen que se acelere el coraz¨®n para bombear m¨¢s cantidad de sangre hacia los m¨²sculos y otros ¨®rganos. Cuando desaparece la amenaza, el cerebro envi?a la orden de parar y el organismo vuelve a la calma... En teor¨ªa, porque con frecuencia nos cuesta regresar a la normalidad, ese estr¨¦s mantenido en el tiempo es el que puede acarrear problemas de salud.
Estamos atacados
"El estr¨¦s no es ni bueno ni malo, depende de su intensidad, de la frecuencia y de co?mo lo gestionemos. La cuesti¨®n es tener el justo para resolver la situaci¨®n amenazante", aclara Guillermo Fouce, profesor de Psicologi?a de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Pero la cosa no es tan sencilla, a juzgar por los resultados de un estudio del laboratorio Cinfa, que ha encontrado que m¨¢s de 12 millones de ciudadanos en Espa?a tienen estr¨¦s habitualmente. Y es aqu¨ª donde puede estar una de las claves de la epidemia de sobrepeso que hay en este pa¨ªs, y que afecta al 60% de la poblaci¨®n, seg¨²n la Revista Espa?ola de Cardiolog¨ªa. Porque, como dilucida una investigaci¨®n reciente publicada en Proceedings of the National Academy of Sciences, la obesidad es una de las consecuencias que tiene ese estado de tensi¨®n agobiante
L¨®gicamente, no se puede concretar el n¨²mero exacto de kilos que se agarran al cuerpo por cada cosa que nos altere, pero para hacernos una idea, el efecto del estr¨¦s es comparable al que tiene comer una hamburguesa con queso o una barra de chocolate y caramelo, seg¨²n se desprende de los trabajos de un equipo de cient¨ªficos de la Universidad Brigham Young, en Utah (Estados Unidos), que ha constatado que el estr¨¦s afecta al intestino tanto como la dieta. Concretamente, la investigaci¨®n (llevada a cabo en ratas y publicada en Nature) ha detectado que la microbiota (poblaci¨®n de bacterias del intestino) de las hembras delgadas estresadas cambia hasta parecerse a la de los machos obesos. Estos mantienen estable su composici¨®n bacteriana, si bien el estr¨¦s hace que est¨¦n ma?s ansiosos y menos activos fi?sicamente.
Y solo nos calma el dulce
Al margen de lo que suceda en el interior de las tripas, y que pueda favorecer la ganancia de peso, lo cierto es que cuando estamos estresados, mordisquear palitos de apio o de zanahoria no consuela tanto como comer un trozo de pizza, media tableta de chocolate o cualquier otra comida bien cargada de calor¨ªas.
Fernando Fern¨¢ndez-Aranda, coordinador de la Unidad de Trastornos de la Alimentaci¨®n del Hospital de Bellvitge, en Barcelona, comenta: "Las situaciones de estr¨¦s, que directa o indirectamente suelen influir en nuestro estado de ¨¢nimo, modulan la ingesta de alimentos empuj¨¢ndonos a que comamos por exceso o por defecto. A trav¨¦s de la comida conseguimos aliviar o evadir sensaciones negativas; y que generalmente optemos por un determinado tipo de productos (altamente cal¨®ricos) viene dado por aspectos sensoriales (suelen ser ma?s sabrosos), de privaci¨®n (las personas que hacen dietas evitan estos alimentos y por tanto incrementan su deseo por ingerirlos) y biol¨®gicos/nutricionales, asociados a las sustancias que los componen y su efecto sobre el ¨¢nimo".
Este experto, que pertenece al Centro de Investigaci¨®n Biome?dica en Red de Obesidad y Nutrici¨®n (Ciberobn), piensa que el estr¨¦s, por s¨ª mismo, no engorda. ?Su argumento? "En el ¨²ltimo siglo, la humanidad ha estado expuesta a situaciones importantes de estr¨¦s y no ha aumentado la obesidad como est¨¢ sucediendo actualmente". Eso s¨ª, admite que lo que puede engordar son las estrategias utilizadas para aliviarlo, unido a una vida sedentaria. Y lo peor, an?ade Fern¨¢ndez-Aranda, "es que se generar¨¢ un ci?rculo vicioso que activaremos en futuras situaciones de impacto".
