Mocos y catarro en ni?os: mitos y verdades
La relaci¨®n entre la gravedad y el color de la mucosidad es una de las falsas creencias que m¨¢s se escucha en la consulta de pediatr¨ªa
Los padres con hijos matriculados en escuelas infantiles y en los primeros cursos de educaci¨®n infantil nos acostumbramos a verlos durante gran parte del curso escolar con mocos. No en vano, seg¨²n calculan los pediatras Elena Blanco y Gonzalo O?oro, pediatras en el Hospital Universitario La Moraleja y autores del blog Dos pediatras en casa, lo habitual es que un ni?o que acude a guarder¨ªa se contagie de unos 10 o 12 catarros durante el invierno: ¡°Si tenemos en cuenta que la mucosidad de un catarro se puede prolongar durante 20 d¨ªas, eso garantiza cerca de 200 d¨ªas al a?o de mucosidad¡±.
As¨ª las cosas, aceptamos sin preocuparnos el goteo acuoso, transparente y constante que emana de la nariz de nuestros hijos. Sin embargo, nuestras se?ales de alarma se disparan cuando ese moco acuoso muta hacia una sustancia m¨¢s viscosa y de tonalidades m¨¢s verdes. Y, por si acaso es s¨ªntoma de que el ni?o va a peor, acudimos a la consulta del pediatra. ¡°El moco es una primera barrera de defensa de nuestro organismo. En su composici¨®n contiene leucocitos, que segregan una enzima que se llama peroxidasa y sirve para eliminar a los virus y las bacterias. Esta enzima, entre otros efectos, oxida el hierro, lo que provoca el cambio de color del moco del trasparente al amarillo y de este al verde. Es algo parecido a lo que sucede con los moratones tras un golpe. Por ello el cambio de color del moco es algo habitual en un catarro y no debe preocupar a los padres¡±, explican Elena y Gonzalo.
Sin embargo, el mito que asocia los mocos verdes a gravedad del resfriado est¨¢ muy instaurado en la sociedad. Tanto como el pedir un antibi¨®tico para hacerles frente. Para ambos pediatras esto puede deberse ¡°a una pr¨¢ctica heredada de la medicina de los adultos, ya que la sospecha de sinusitis (fiebre, cefalea, dolor en senos paranasales y moco verde) garantiza la prescripci¨®n de un antibi¨®tico¡±; aunque matizan que las causas de las infecciones de la v¨ªa respiratoria de los ni?os var¨ªan respecto a la de los adultos, ¡°ya que son los virus los pat¨®genos m¨¢s frecuentes y por ello, pese a los mocos verdes de los ni?os, no es necesario un tratamiento antibi¨®tico¡±.
La pregunta es qu¨¦ responsabilidad tienen los profesionales sanitarios en la transmisi¨®n y la pervivencia de este mito. ¡°A nosotros nos gusta contar a los padres por qu¨¦ ocurren las cosas y por qu¨¦ est¨¢s tomando una actitud concreta con sus hijos. Sin embargo, en ¨¦poca invernal, cuando las consultas de pediatr¨ªa y las urgencias est¨¢n hasta arriba, a los pediatras nos cuesta encontrar el tiempo y la paciencia para explicar a los padres por qu¨¦ pese a la fiebre y el moco verde que tienen sus hijos se van a ir de la consulta sin un antibi¨®tico¡±, afirman los autores de Dos pediatras en casa, que destacan la importancia de vencer a las prisas para, adem¨¢s de realizar un diagn¨®stico adecuado, dar a los padres los consejos de salud necesarios para que sepan enfrentarse de forma adecuada a los resfriados de sus hijos: ¡°si esto no ocurre acabar¨¢n viniendo una y otra vez solicitando un antibi¨®tico. Es fundamental que esta informaci¨®n cale en los padres para que se genere una relaci¨®n de confianza m¨¦dico-paciente de la que finalmente saldr¨¢n beneficiados los ni?os¡±.
