Pasaje de ida y vuelta para salvar la vida de un ni?o
Mohamed es un menor marroqu¨ª de un a?o que est¨¢ vivo gracias a que fue tratado en un hospital andaluz

El m¨®vil de F¨¢tima Sora Abselam Mustafa est¨¢ repleto de fotos de ni?os marroqu¨ªes que tienen una enfermedad grave y familias pobres. Las ense?a una tras otra mientras atraviesa la complicada frontera que separa Ceuta, su ciudad de origen, y Marruecos, el pa¨ªs donde ejerce como voluntaria. F¨¢tima es una mezcla de fuerza, entrega y alegr¨ªa, siempre presentes mientras conduce, ayuda, habla, abraza, come, camina, muestra, limpia. Una vez a la semana ella y su t¨ªa, Sineb Mohamed Abdeselam, pasan a Marruecos para ayudar a menores enfermos de familias sin recursos. T¨ªa y sobrina forman parte de la peque?a ONG ceut¨ª Enfermos sin Fronteras.
F¨¢tima y Sineb son un min¨²sculo pero firme puente entre dos mundos: Marruecos y Espa?a. El primero ocupa el puesto 123 en ?ndice de Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el segundo, el 27. Precisamente, la salud es uno de los indicadores que tiene en cuenta el PNUD para elaborar el ¨ªndice.
Mohamed tiene un a?o y vive en Castillejos (Fnideq), Marruecos. Calza unas botitas que conectan sus pies por la suela a trav¨¦s de una pieza met¨¢lica. Naci¨® con hidrocefalia, meningocele y una malformaci¨®n en los pies ¡ªlos ten¨ªa pegados al pecho¡ª. Ha sido operado con ¨¦xito en C¨¢diz, pero, a¨²n as¨ª, va a llevar una sonda de por vida y no va a andar. En cuanto naci¨® Mohamed y fue diagnosticado, F¨¢tima y Sineb realizaron el cada vez m¨¢s complejo proceso, seg¨²n denuncia F¨¢tima, para conseguir que el beb¨¦ marroqu¨ª se beneficiara del Fondo de cooperaci¨®n del Servicio Andaluz de Salud. Un fondo que, como bien explica F¨¢tima, ¡°acepta casos que no tienen cura en otros pa¨ªses como Marruecos, pero en Espa?a s¨ª¡±. Mohamed es uno de los pocos ni?os marroqu¨ªes que se han beneficiado de ¨¦l. Desde 2009, 32 menores han sido tratados en Andaluc¨ªa, 18 de los cuales llegaron a trav¨¦s de Enfermos sin Fronteras, seg¨²n datos facilitados por la Consejer¨ªa de Salud de la Junta de Andaluc¨ªa.
Adem¨¢s de la salud, Mohamed tiene otro problema: es pobre. Enfermos sin Fronteras gestion¨® su operaci¨®n en C¨¢diz y corri¨® con los gastos. ¡°El fondo de cooperaci¨®n se hace cargo desde la puerta del hospital para dentro, pero desde la puerta del hospital para fuera, todos son nuestros: el barco, el autocar, el alojamiento, las dietas... Todo¡±, explica F¨¢tima. Adem¨¢s, siempre va alguien de Enfermos sin Fronteras acompa?ando, en este caso, al beb¨¦ y a su madre, Fdela, que no conoce el idioma y no sabe desenvolverse. Por este motivo, en la ONG suelen pedir la colaboraci¨®n de organizaciones locales de las distintas ciudades andaluzas a las que van.
Marruecos ocupa el puesto 123 en el ?ndice de Desarrollo Humano del PNUD y Espa?a el 27
Ahora Mohamed tiene que volver a alguna revisi¨®n a C¨¢diz, pero se recupera en su casa de Castillejos. La alegr¨ªa de F¨¢tima y Sineb cuando hablan de lo bien que ha salido todo es contagiosa. A su vez, Fdela, la madre, muestra un profundo y sincero agradecimiento. Sin infravalorar esta alegr¨ªa, no es menos cierto que, una vez de vuelta a casa, Mohamed se enfrenta a la que es su realidad: su hermana mayor tiene siete a?os y se llama Umaina, va al colegio feliz. Ella es la ¨²nica sana de sus hermanos.