?Y cu¨¢ndo se produce esto? Nuria Guill¨¦n, dietista-nutricionista del hospital San Joan de Reus y profesora en la Universidad de Tarragona, lo explica: cuando optamos por comer como v¨¢lvula de escape (ingesta emocional), "elegimos el dulce porque es agradable para el paladar, y una manera de paliar situaciones de ansiedad o des¨¢nimo por el placer que genera".
Para colmo, el estr¨¦s provoca insomnio
Cuando es cr¨®nico tambie?n afecta al suen?o (en cantidad y calidad), hasta el punto de que las mujeres de mediana edad duermen como los mayores (que necesitan menos) o como los insomnes, sostiene un estudio publicado en la revista Sleep. La corta duraci¨®n del suen?o se asocia a una mayor ingesta cal¨®rica total, a dietas con m¨¢s grasas y menos prote¨ªnas y a reducir frutas y verduras, seg¨²n documenta Advances in Nutrition. Todos ellos, factores que predisponen a la obesidad y a desarrollar enfermedades relacionadas como diabetes o hipertensi¨®n.
En este escenario es dif¨ªcil encontrar una salida, pero no imposible. Una de ellas es intentar corregir la relaci¨®n con la comida. Fern¨¢ndez-Aranda matiza: m¨¢s que alimentos que empeoren el estr¨¦s, debemos hablar de personas con propensio?n a comer ante determinadas situaciones de vulnerabilidad. "En humanos no se ha demostrado que determinado tipo de alimentos tengan un mayor poder adictivo y, por tanto, inciten a una ingesta m¨¢s fecuente; pero s¨ª hay sustancias que influyen en el sistema nervioso central (cafe¨ªna, tei?na, bebidas energ¨¦ticas) y que, por su efecto modulador en el estado de ¨¢nimo, pueden influir indirectamente en un plan alimentario".
Guillermo Fouce, an?ade: "La sobrealimentaci¨®n cumple su funci¨®n a corto plazo (proporcionar un subid¨®n de energi?a en un momento determinado) y la hemos adquirido como una respuesta eficaz, pero a la larga genera muchos problemas". ?Cu¨¢l es su receta antiestr¨¦s? "Tomar conciencia de que es una reacci¨®n normal a la que hay que adaptarse. Despu¨¦s, evaluar las situaciones (si son o no estresantes), y activarnos solo ante las que de verdad lo requieran. Y, por ¨²ltimo, aceptar una situaci¨®n si no podemos cambiarla".
Caries
Ca¨ªda de pelo
Contractura
El estr¨¦s altera los niveles hormonales, lo que provoca una bajada de defensas que a su vez disminuye la producci¨®n de saliva. "Esto hace que los ¨¢cidos sean m¨¢s agresivos, ataquen el esmalte y favorezcan la caries", cuenta Ana Antoranz, profesora de Odontolog¨ªa de la Universidad Europea. A esto an?ada los perjuicios del bruxismo: "Es frecuente en personas con estr¨¦s y acarrea desgaste dental, dolor de cuello y cefaleas", adem¨¢s del incordio de la halitosis, pues, como remata la experta, "las alteraciones hormonales reducen la cantidad de saliva secretada".
"El estr¨¦s puede inducir en el pelo un efluvio tel¨®geno, que es una ca¨ªda transitoria que se recuperar¨¢ cuando pase la situaci¨®n estresante, aunque en algunos casos podr¨¢ convertirse en cr¨®nico y necesitar¨¢ un manejo espec¨ªfico", refiere Sergio Va?¨®, director de la Unidad de Tricologi?a del Hospital Ramo?n y Cajal, de Madrid.
El est¨®mago duele, pues aumentan la acidez y el reflujo, los m¨²sculos se tensan y aparecen las contracturas, los s¨ªntomas de la menopausia se intensifican, baja la testosterona...
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