Las mejores casas de fado para desintoxicarse de Eurovisi¨®n
De la tradici¨®n de Alfama y la Morer¨ªa a la modernidad de Pr¨ªncipe Real
![Celeste Rodrigues, con Pedro Castro y Andr¨¦ Ramos.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/ZQBWDXPBF62QIZIRB6ZL5EXXCM.jpg?auth=d99f9d460502270d19968df17000d19ded620af627ca4b4d8071f87b7c6b67b2&width=414)
Aunque solo sea por el silencio que exige, los lugares del fado son tan ¨ªntimos y discretos como su propia m¨²sica. Lisboa, que se ufana de ser la ciudad origen del g¨¦nero ¡ªpatrimonio de la humanidad desde 2011¡ª y de la m¨¢s grande de sus int¨¦rpretes, abre cada noche decenas de casas dedicadas al fado. La dificultad es elegir las buenas entre tanta oferta.
![El patio donde naci¨® Amalia Rodrigues.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/UB7CTVT2D52GBWI4WGVWJB7MTE.jpg?auth=e7318560328b10aa5965aad494624dca8a5a176cadf58416ae90956c7b72fea9&width=414)
Para entrar en ambiente hay que visitar la humilde casa en donde naci¨® Amalia Rodrigues y despu¨¦s entrar en su casa-museo, donde muri¨® de un ataque al coraz¨®n. All¨ª resisten su papagayo Xico, duro de o¨ªdo, pues nunca aprendi¨® a cantar, y su fiel secretaria Estrela Carvas, que ense?a la casa tal y como estaba el d¨ªa en que muri¨® la m¨¢s grande: la cama, el piano para los m¨²sicos, las fotos de famosos, el comedor, donde recib¨ªa de Mitterrand a Eusebio y, sobre todo, al due?o de la banca Esp¨ªrito Santo; y sus zapatos. ¡°Amalia dec¨ªa que pod¨ªa dar todo, de hecho, derrochaba el dinero, las joyas, los vestidos, hasta el marido, bromeaba, pero que nunca regalar¨ªa sus zapatos¡±, cuenta Carvas, que convivi¨® casi 40 a?os con Amalia en esta misma casa.
Su hermana m¨¢s joven, Celeste, sigue siendo fadista a los 95 a?os. Cada noche canta; unos d¨ªas en Caf¨¦ Luso, en el Bairro Alto, otros en Adega Machado, en el Chiado, y los que restan en Mesa de Frades, en Alfama.
Cinco imprescindibles
![](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/E45CQ3GBSZJPVTR4XDDWXHPQVI.jpg?auth=df4591f2780de120761b65e035104e6d661465ee2e6c52f44bfe29df490aec20&width=414&height=233&smart=true)
Mesa de Frades. La antigua capilla del Palacio vecino es el refugio de los fadistas noct¨¢mbulos.
Clube de Fado. Enclavado junto a la catedral, esta casa creada por el guitarrista Mario Pacheco, tambi¨¦n guarda entre sus b¨®vedas de piedra lo mejor de la noche fadista lisboeta.
Adega Machado. Un cl¨¢sico, creado en 1937, llama la atenci¨®n su fachada, de Thomaz de Mello.
Maria da Mourar¨ªa. Qu¨¦ mejor que empaparse de fado donde naci¨® Severa, la primera fadista; en el barrio de la Morer¨ªa, plagado de casas donde vivieron sus mejores int¨¦rpretes.
Real Fado. Una iniciativa volante que lleva el fado a tres de los lugares m¨¢s interesantes de la ciudad: el Pabell¨®n chin¨¦s, el Reservatorio Patriarcal y la galer¨ªa Embaixada.
La calidad y fama de las casas muda tambi¨¦n con el tiempo. Ahora, sin duda, Mesa de Frades es la de m¨¢s prestigio entre lisboetas y los mismos fadistas. Esta antigua capilla, que conserva azulejos del siglo XVII, apenas puede acoger a medio centenar de personas que aspiran a vivir una noche ¨²nica. Eso depender¨¢ de los fadistas programados por Pedro Castro y, sobre todo, de los que van llegando de madrugada para tomarse una ¨²ltima copa y, de paso, retarse con otros cantantes.
En la otra ladera del castillo, en la Morer¨ªa, naci¨® Severa, la primera fadista, que pas¨® de los burdeles a los salones palaciegos, aunque la Iglesia no le perdon¨® su pasado a la hora de su prematura muerte. En ese barrio, adornado con las fotos de sus grandes int¨¦rpretes, realizadas por Camilla Watson, hay que cenar en Maria da Mouraria, la casa donde naci¨® Severa, rehabilitada para dar bien de comer y de escuchar buen fado.
Pero hay otras formas de o¨ªrlo en Lisboa. Es el caso de la Asociaci¨®n de Fado Casto, mitad discoteca, mitad bar, miles de vinilos fadistas llenan las paredes del local. La gente escoge el que le gustar¨ªa o¨ªr y un pinchadiscos lo programa cuando los cantantes descansan.
La iniciativa Real Fado aprovecha lugares que por s¨ª solos merecen una visita para a?adirles el se?uelo de m¨²sica en directo con fadistas de diferentes estilos y generaciones. En el indescriptible Pavilh?o Chin¨¦s, cuajado de colecciones que el due?o no sab¨ªa d¨®nde colocar, cada martes se puede escuchar el fado m¨¢s tradicional, tambi¨¦n en Pr¨ªncipe Real, en el Reservatorio Patriarcal, el subterr¨¢neo que recib¨ªa todas las aguas que iban a ser distribuidas por la ciudad, cada viernes hay una fusi¨®n de m¨²sicas, y los domingos en la galer¨ªa Embaixada, all¨ª mismo, el atrio neo¨¢rabe del XIX acoge cantantes y guitarristas del XXI. Lisboa es pura Fadovisi¨®n.
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