As¨ª elijo las actividades para mis hijos: dedicar tiempo a leer rese?as e informaci¨®n sobre qui¨¦n las organiza

Cada semana, en miles de hogares, muchos padres sin ideas para el siguiente fin de semana consultan todo internet a la desesperada para encontrar las dos palabras que les solucionen el plan: ¡°actividad infantil¡±. Y si de apellido es ¡°gratuita¡± ya es fenomenal. Las actividades infantiles que funcionan son ese raro animal mitol¨®gico que todo padre conf¨ªa encontrar alg¨²n d¨ªa, porque suponen la felicidad de los cr¨ªos y el reposo de los adultos por un ratillo. Adem¨¢s, en la pr¨¢ctica, tambi¨¦n resultan un comod¨ªn a?adido para incentivar el inter¨¦s de los ni?os. Te pongo ejemplos culturales que, en general, no levantan tantas pasiones como una feria infantil con atracciones. T¨², a tus cr¨ªos, les dices ¡°iremos al museo, al castillo o a la biblioteca¡­¡± y sabes que te protestar¨¢n. Pero si antes de la revuelta a?ades: ¡°Atentos, que hay actividades infantiles¡±, te ponen otra cara. Y hasta quiz¨¢ van con ganas.

Lo malo es que las actividades infantiles ya son como estudiar un m¨¢ster: se han puesto tan de moda que hasta que no vas no sabes si es una estafa. O para ser m¨¢s justos con la gente que se lo prepara y no le acaba de salir: ¡°La descripci¨®n del evento no cumple con las expectativas generadas¡±. Los organizadores de dichas actividades saben que nosotros vamos como moscas hacia la miel. As¨ª que se animan a publicitar cualquier propuesta, por poco elaborada que est¨¦. Y nosotros volamos hacia all¨ª con ilusi¨®n, aunque por experiencia sabemos que a veces la miel se transforma en un fluorescente crepitante de electricidad que te deja chamuscado.

De entrada, por excelente que sea la actividad, no te libras de un agobio considerable. Porque muchas familias leen los mismos blogs de propuestas para hacer con ni?os o el algoritmo les ense?a las mismas recomendaciones. Y eso acaba siendo como el atasco final en todas las pelis apocal¨ªpticas, donde la autopista se queda colapsada de gente que quiere ir por el mismo sitio. En muchas actividades encontrar¨¢s mucha cola, muchos ni?os quej¨¢ndose, muchos padres con los ojos en blanco¡­ y para redondearlo siempre har¨¢ mucho calor, sea la estaci¨®n que sea. Es el equivalente familiar a esperar en las rebajas mientras otros compran y t¨² no tienes ni d¨®nde sentarte.

Luego, una vez superada la cola y empezada la actividad, hay que ver la distancia entre lo anunciado y lo que tienes delante. Y soy consciente (porque como autor tambi¨¦n he dado un mont¨®n de talleres infantiles) que hay que adaptarse a edades, complejidades y peligros. Porque por mucho que anuncies una edad recomendada, los que se apuntan siempre traen de polizones a hermanos m¨¢s peque?os que lo tocan todo e interfieren en la actividad.

As¨ª, si venden un taller de ¡°granjero por un d¨ªa¡± no les dan un azad¨®n para que se desnuquen mientras van arando la tierra, con lo que como mucho les dejan recoger dos tomates y para casa. Por supuesto, si la propuesta incluye dar de comer a animales, solo encuentras criaturas inofensivas como ovejas o conejos para que a los ni?os no les arranquen la mano de un bocado.

Si la actividad consiste en talleres de cocina, siempre hay que vigilar con el fuego, los cuchillos y cualquier utensilio que pueda pinchar ojos en un descuido. Y seg¨²n el presupuesto no ofrecer¨¢n rebozar carne o pescado, porque la mitad acabar¨¢ por el suelo. As¨ª que al final, toda la ambici¨®n del MasterChef junior se concentrar¨¢ en poner ingredientes sobre una base de pizza, batir un huevo o pelar un pl¨¢tano. Y, por ¨²ltimo, muchos talleres de creatividad se reducen a dibujar en un papel como los que tienes en casa. A veces hay acuarelas o rotuladores de los caros, pero en la mayor¨ªa de los casos hay un estuche de colores reaprovechados taller a taller que ya tienen edad de jubilarse.

?Son casos as¨ª un timo o una publicidad con demasiada autoestima? No creo que haya mala fe desde la gente que lo organiza, pero muchas veces, ante estos panoramas, cualquier padre con un m¨ªnimo de imaginaci¨®n y recursos pensar¨¢: ¡°Pero si esto lo hago yo mejor y gratis¡­¡± Al final, casi todo el ¨¦xito de las actividades infantiles recae en el carisma y el buen hacer del monitor. Si se lo toma en serio porque realmente le gustan los ni?os y el arte de ense?ar, el taller ser¨¢ divertido, entretenido y, quiz¨¢, hasta did¨¢ctico.

Pero si no se lo han preparado, porque ¡°total, son ni?os¡±, si solo les sueltan un rollo que aburre hasta a los adultos o si han metido de monitor al primero que pasaba por all¨ª simplemente para vigilar que los peques no roben nada, el evento se convertir¨¢ en un encierro de menores cansados y decepcionados. Y sus padres tambi¨¦n estar¨¢n cansados y decepcionados y mirar¨¢n el m¨®vil esperando su pr¨®xima batalla: la rabieta a la hora de comer.

Por lo tanto, a la hora de elegir si un taller o actividad infantil vale la pena, ded¨ªcale un tiempo a buscar informaci¨®n de la gente que lo imparte. O puedes optar por rese?as aut¨¦nticas y no pagadas de las familias que lo han vivido en sus carnes o fotos de a?os anteriores, porque si te sale la torta un pan, a veces vale m¨¢s tener a los cr¨ªos protestando en casa y te ahorras el desplazamiento y la cola. Y si ya de paso les das unos trapos y una escoba, les puedes hacer t¨² un taller de limpieza que te deja la casa impoluta.