Entre Umaina y Mohamed est¨¢ Fatema Zohra, con seis a?os. ¡°Con esta familia empezamos cuando Fatema ten¨ªa nueve meses¡±, recuerda F¨¢tima. Cuando naci¨® le diagnosticaron hidrocefalia. ¡°La operaron a los dos meses de vida en Marruecos¡±. Una serie de complicaciones, unidas a la falta de atenci¨®n sanitaria, hizo que Fdela acudiera, asustada, a Enfermos sin Fronteras. ¡°La madre vio que a la ni?a la cabeza le crec¨ªa y le crec¨ªa. Cuando supimos de este caso la ni?a ya estaba ciega, ya no ve¨ªa¡±, relata F¨¢tima. A?os despu¨¦s se qued¨® ¡°como un vegetal, con un cuerpo muy peque?o y una cabeza muy grande¡±, a?ade Sineb. Poco despu¨¦s de estas palabras y justo antes de la publicaci¨®n de este reportaje, Fatema falleci¨®.
No sorprende, por tanto, que el sentimiento de agradecimiento de Fdela en el caso de Mohamed sea tal real. Esta familia, como muchas otras, no tiene acceso a una sanidad digna porque no pueden pagarla, lo que en su caso ha supuesto la diferencia entre la vida y la muerte.
La estrategia presente y futura de cooperaci¨®n entre Marruecos y la Organizaci¨®n Mundial de la Salud 2017-2021 incluye ¡°el acceso a servicios de salud de calidad e integrales centrados en la persona y disponibles para los colectivos m¨¢s vulnerables, a fin de llevar a Marruecos hacia la cobertura sanitaria universal¡±. A pesar de que la realidad sanitaria actual hace indispensable tener un seguro privado para acceder a una atenci¨®n adecuada, Marruecos dispone de la tarjeta Ramed, un plan de asistencia social dirigido a las personas con menos recursos econ¨®micos.
El problema, como explica el doctor marroqu¨ª Hassane Benkhlafa, es que la tarjeta Ramed ¡°otorga el derecho a la atenci¨®n disponible solo en instituciones p¨²blicas. Este sistema es relativamente eficaz para la atenci¨®n b¨¢sica, como la hospitalizaci¨®n y la cirug¨ªa, pero las listas de espera son largas y los hospitales no est¨¢n bien equipados¡±, de ah¨ª que casos como el de Fatema sean habituales. Por este motivo, aunque F¨¢tima reconoce que la mayor¨ªa de las familias a las que atienden tienen la tarjeta Ramed, esta sirve de poco. Ni siquiera pueden pagar los medicamentos que necesitan, por eso la ONG tambi¨¦n entrega a distintos m¨¦dicos con lo que trabajan habitualmente los f¨¢rmacos que necesitan los ni?os a los que atienden.

La diferencia entre Mohamed y su hermana fallecida es que ¨¦l no ten¨ªa cura en Marruecos, por eso pudo ser operado en Andaluc¨ªa, y su hermana s¨ª, aunque la atenci¨®n que recibi¨® fuera tan deficitaria. As¨ª pues, en el mundo real de Mohamed hay una sanidad p¨²blica ¡ªa la ¨²nica que tiene acceso¡ª que no sirve. Este mundo est¨¢ en Castillejos, en el barrio de Hauma Fokania, donde se viven situaciones de pobreza severa. Esta ciudad, perteneciente a la provincia de Tetu¨¢n, est¨¢ a algo m¨¢s de siete kil¨®metros de Ceuta. Calles sin asfaltar, casas a medio construir. Sensaci¨®n constante de que todo est¨¢ a medias. En este lugar la historia de Fdela se repite una y otra vez. Como ellos, muchas familias vienen de zonas rurales pobres del interior con la esperanza de un futuro mejor por la proximidad de la frontera, pero la realidad que encuentran no es la deseada.
Fdela y sus hijos comparten casa con otra familia. Tienen que pagar al mes 70 euros, cantidad que consiguen con mucha dificultad. Por este motivo, la ayuda de Enfermos sin Fronteras no se ci?e exclusivamente al terreno sanitario; ¡°es una gesti¨®n m¨¦dica y social¡±, recalca F¨¢tima. Les llevan ropa, pa?ales, algo de comida, zapatos. A Fdela, adem¨¢s, le acaba de abandonar su marido. En un pa¨ªs donde la desigualdad entre hombres y mujeres es inmensa, es frecuente ver a las madres como responsables ¨²nicas de sus hijos enfermos. Fdela cuenta seria y firme, mientras las l¨¢grimas caen por su rostro, que su marido le culpa de haber tenido dos hijos enfermos. Dada su situaci¨®n familiar, se queja de que le es dif¨ªcil encontrar un trabajo. Su deseo es claro: ¡°Vivienda y sanidad¡±.
