La extinci¨®n cient¨ªfica en Espa?a
Prescindir de lo necesario no es un ahorro, sino una forma de despilfarro. Aqu¨ª se propicia la extinci¨®n de los cient¨ªficos, especialmente los j¨®venes.
ES UNA IDEA PERTURBADORA, pero que incuba una pregunta m¨¢s pertinente que nunca, en lo personal y en lo comunitario: ?De qu¨¦ podemos y no podemos prescindir?
Vivimos entre el triunfalismo tecnol¨®gico y el malestar de una naturaleza agonizante. Entre la excitaci¨®n jubilosa de los nuevos aparatos y un crepitar de alas y hojas en extinci¨®n. Podemos aferrarnos, y muchos lo hacen, a la convicci¨®n tranquilizadora de que la ciencia, al final, siempre encontrar¨¢ una soluci¨®n, un remedio frente al desastre ecol¨®gico. Esa nueva superstici¨®n del ¡°milagro cient¨ªfico¡±.
Hay cierto autoenga?o en la fe del solucionismo cient¨ªfico y t¨¦cnico, por m¨¢s que sea comprensible como consolaci¨®n. Tambi¨¦n eso es propio de las creencias religiosas. Pero la extinci¨®n de animales y plantas silvestres, el agotamiento de los r¨ªos, la deforestaci¨®n de las selvas, el envenenamiento de los mares y la atm¨®sfera, la acelerada degradaci¨®n ambiental del planeta, todo esto no puede esperar, por desgracia, a la noticia de un milagro, aunque sea en las prestigiosas p¨¢ginas de Science.
Parece llegado al momento en que el verdadero progreso ser¨ªa parar esa locomotora llamada Progreso
Parece llegado al momento en que el verdadero progreso ser¨ªa parar esa locomotora llamada Progreso. Y frenar la apisonadora del crecimiento insostenible. Lo avis¨® un sabio catedr¨¢tico de Geograf¨ªa e Historia de Santiago, Ram¨®n Otero Pedrayo, que no ten¨ªa carn¨¦ de conducir pero conoc¨ªa el territorio mejor que nadie: ¡°?Por favor, tengan cuidado con la maquinaria pesada!¡±. A su manera era un colega de Henry David Thoreau, el ap¨®stol de la desobediencia civil y el ecologismo que anticip¨® la alternativa del decrecimiento inteligente: ¡°El ser humano es rico en raz¨®n de las cosas de las que pueda prescindir¡±.
Es una idea perturbadora, unidos todos en la naci¨®n ¨²nica del Gran Centro Comercial, pero que incuba una cuesti¨®n m¨¢s pertinente que nunca, en lo personal y en lo comunitario: ?De qu¨¦ podemos y no podemos prescindir?
Tal vez estamos prescindiendo, o nos hacen prescindir, de lo m¨¢s imprescindible.
Por ejemplo, en plena superstici¨®n del solucionismo cient¨ªfico y t¨¦cnico, Espa?a ha prescindido en los ¨²ltimos a?os de gran parte de los j¨®venes talentos cient¨ªficos y de los no tan j¨®venes. Con lo que se prev¨¦ gastar para ¡°rescatar¡± las autopistas privadas quebradas, unos 1.800 millones de euros para 500 kil¨®metros de asfalto, se podr¨ªan sacar adelante los proyectos de investigaci¨®n de nuestra comunidad cient¨ªfica expulsada-emigrada-exiliada de su propio pa¨ªs. El presupuesto total del Estado para Cultura en 2018 es de 838 millones.
Otro ejemplo: Espa?a ha pasado de un puesto de vanguardia en las energ¨ªas renovables, tanto en investigaci¨®n, fabricaci¨®n y uso, a un lugar del pelot¨®n. As¨ª, ¡°el pa¨ªs m¨¢s vulnerable al cambio clim¨¢tico de Europa¡±, seg¨²n SEO/Birdlife, se inclina con la Europa m¨¢s rezagada en pol¨ªtica medioambiental. Un retroceso inexplicable: ?qu¨¦ intereses, sumados a la desinteligencia, pueden llevar a que se prescinda de lo imprescindible?
Prescindir de lo necesario no es un ahorro, sino una forma de despilfarro. Aqu¨ª, adem¨¢s de las especies m¨¢s sensibles de la flora y la fauna, se propicia la extinci¨®n de los cient¨ªficos, especialmente de los ejemplares j¨®venes con conciencia cr¨ªtica bioluminiscente, o sea, de humanos investigadores de la familia de los lamp¨ªridos o luci¨¦rnagas.
Nos quedamos sin luci¨¦rnagas de campo y sin luci¨¦rnagas de laboratorio.
Sobre estos asuntos, es una experiencia apasionante hablar con un veterano bioluminiscente como es ?Eudald Carbonell. Este arque¨®logo y paleont¨®logo admirado en el mundo, codirector desde 1991 del yacimiento de Atapuerca, del equipo descubridor del Homo antecessor, experto en leer las huellas m¨¢s remotas del pasado, y para quien la ciencia es una herramienta de la conciencia, nos conmueve al hablar de su verdadero campo de inter¨¦s: el futuro.
No es de los que participen del solucionismo cient¨ªfico-t¨¦cnico, pero me regala un instrumento verbal para que no me sienta totalmente abatido y fatalista ante los procesos de extinci¨®n. Y ese ¨²til es el concepto de des-extinci¨®n. Algo m¨¢s complejo en la pr¨¢ctica, pero para entendernos: un sin¨®nimo de resurrecci¨®n. Ha estado en Siberia y est¨¢ convencido, eso me parece, de que no anda lejano el d¨ªa de la des-extinci¨®n del mamut lanudo y que eso, junto con otros pasos, podr¨ªa contribuir a contener los efectos del cambio clim¨¢tico.
Creo que lo que Eudald Carbonell quiso regalarme de verdad era una luci¨¦rnaga para atravesar la noche. Gracias.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.