Latinoam¨¦rica necesita construir m¨¢s, pero tambi¨¦n construir mejor

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Latinoam¨¦rica no solo tiene un enorme retraso en infraestructuras con respecto a otras regiones del mundo. Las que necesita deben ser sostenibles. Es decir, si hacen falta puentes, carreteras, depuradoras, colegios y hospitales, entre otras, no deben contribuir a aumentar la temperatura del planeta y, lo que es m¨¢s, tendr¨ªan que mitigar los da?os sociales y medioambientales ya ocasionados. En este axioma se basa el Informe de Sostenibilidad 2017 que present¨® el pasado s¨¢bado el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en su asamblea anual, que se est¨¢ celebrando en Mendoza (Argentina).

Agust¨ªn Aguerre, gerente de Infraestructuras de la entidad, pone un ejemplo para comprender mejor c¨®mo deber¨¢n ser estas obras a partir de ahora: ¡°Normalmente, los ingenieros para planificar un puente ten¨ªamos en cuenta el ¨ªndice de precipitaciones y el nivel del r¨ªo de los ¨²ltimos 30 a?os. Tom¨¢bamos el m¨¢ximo, sum¨¢bamos un metro y medio y a esa altura se constru¨ªa¡±. El cambio clim¨¢tico ha cambiado esto. ¡°Ya no funciona as¨ª: hay que dise?ar en funci¨®n del futuro y no del pasado. Ahora es necesario modelar en funci¨®n de variables cr¨ªticas, como cu¨¢l ser¨¢ la temperatura de la Tierra. Es necesario un enorme trabajo de predicci¨®n que conlleva estudios mucho m¨¢s complicados. Y, probablemente, esta carretera o ese puente, ser¨¢ m¨¢s caro¡±, a?ade Aguerre.

Y esto es solo en lo relativo a sostenibilidad t¨¦cnica, la imprescindible para que las infraestructuras no sean in¨²tiles en unos a?os. A esta, seg¨²n el BID, habr¨ªa que a?adir una ambiental, que contempla las emisiones y su influencia en el cambio clim¨¢tico; la econ¨®mica, que sea rentable; la institucional, que su gobernanza est¨¦ basada en la transparencia y la social, es decir, lo que concierne a las comunidades donde estas obras se ejecutan o el enfoque de g¨¦nero... Para lograr los objetivos recogidos en el Acuerdo de Par¨ªs sobre el clima y en la agenda 2030 no bastar¨¢ con construir, habr¨¢ que hacerlo de una manera diferente.

¡°Por un lado, har¨¢n falta nuevos materiales, pero no solo eso. Tambi¨¦n, cambiar la huella de las construcciones ajustando los tama?os¡±, explica Marcelo Cabrol, gerente del sector social del banco. Pone varios ejemplos de ello. Los hospitales son uno: ¡°En Latinoam¨¦rica estamos reduciendo un tercio el tiempo de ingreso para una intervenci¨®n. Esto redunda en centros m¨¢s peque?os e interconectados¡±. Otro son las escuelas, que tendr¨¢n que responder a nuevos paradigmas educativos. ¡°Ya no valdr¨¢ hacerlas como cajas de huevos, con tantas aulas, de tal dimensi¨®n para tantos alumnos¡±, a?ade Cabrol, que pinta un panorama educativo m¨¢s moderno y flexible, donde las tecnolog¨ªas tendr¨¢n mayor presencia. En este caso, en su opini¨®n, no ser¨¢ necesario invertir m¨¢s dinero en cada infraestructura, sino planearlas mejor antes de levantarlas.

S¨ª ser¨¢n m¨¢s caras, probablemente, las construcciones de viviendas sostenibles. ¡°Si se construyen con paneles solares, a priori resultar¨¢ m¨¢s costoso, pero si eval¨²as el coste de ampliar las redes el¨¦ctricas y llevar energ¨ªa al barrio compruebas que la diferencia no es tanta¡±, asegura Juan Pablo Bonilla, gerente del Sector de Cambio Clim¨¢tico y Desarrollo del BID.

Para lograr los objetivos recogidos en el Acuerdo de Par¨ªs sobre el clima y en la agenda 2030 no bastar¨¢ con construir, habr¨¢ que hacerlo de una manera diferente

El informe del banco indica que durante 2017 financi¨® 4.348 millones de d¨®lares en actividades relacionadas con la mitigaci¨®n y adaptaci¨®n al cambio clim¨¢tico, el equivalente de 28% del volumen de aprobaciones de proyectos durante el a?o. El nuevo plan de acci¨®n marca un objetivo del 30% para 2020.

En t¨¦rminos de g¨¦nero los porcentajes son mayores. "El banco ha pasado de un 25% de proyectos con indicadores medibles [de inclusi¨®n femenina] a un 55% y en los pr¨®ximos a?os vamos a llegar a un 80%", asegura Cabrol. La idea de que en los proyectos participen m¨¢s mujeres se viene materializando con distintos experimentos. En el mundo de la infraestructura, que es marcadamente masculino, en alguna ocasi¨®n el banco ha propuesto bonificar a las empresas que presentasen proyectos con un 30% de la plantilla femenina. Esto lo hicieron por ejemplo en Hait¨ª y ninguna compa?¨ªa alcanz¨® el umbral. La que gan¨® el concurso se qued¨® en un 25%. En otras obras han impuesto simplemente que las empresas capacitasen a mujeres en el manejo de maquinaria pesada para, en su caso, incorporarlas a los trabajos. ¡°Descubrimos que les gusta, que son muy buenas y que cuidan el material mucho mejor que los hombres. Tal es as¨ª, que las empresas las inclu¨ªan en las plantillas. Pero cuando se iban a hacer trabajos a la otra punta del pa¨ªs lo rechazaban por el arraigo al terreno, al colegio de los hijos... Son temas que tenemos que seguir pensando para tratar de resolverlos¡±, explica Aguerre. Una medida m¨¢s sencilla y bastante eficaz ha sido simplemente dar informaci¨®n en escuelas de secundaria a las chicas sobre las posibilidades de trabajo y salarios de una carrera t¨¦cnica con respecto a otra de humanidades. Se han llegado a registrar aumentos de matr¨ªculas femeninas en las primeras de un 30% con esta t¨¦cnica.

Todo este nuevo modelo necesitar¨¢ financiaci¨®n y, a pesar de las brechas con respecto a otras regiones, la inversi¨®n p¨²blica en infraestructura ha disminuido desde la crisis. ¡°Enfrentados a la capacidad cada vez menor de los gobiernos de financiar infraestructura, se necesita el gasto privado. El sector p¨²blico debe seguir jugando un papel en la planificaci¨®n y regulaci¨®n de la infraestructura. La coordinaci¨®n p¨²blica y privada plantea desaf¨ªos ¨²nicos¡±, reza el documento. ¡°El tiempo se agota y debemos elegir un camino sostenible: la infraestructura que se construir¨¢ a lo largo de los pr¨®ximos 15 a?os dictar¨¢ si el mundo se apresta a un aumento de solo dos grados, como se destac¨® en el Acuerdo de Par¨ªs sobre el cambio clim¨¢tico, y tendr¨¢ una fuerte influencia para determinar si el crecimiento en los mercados en v¨ªas de desarrollo es incluyente¡±, concluye.

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