Esta mezcla de pobreza y enfermedad hace que la ONG lleve a?os trabajando con muchas de las familias, tanto si sus hijos fueron tratados en Espa?a ¡ªuna minor¨ªa¡ª como si no, ¡°porque no es operarlo y dejar que se vuelva a poner mal¡±, explica Sineb.
La discapacidad llama a la puerta
Mohamed tendr¨¢ una discapacidad de por vida. En Marruecos la hay dos tipos: la suya, provocada por los distintos males que ha padecido, y la devenida por la mala atenci¨®n sanitaria. ¡°La discapacidad es mucho m¨¢s prevalente en los pa¨ªses pobres porque la pobreza es una fuente de enfermedad incapacitante. La falta o demora en el diagn¨®stico y la atenci¨®n exacerban las deficiencias y sus consecuencias¡±, explica el doctor Hassane Benkhlafa, m¨¦dico especialista en medicina f¨ªsica y rehabilitaci¨®n. Ejerce en el sector privado en la ciudad de Sal¨¦ y colabora con distintas ONG que trabajan con ni?os que tienen una discapacidad.
La familia de Mohamed no tiene acceso a una sanidad digna porque no pueden pagarla
Fatema es un ejemplo de esa falta de atenci¨®n apropiada que desemboc¨® en una discapacidad severa y posterior fallecimiento. Como denuncia F¨¢tima, ¡°hay m¨¦dicos muy buenos en Marruecos, es el sistema sanitario el que no funciona¡±. Afirmaci¨®n que corrobora el doctor Benkhlafa. ¡°Hay m¨¦dicos con el mismo nivel de experiencia que sus contrapartes en otros pa¨ªses, el problema est¨¢ en la insuficiencia de la prestaci¨®n de asistencia en el sector p¨²blico¡±.
En Enfermos sin Fronteras trabajan con muchas familias que tienen como m¨ªnimo un hijo con discapacidad. Mohamed, por ejemplo, es posible que necesite una rehabilitaci¨®n que su madre no puede pagar. En el mundo de Mohamed, pocos pasos m¨¢s all¨¢ de su casa, en una empinada escalera, un ni?o saluda desde el suelo. Sus piernas son claramente inservibles. Es otra de las familias de Enfermos sin Fronteras. F¨¢tima y Sineb tratan de convencer a la madre para que lleve al ni?o a terapia, ellas conseguir¨¢n el dinero como sea para dos o tres sesiones. Lo importante es que la progenitora se fije en todos los ejercicios que hacen con el peque?o para que luego pueda repetirlos en casa ante la imposibilidad de pagar m¨¢s sesiones.
En la zona de Tetu¨¢n, la dificultad de acceso a la atenci¨®n sanitaria se justifica en la falta de recursos financieros en un 80% de los casos analizados en el Estudio sobre el acceso de las personas con discapacidad a los servicios de salud en la regi¨®n de Tetu¨¢n, realizado por la asociaci¨®n Hanan. Seg¨²n la ¨²ltima encuesta nacional de discapacidad, la tasa de prevalencia de discapacidad en la zona de T¨¢nger y Tetu¨¢n es 11,42%, mayor que la media del pa¨ªs, que est¨¢ en 6,8%.

El doctor Benkhlafa habla de ¡°abandono terap¨¦utico¡±. Como bien explica, ¡°si la discapacidad se arreglara dando una silla de ruedas a todos los ni?os que has visto en el suelo arrastr¨¢ndose usando sus brazos, el problema ser¨ªa un juego de ni?os. El problema de la discapacidad es multidimensional y requiere una atenci¨®n integral y multidimensional. Comienza con una pol¨ªtica de salud centrada en la prevenci¨®n, el diagn¨®stico y el tratamiento temprano de enfermedades causantes de discapacidades. Esta atenci¨®n m¨¦dica debe combinarse con una pol¨ªtica de educaci¨®n inclusiva y, por supuesto, esta pol¨ªtica global no debe descuidar el acceso a la cultura y el ocio¡±.
Mientras todo esto llega, Mohamed y su familia seguir¨¢n padeciendo estoicamente la realidad de un pa¨ªs que no tiene sanidad universal. Apoyados, eso s¨ª, por la alegr¨ªa y el coraje de F¨¢tima, Sineb y el peque?o equipo de Enfermos sin Fronteras.
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