Bye, bye, pl¨¢stico
El Reino Unido lidera la batalla global contra la plaga de los oc¨¦anos
?Cu¨¢ntas cosas les debemos a los brit¨¢nicos? La tradici¨®n del t¨¦ con scones; Shakespeare y los Beatles; las carreras de caballos de Ascot y sus sombreros estramb¨®ticos de ala ancha para las damas que asisten a las carreras, no para los caballos, se entiende; la democracia parlamentaria que se instal¨® en el reino sin que nadie tuviera que perder la cabeza. Quiz¨¢ un d¨ªa tengamos que a?adir a esta lista, para nada exhaustiva, el hecho de haber liderado una de las m¨¢s perniciosas batallas globales de nuestra ¨¦poca: la lucha tit¨¢nica contra el pl¨¢stico.
No voy a extenderme en lo pernicioso de los mares de pl¨¢stico que est¨¢n ahogando literalmente los oc¨¦anos y sus pobladores. Hemos hablado de ello en extenso varias veces en este blog, como en el post El pa¨ªs sin bolsas de pl¨¢stico y en este otro titulado La mayor limpieza (del oc¨¦ano) de la historia. La gravedad del asunto justifica con creces que el tema vuelva a la palestra. Hoy quiero celebrar la iniciativa ciudadana de abandonar el uso del pl¨¢stico que se est¨¢ extendiendo por el Reino Unido como un reguero de p¨®lvora.
En el origen del movimiento de masas, un programa divulgativo de la cadena BBC, Blue Planet II, presentado por el cient¨ªfico sir David Attenborough. El ¨²ltimo cap¨ªtulo de esta serie documental versa sobre el impacto humano en la vida marina. Se ven im¨¢genes por ejemplo de albatros alimentando a sus cr¨ªas con pl¨¢stico, sin ser conscientes del da?o que les infligen; o delfines hembra que exponen a sus peque?ines a sustancias contaminantes, tambi¨¦n sin conciencia de ello, porque no saben que su leche est¨¢ contaminada.
El programa finaliza con un llamado a la acci¨®n de Attenborough, quien sentencia que nunca antes hab¨ªamos sido tan conscientes del desastre ecol¨®gico y nunca antes hab¨ªamos tenido el poder para poder ponerle fin. ¡°El futuro de toda vida (en el planeta) depende de nosotros¡± es la frase con la que concluye la serie documental.
Despu¨¦s de ver el documental la reina Isabel prohibi¨® el uso de pajitas y botellas de pl¨¢stico en sus residencias
El llamamiento a la acci¨®n ha conseguido convencer de entrada a la propia emisora, la BBC, quien se ha comprometido a eliminar el uso del pl¨¢stico (vasos, utensilios y contenedores) en sus instalaciones en el plazo de dos a?os. La medida es m¨¢s que simb¨®lica. Aparentemente el personal y los visitantes de la BBC consumen unos dos millones de vasos de pl¨¢stico al a?o. Cuando un medio de comunicaci¨®n no s¨®lo predica sino que practica con el ejemplo. Esto s¨ª que es hacer historia y de la buena.
Pero la onda expansiva del documental alcanza mucho m¨¢s all¨¢ de los estudios de radio y de televisi¨®n brit¨¢nicos. De hecho ha tocado las conciencias en las m¨¢s altas cimas. Despu¨¦s de ver el documental la reina Isabel en persona prohibi¨® el uso de pajitas y botellas de pl¨¢stico en sus residencias.
Junto a la BBC y la reina Isabel, muchas otras personas se sintieron cuestionadas en su consumo por la emisi¨®n de Blue Planet II. Algunos decidieron abandonar el pl¨¢stico durante la Cuaresma, como quien ayuna de carne o de dulces, y daban cuenta de su decisi¨®n en Twitter con el hashtag #PlasticFreeLent (Cuaresma libre de pl¨¢stico). Algunos de estos twitteros comentaban lo dif¨ªcil que es prescindir del pl¨¢stico, no por falta de motivaci¨®n personal, sino porque en la vida diaria te endosan la bolsa o el envoltorio de pl¨¢stico s¨ª o s¨ª. La disyuntiva no es pl¨¢stico o no pl¨¢stico sino ¡°puedo comprar verdura¡± o ¡°no puedo comprar verdura¡±¡ en mi supermercado.
Quiz¨¢ por todo ello en marzo pasado cerca de Bath algunos ciudadanos indignados y clientes del supermercado Tesco decidieron, despu¨¦s de hacer la compra y antes de pasar por caja, arrancar el pl¨¢stico protector de algunos productos como protesta por el exceso de packaging. La BBC titul¨® la noticia como Plastic attack (ataque contra el pl¨¢stico). Los atacantes anunciaron o mejor deber¨ªa decir que amenazaron con arremeter contra el pl¨¢stico de otros comercios pr¨®ximamente. La idea ha convencido tambi¨¦n a unos cuantos activistas belgas puesto que est¨¢ previsto un primer plastic attack en suelo europeo (continental) ma?ana s¨¢bado, en Bruselas.
Lo dicho al inicio. Quiz¨¢ les debamos un d¨ªa a los brit¨¢nicos el m¨¦rito de abrir el camino para que cada uno, se trate del rey, de un cient¨ªfico, o de quien sea, asuma realmente la responsabilidad personal en este desastre no de ciencia ficci¨®n, sino de ciencia realidad. Como conclusi¨®n del post, ?qu¨¦ mejor que el llamado de David Attenborough?
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