Cazadores de pl¨¢sticos en el ¡®Mare Nostrum¡¯
Un proyecto de investigaci¨®n impulsado por 43 pa¨ªses busca conocer y mitigar el impacto de la contaminaci¨®n en zonas mar¨ªtimas protegidas de la cuenca mediterr¨¢nea
La semana pasada aparec¨ªa en Murcia un cachalote muerto tras ingerir 29 kilos de pl¨¢stico. Un s¨ªntoma m¨¢s de que la situaci¨®n en el Mediterr¨¢neo es preocupante. "?Que si es seria? Depende de lo que se entienda por seria: es una de las ¨¢reas del mundo con mayor exposici¨®n a basura marina", ilustra Maria Cristina Fossi, catedr¨¢tica de Ecolog¨ªa de la Universidad de Siena (Italia). De esa gravedad surge el proyecto Plastic Busters (se ha traducido al espa?ol como "cazadores de pl¨¢stico"), impulsada por el propio centro universitario y los 43 Estados miembros de la Uni¨®n por el Mediterr¨¢neo (UpM).
"Lo interesante es que uno imagina que las ¨¢reas marinas protegidas est¨¢n eso, protegidas. Pero no es as¨ª ante fen¨®menos como la circulaci¨®n de pl¨¢sticos y otros residuos por los propios flujos marinos", se?ala Miguel Garc¨ªa-Herraiz, vicesecretario general de la UpM. Conocer el impacto de la contaminaci¨®n en estas zonas, de especial importancia en cuanto a biodiversidad, dar¨¢ la medida del peligro que corren la flora y fauna mediterr¨¢neas en general. La iniciativa investigar¨¢ c¨®mo sufren las ballenas y tiburones, pero tambi¨¦n especies peque?as de invertebrados, con la llegada de tanta porquer¨ªa. Cada a?o mueren en el mundo millones de animales por esta causa.
Los cazadores, liderados por la universidad sienesa, el instituto ambiental italiano y otras organizaciones de la cuenca, no estudiar¨¢n la realidad de las aguas, sino que tambi¨¦n pescar¨¢n bolsas, latas e incluso redes abandonadas por los pescadores. Se centrar¨¢n en las ¨¢reas protegidas de Cabrera (Baleares), el archipi¨¦lago toscano (Italia), un tri¨¢ngulo de zona de p¨¦lagos entre la costa francesa, la italiana y la isla de C¨®rcega y otra entre Albania y las islas griegas.
A pesar de su diversidad, todo el Mediterr¨¢neo comparte una caracter¨ªstica "crucial", seg¨²n Fossi: se trata de un mar encapsulado. "A diferencia de otros, este es una cuenca cerrada con un mont¨®n de actividad humana, desde tr¨¢fico mar¨ªtimo hasta las actividades en la costa", indica. Garc¨ªa-Herra¨ªz intenta ver la parte buena y cree que el car¨¢cter mediterr¨¢neo, esa concepci¨®n de Mare Nostrum (mar nuestro) por parte de los Estados ribere?os, genera una sensaci¨®n de responsabilidad en todos ellos que, se traduce en proyectos como este, financiado por la Uni¨®n Europea con cinco millones de euros.
Pero Fossi apunta otra desventaja, la presencia de "r¨ªos muy grandes que transportan enormes cantidades de pl¨¢sticos", explica. Porque el 80% de la basura del mar, a?ade la experta, se produce en actividades terrestres. "Y la responabilidad de reducirla es de todos", argumenta el dirigente de la UpM. "Hay pasos para recortar el uso de pl¨¢sticos, pero muchos son simb¨®licos: todos formamos parte de un mismo ciclo de consumo en el que la industria podr¨ªa buscar respuestas distintas al pl¨¢stico para embotellados, embalajes... Y los ciudadanos tienen que ser conscientes de su parte".?
Con todo, ambos celebran que la sociedad sea cada vez m¨¢s consciente. "En los ¨²ltimos dos tres a?os este tema ha despertado una gran preocupaci¨®n. No solo en el Mediterr¨¢neo, sino en todo el mundo", considera Fossi. Garc¨ªa-Herraiz recuerda algunas estimaciones preocupantes. En ese mar que se extiende de Algeciras a Estambul se puede pescar un kilo de pl¨¢sticos por cada tres de pescado. Y pronto alojar¨¢ m¨¢s pl¨¢sticos que plancton, salvo que los ciudadanos nos convirtamos en cazadores de pl¨¢sticos en nuestro d¨ªa a d¨ªa mientras los responsables del proyecto los pescan en el mar.
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