Las ciudades m¨¢s incluyentes resistir¨¢n mejor en el futuro

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Una revoluci¨®n urbana por el clima y por la gente

Ciudades sin freno

1.600 millones de personas en ¡®slums¡¯... y demasiadas casas vac¨ªas

?Y si el mundo no es tan urbano?

En 2012, un hurac¨¢n arras¨® Samoa. Funcionarios de varios organismos internacionales viajaron a esa isla del Pac¨ªfico para evaluar los da?os y se llevaron una sorpresa: las casas que mejor hab¨ªan resistido al tif¨®n eran las peque?as edificaciones t¨ªpicas de ese lugar, con una sola planta y sin paredes entre las habitaciones. De esta manera, al llegar el hurac¨¢n, bast¨® con abrir las ventanas para que nada ofreciera resistencia. La mayor¨ªa de edificios de estilo europeo se derrumbaron al paso del tornado, cuenta Esteban Le¨®n, experto en desarrollo sostenible de Naciones Unidas. Conclusi¨®n: ¡°En unos casos es importante modernizar, en otros, no¡±.

Unos a?os despu¨¦s, el entonces ministro de Cultura de Brasil, Juca Ferreira, se llev¨® otra sorpresa. Facebook borr¨® la foto principal de una exposici¨®n de im¨¢genes antiguas que acababa de inaugurar. Un hombre y una mujer ind¨ªgenas figuran en ella con el torso descubierto. Los representantes de la red social en Brasil lamentaron que su empresa solo respondiera ante los tribunales californianos, que no puede centrarse en las leyes locales de cada pa¨ªs en el que opina. ¡°Me dijeron que es muy dif¨ªcil administrar un mundo con el puritanismo americano, el moralismo ¨¢rabe...¡±, cuenta. ¡°Hay una disputa internacional para decidir en qu¨¦ mundo queremos vivir¡±.

Ferreira y Le¨®n han participado esta semana junto con el exalcalde de Barcelona, Jordi Hereu, en la conferencia Cultura y ciudades resilientes organizada en la capital catalana por Global CAD. En ella han intentado explicar c¨®mo la cultura puede ayudar a las ciudades a ser m¨¢s resilientes, es decir, a tener un sistema tan fuerte como el cuerpo humano para reaccionar ante cat¨¢strofes, accidentes o el deterioro de su propio funcionamiento. Por ejemplo, la subida del nivel del agua en Venecia, el turismo en Barcelona o los huracanes en Nueva Orleans. Para los analistas, la ¨²nica receta es que cada ciudad tiene que encontrar la suya.

¡°La ciudad es cultura toda ella porque es uno de los productos culturales de la humanidad¡±, asegura Hereu. El mayor reto en las ciudades, que en 2050 aglutinar¨¢n a tres de cada cuatro humanos, ser¨¢ tejer un ¡°hilo invisible¡± entre los ciudadanos para darles herramientas que les permitan tomar el espacio p¨²blico. En ese sentido, seg¨²n el exalcalde, ¡°las ciudades est¨¢n en una gran disyuntiva: o pasan a ser el escenario de todos los dramas de la humanidad o se convierten en el sujeto de su transformaci¨®n¡±.

El 83% de los brasile?os vive en metr¨®polis, frente al 20% que lo hac¨ªa en los a?os cincuenta, apunta Ferreira. ¡°El proceso fue avasallador, no hubo tiempo de pensar en urbanismo o en ecolog¨ªa... y la gente del campo lleg¨® con sus tradiciones y valores propios que chocan con la cultura de masa de las ciudades¡±, explica.

La aglomeraci¨®n de personas de diferentes contextos dio pie a la desigualdad, que los tres expertos coinciden en que es el peor ¡°tsunami¡± que golpea las ciudades. ¡°El mundo se urbaniza porque hay aglomeraci¨®n y mercado, pero sin un proyecto colectivo, la ciudad es mucho menos ciudad¡±, lanza Hereu. Al respetar esa colectividad es cuando florecen proyectos como Vila Flores, el primer centro cultural de Porto Alegre, en Brasil, gracias a una joven heredera que decidi¨® aislar de la especulaci¨®n a un edificio de su familia para transformarlo en un lugar de creaci¨®n para artistas. O la casa Gera?ao Vidigal, una marca de moda hecha desde la favela Ciudad de Dios, en R¨ªo de Janeiro.

La cultura es solo uno de los pilares de la creaci¨®n de resiliencia en las ciudades. Espacio p¨²blico, seguridad, educaci¨®n, vivienda, movilidad o salud son otros de los que sustentan ese crecimiento sostenible que el proyecto Towards a Human City (Hacia una ciudad humana) quiere sacar a la luz documentando y compartiendo iniciativas transformadoras en decenas de ciudades de todo el mundo.

En muchas ocasiones, sin el factor cultural, ind¨ªgena o aut¨®ctono, la gesti¨®n de desastres por parte de los organismos internacionales se complica, asegura Le¨®n, que a la vez llama a un sentido pragm¨¢tico en el eterno choque entre lo local y lo global: ¡°si queremos diversidad tambi¨¦n debemos estar listos para perder algo; me dicen que si me como una paella en La Rambla ya no es la tradicional¡±, bromea.

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