Contener a Trump, urgencia europea
Los bonitos discursos del presidente franc¨¦s chocan con un ambiguo ¡®s¨ª pero¡¯ de Merkel
Nos gusta recuperar el pasado, quiz¨¢s para borrar un presente que nos desconcierta. Revivimos este a?o el 200 aniversario del nacimiento de Karl Marx, quien ya nos advirti¨® de que la historia se repite a s¨ª misma como farsa. El proletariado del pensador alem¨¢n reaparece como precariado. Y el calendario nos se?ala el medio siglo desde el Mayo del 1968 en la Francia que se aburr¨ªa en su bienestar. La revoluci¨®n apol¨ªtica que intent¨® Cambiar la Vida, aunque finalmente la playa no apareci¨® bajo los adoquines del Barrio Latino en Par¨ªs.
Ten¨ªa raz¨®n el escritor ingl¨¦s Lewis Carroll, autor de Alicia en el pa¨ªs de las maravillas, cuando afirmaba que ¡°es una memoria pobre la que solo funciona hacia atr¨¢s¡±. La farsa a la que se refer¨ªa Marx la protagoniza hoy Donald Trump. Recomend¨¢bamos que hab¨ªa que fiarse de lo que hace, no de lo que dice. Bien, ya ha tomado una decisi¨®n crucial de pol¨ªtica exterior: denunciar el acuerdo nuclear con Ir¨¢n, que Teher¨¢n ha cumplido fielmente, m¨¢s gravosa probablemente para EE?UU que la invasi¨®n de Irak. La palabra de Washington vale hoy menos. Su presidente reniega del principio de que los pactos son para cumplirlos. Derriba uno por uno los bolos levantados por el multilateralismo.
Trump manifiesta el desd¨¦n que siente por sus aliados europeos (Alemania, Francia y Reino Unido son firmantes del acuerdo con Ir¨¢n). Un pacto suscrito tambi¨¦n por Rusia y China. Ning¨²n presidente americano ha maltratado de esta manera a Europa. Un respeto, Mr. Trump. Merkel vuelve a advertir de que la UE ya no puede confiar en EE?UU y debe tomar su destino en sus propias manos; Washington no ha cumplido su palabra y, adem¨¢s, chantajea con vetar las amplias relaciones comerciales de las empresas europeas con Ir¨¢n. La secunda Macron, pero los discursos no sustituyen a la acci¨®n: Oriente Medio, nuestra vecina pr¨®xima, no es un asunto exclusivo de Washington o Mosc¨²; reparar la relaci¨®n con Rusia desde una perspectiva europea; la construcci¨®n decidida de una pol¨ªtica exterior y de defensa. La contenci¨®n de Trump es una urgencia europea.
El prometido relanzamiento de Europa es ret¨®rico. Los bonitos discursos del presidente franc¨¦s chocan con un ambiguo s¨ª pero de Merkel. La relaci¨®n transatl¨¢ntica ya no es, como se cre¨ªa, un matrimonio sin posibilidad alguna de separaci¨®n o divorcio. Trump act¨²a para destruir todo lo que hizo Obama y su presidencia se explica como el p¨¦ndulo de la del primer presidente de color. Opera ¨²nicamente en clave de pol¨ªtica interna. Confirma que EE?UU es m¨¢s de Marte, el dios de la guerra, y Europa, m¨¢s de Venus.
Los Estados Unidos de Trump no son de fiar. ?C¨®mo afectar¨¢ este mezquino incumplimiento de un acuerdo internacional a la cumbre entre el presidente de EE?UU y Kim Jong-un el 12 de junio en Singapur? Trump cree que facilitar¨¢ la rendici¨®n del l¨ªder norcoreano. Veremos. Un viejo dicho persa refiere que basta un loco para borrar lo que 40 sabios tardaron a?os en arreglar. Ahora el poder est¨¢ en manos de los locos.
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