Macron pide a Alemania que abandone el ¡°fetichismo perpetuo por los super¨¢vits¡±
La canciller alemana y Macron critican con dureza a Trump en la entrega al presidente franc¨¦s del premio Carlomagno
El macronismo trata de ser una especie de revoluci¨®n pasiva del europe¨ªsmo, con la Uni¨®n Europea en plena resaca tras una crisis devastadora de la que apenas saca la cabeza. El l¨ªder de esa corriente, el presidente franc¨¦s Emmanuel Macron, ha embestido este jueves en un discurso rabiosamente proeuropeo contra la inacci¨®n y el fetichismo perpetuo por los super¨¢vits fiscal y comercial de la canciller alemana Angela Merkel , en la ceremonia de entrega del premio Carlomagno. Pero el acto ha sido marcado tambi¨¦n por el visible deterioro de la relaci¨®n transatl¨¢ntica. El l¨ªder franc¨¦s ha cargado contra los chantajes y amenazas de Donald Trump en Ir¨¢n, en Oriente Medio, en la pol¨ªtica comercial y as¨ª ad infinitum.?La canciller alemana, Angela Merkel, se?al¨® que "Europa ya no puede confiar en que Estados Unidos la proteja".
A domicilio, en la imponente ciudad alemana de Aquisgr¨¢n y en la misma sala en la que durante siglos se coronaron los reyes europeos, Macron ha reclamado ambici¨®n a la canciller de hierro: "No seamos d¨¦biles (...), no nos dividamos, no tengamos miedo, no esperemos: es el momento de actuar", ha dicho en un arrebatador alegato que cierra un ciclo de discursos formidables (Atenas-la Sorbona-Estrasburgo) pero que a¨²n no se ha traducido en nada ¡ªabsolutamente nada¡ª tangible en la UE.
Cuando la realidad es tozuda y poco estimulante, los pol¨ªticos suelen agarrarse al sue?o: Macron ha citado reiteradamente el "sue?o europeo" en Aquisgr¨¢n, en un discurso con reminiscencias de varios l¨ªderes estadounidenses, de Roosevelt a Luther King y Obama. "Europa es una utop¨ªa: debemos convertirla en una utop¨ªa pragm¨¢tica, realista", ha apuntado en un largo discurso en el que iba cogiendo altura para despu¨¦s bajar al suelo con varias cargas de profundidad destinadas a Merkel. "En Alemania no puede haber un fetichismo perpetuo por los super¨¢vits presupuestarios y comerciales, porque se hacen a expensas de los dem¨¢s", ha disparado sin contemplaciones. Berl¨ªn le ped¨ªa a Par¨ªs reformas para acceder a reforzar el euro con medidas de solidaridad. Esas reformas han llegado, y le han costado a Macron protestas en las universidades, huelgas de transporte y un malestar creciente cuando se cumple medio siglo del Mayo del 68. Pero Merkel, de momento, no cumple su promesa. "Despertad, alemanes: Francia ha cambiado, ya no es la misma, ha apostado por las reformas", ha dicho Macron para pedir a rengl¨®n seguido concesiones: "Necesitamos una eurozona m¨¢s fuerte, m¨¢s profundamente integrada, con un presupuesto com¨²n para hacer inversiones y para que vuelva la convergencia".
"Rompamos nuestros tab¨²es", ese es el lema que ha repetido Macron. Los tab¨²es de Francia eran la incapacidad para hacer reformas, que el l¨ªder franc¨¦s desmiente cuando se cumple su primer aniversario en el El¨ªseo. Los tab¨²es de Alemania son los mecanismos de solidaridad, una especie de anatema para un pa¨ªs obsesionado con no pagar por los excesos de los dem¨¢s, que quiere proteger a toda costa un super¨¢vit comercial formidable (en torno al 9% del PIB) y un super¨¢vit fiscal cada vez m¨¢s notable. El p¨²blico aplaud¨ªa a rabiar, pero Merkel se ha encargado de bajar al suelo al joven Macron: en su discurso no ha habido una sola referencia al presupuesto anticrisis que quiere Par¨ªs, y apenas alguna vaga alusi¨®n a las reformas de la eurozona, que tienen mala venta en Berl¨ªn. Las posiciones alemanas sobre la reforma del euro se reducen a facilitar un respaldo para el fondo destinado a cerrar bancos evitando sacudidas financieras ¡ªpeccata minuta¡ª y al embri¨®n de un fondo de garant¨ªa de dep¨®sitos com¨²n. De momento no hay mucho m¨¢s a lo que agarrarse. La canciller ha elogiado "la pasi¨®n", "el entusiasmo", "la visi¨®n" de Macron, pero ella y su partido, apoyado por la socialdemocracia alemana, siguen siendo el principal obst¨¢culo para que las ideas del presidente franc¨¦s se conviertan en medidas contantes y sonantes en Bruselas.
La vieja utop¨ªa factible europea descansa ahora en esa visi¨®n a largo plazo de Macron, que consigui¨® derrotar a la extrema derecha y promete grandes cosas en Europa. Pero hay que pasar de las musas al teatro. Y frente al vuelo a veces estratosf¨¦rico de sus discursos est¨¢ el pragmatismo de Merkel, en una UE m¨¢s alemana que nunca. El consenso francoalem¨¢n est¨¢ cada vez m¨¢s claro en la pol¨ªtica exterior: tanto el presidente franc¨¦s como la canciller alemana han cargado con dureza contra Trump, tanto por las tentaciones proteccionistas como por la ruptura del acuerdo nuclear con Ir¨¢n. "Algunas potencias han decidido no cumplir su palabra", ha dicho Macron del inquilino de la Casa Blanca. "Europa ya no puede confiar en que Estados Unidos la proteja", ha atacado Merkel. Francia y Alemania tienen ideas parecidas sobre la crisis migratoria, la crisis de seguridad, la protecci¨®n de fronteras y, con matices, la pol¨ªtica exterior de la Uni¨®n Europea. Pero en asuntos econ¨®micos, de momento, hay un sensacional contraste los bellos discursos de Macron y las negativas categ¨®ricas de Merkel a la hora de transformar esas palabras en mecanismos de solidaridad para evitar que la pr¨®xima crisis se lleve el euro por delante.
Macron ya es premio Carlomagno, tras una ceremonia a la que acudieron la flor y nata de las instituciones europeas y figuras destacadas de las capitales (el rey Felipe, Javier Solana y el ministro Alfonso Dastis por parte espa?ola). Y sigue siendo un orador inspirador. Pero quiz¨¢ la novedad sea que en algunos pasajes de discurso ya vempieza a admitir, impl¨ªcitamente, que necesita imperiosamente resultados tangibles. Tan pronto como en junio: la pr¨®xima cumbre discutir¨¢ las reformas del euro, y es pr¨¢cticamente la ¨²ltima oportunidad de conseguir algo antes del par¨®n del verano. El pr¨®ximo curso pol¨ªtico en Bruselas ser¨¢ poco fecundo: la capital europea se paraliza a la espera del resultado de las elecciones europeas de mayo de 2019, con el populismo de nuevo a las puertas de la Uni¨®n. De ah¨ª la petici¨®n, el ruego, la invectiva del jefe del macronismo a lo m¨¢s parecido a un jefe de la UE, la canciller Merkel: "No esperemos, es el momento de actuar".
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