Mocos que bajan al pecho y otros mitos
El de los mocos verdes y la gravedad del catarro no es el ¨²nico mito asociado a los mocos de los ni?os que los pediatras escuchan muchas veces en consulta. Elena Blanco y Gonzalo O?oro reconocen que ¡°hay otros muchos¡±, pero coinciden al afirmar que el m¨¢s recurrente de todos ellos se sintetiza en una frase ("los mocos ya le han bajado al pecho") que transmite un temor habitual en todo padre con un hijo resfriado. Una frase y un mito en el que en su opini¨®n tambi¨¦n tienen cierta responsabilidad los pediatras, ¡°ya que muchas veces para resumir lo que le est¨¢ ocurriendo al ni?o utilizamos esa expresi¨®n sin explicar qu¨¦ es lo que est¨¢ ocurriendo realmente¡±.
Y lo que ocurre realmente no es que los mocos bajen al pecho como si se deslizasen por un tobog¨¢n: ¡°La evoluci¨®n de infecciones de la v¨ªa respiratoria baja como las bronquitis y las bronquiolitis siempre es la misma. En primer lugar, se produce una fase catarral en la que el moco se encuentra solo en la nariz para, a los tres o cuatro d¨ªas, encontrarse ya en la v¨ªa a¨¦rea inferior. Pero esto no ocurre porque el moco "baje al pecho" como si goteara por detr¨¢s de la garganta y se colara en la tr¨¢quea. Ocurre porque el virus que provoca este tipo de infecciones tiene esa capacidad, primero coloniza la nariz para luego avanzar y llegar hasta el pulm¨®n¡±.
Muy asociada a este mito est¨¢ una recomendaci¨®n t¨ªpica muy instaurada en el imaginario colectivo que aboga por mantener al ni?o incorporado "para que no le bajen al pecho". En ese sentido, seg¨²n los pediatras, cuando un ni?o tiene una bronquiolitis ¡°una de las cosas que podemos hacer para que respire mejor es incorporarle, ya que los pulmones de los humanos est¨¢n dise?ados para respirar en posici¨®n vertical, es decir, mientras estamos de pie¡±. Pero no, sin embargo, con el objetivo de que los mocos no "bajen al pecho" por efecto de la gravedad: ¡°Incorporemos o no al ni?o, el virus que provoca la bronquiolitis llegar¨¢ a los pulmones en los casos en que tenga capacidad para hacerlo".
Y luego est¨¢n los mucol¨ªticos. No habr¨¢ adulto crecido en los ochenta y en los noventa que no probase alguno de ellos. Y, claro, hoy los pedimos para nuestros hijos. Incluso nos sorprende que no nos los receten en consulta, con los mocos verdes que tienen nuestros hijos, que no les dejan ni respirar. Para Elena y Gonzalo ¡°ning¨²n estudio cient¨ªfico de calidad con mucol¨ªticos ha conseguido demostrar suficiente eficacia como para recomendarlos de manera rutinaria¡±. Y as¨ª lo establece tambi¨¦n en un documento de informaci¨®n para padres la Sociedad Espa?ola de Urgencias de Pediatr¨ªa: ¡°No existen medicamentos que curen los catarros. Los medicamentos anticatarrales (mucol¨ªticos, anticongestivos) son de dudosa eficacia¡±.
?C¨®mo tratar los catarros cuando derivan en mocos que se vuelven molestos para los ni?os, sobre todo cuando son peque?os y no saben sonarse?
Desde la Sociedad Espa?ola de Urgencias de Pediatr¨ªa, en el mismo documento citado, recomiendan evitar los ambientes secos en casa, no forzar a los ni?os a comer si se muestran inapetentes, ofrecerles l¨ªquidos y realizarles lavados nasales frecuentes. ¡°En estos casos lo m¨¢s adecuado es realizar una limpieza nasal¡±, refuerzan los pediatras, que a?aden que para ello basta con una botella de suero fisiol¨®gico que podemos encontrar en cualquier farmacia y una jeringa de 5 o 10 mililitros: ¡°Para hacer el lavado nasal colocaremos al ni?o tumbado y de lado y administraremos con fuerza el suero por un lado de la nariz. La intenci¨®n es que el moco salga por la otra por lo que hay que realizarlo con un poco de "mala leche", como les solemos decir a nuestros pacientes. En el fondo es pura fontaner¨ªa¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.