Dos negociadores del acuerdo con Ir¨¢n: ¡°Ahora el mundo es menos seguro¡±
Altos representantes del Gobierno de Obama en la negociaci¨®n del pacto nuclear analizan las consecuencias de la retirada de Estados Unidos
En un discurso de 11 minutos, Donald Trump dilapid¨® el martes a?os de extenuantes negociaciones internacionales con Ir¨¢n. Aunque vaticinaba que iba a ocurrir, Robert Malley no logra esconder su indignaci¨®n por la decisi¨®n del presidente estadounidense de retirar a Washington del acuerdo nuclear con Teher¨¢n. Lo mismo le ocurre a John Hughes, que dirigi¨® la pol¨ªtica de sanciones con Ir¨¢n del Departamento de Estado. Trump reescribi¨® la historia. Y dej¨® en papel mojado la labor de Malley, que era el representante de la Casa Blanca en las conversaciones con Ir¨¢n, Hughes y otros tantos antiguos negociadores del Gobierno de Barack Obama.
¡°Es una decisi¨®n injustificada que pone a la regi¨®n en una situaci¨®n m¨¢s peligrosa, a¨ªsla a Estados Unidos y crea el riesgo de una confrontaci¨®n con Ir¨¢n que el acuerdo nuclear hab¨ªa logrado solventar¡±, dice en una entrevista telef¨®nica Malley, que fue responsable del golfo P¨¦rsico en el Consejo de Seguridad Nacional de Obama y desde 2014 fue el enviado de la Casa Blanca en las maratonianas rondas de negociaciones nucleares entre Ir¨¢n, EE UU y otras cinco potencias (Reino Unido, Alemania, Francia, Rusia y China).
Malley, que ya trabaj¨® como asesor sobre Oriente Pr¨®ximo en la Casa Blanca de Bill Clinton y ahora dirige la organizaci¨®n International Crisis Group, que promueve la prevenci¨®n de guerras, sostiene que la decisi¨®n del presidente republicano responde a un deseo m¨¢s primario: ¡°deshacer todo el legado¡± del dem¨®crata Obama y cumplir su promesa electoral de romper el acuerdo.
En la misma l¨ªnea, Hughes describe la retirada del pacto como una ¡°crisis manufacturada para la base pol¨ªtica¡± de Trump. ¡°Ninguno de los argumentos se basa en la realidad y la mejor manera pr¨¢ctica de garantizar que Ir¨¢n no tenga un arma nuclear es permanecer en el acuerdo¡±, se?ala el experto, que de 2010 a 2014 fue director adjunto de la oficina de pol¨ªtica de sanciones del Departamento de Estado, desde donde supervis¨® la implementaci¨®n de los castigos a Ir¨¢n y el inicio de las negociaciones. Y a?ade una sonora advertencia: ¡°El mundo es menos seguro y se incrementa significativamente la posibilidad de un enfrentamiento militar¡±.
Las conversaciones de las seis potencias con Teher¨¢n, que se iniciaron formalmente en 2012 tras a?os de contactos informales, culminaron en julio de 2015 en un acuerdo firmado en Viena. Ir¨¢n redujo dr¨¢sticamente su programa nuclear a cambio de un levantamiento de las sanciones europeas y estadounidenses que estrangulaban su econom¨ªa y lo aislaban en la arena internacional. Seg¨²n los inspectores de la ONU, Teher¨¢n est¨¢ cumpliendo los requisitos.
Trump, que lleva a?os abominando del pacto, justific¨® el martes la salida de EE UU en que el acuerdo solo pospone las ambiciones del r¨¦gimen de los ayatol¨¢s de desarrollar una bomba at¨®mica y le ha concedido ox¨ªgeno econ¨®mico para redoblar sus injerencias territoriales y su programa bal¨ªstico. Con la retirada de EE UU, se vuelve al pasado. Se reimpondr¨¢n a partir de agosto las penalizaciones que imped¨ªan pr¨¢cticamente cualquier relaci¨®n comercial entre EE UU e Ir¨¢n y su acceso al sistema financiero norteamericano. Teher¨¢n vuelve a aproximarse al ostracismo y se cierne una amenaza sobre las compa?¨ªas europeas que han hecho negocios con Ir¨¢n tras la firma del tratado de Viena.
¡°La pelota se ha movido del terreno de juego estadounidense al europeo e iran¨ª. All¨ª es donde se tomar¨¢n las decisiones¡±, subraya Malley. El exasesor de Obama sostiene que la ¡°forma de salvar el acuerdo es que Europa ofrezca a Ir¨¢n un camino que proteja lo m¨¢ximo posible los beneficios econ¨®micos que Ir¨¢n esperaba del acuerdo¡±, pero matiza que eso tambi¨¦n depender¨¢ de la pugna de poder entre moderados y radicales en Teher¨¢n. Es decir, con el objetivo de que Ir¨¢n siga dentro del acuerdo, tratar de establecer un delicad¨ªsimo mecanismo para apaciguar el efecto de las sanciones estadounidenses dado que las penalizaciones europeas -incluido un embargo al petr¨®leo iran¨ª y restricciones al sistema bancario- no se reanudar¨ªan.
La primera reacci¨®n de Ir¨¢n, Francia, Reino Unido y Alemania ha sido prometer seguir en el pacto, pero su futuro pende de un fr¨¢gil juego de equilibrios. Hughes, el exresponsable de sanciones del Departamento de Estado, cree que ser¨¢ dif¨ªcil que el acuerdo siga vivo porque las multinacionales se lo pensar¨¢n dos veces antes de hacer negocios en Ir¨¢n, por miedo a ser sancionadas por EE UU, y se corre el riesgo de que Teher¨¢n ya no vea beneficios dentro del tratado. Pero al mismo tiempo el vicepresidente de la consultora Albright Stonebridge Group considera ¡°muy improbable¡± que Washington se atreva a penalizar a grandes compa?¨ªas europeas porque desatar¨ªa una guerra diplom¨¢tica y econ¨®mica con Bruselas.
Lo que m¨¢s enfurece a ambos arquitectos clave de las negociaciones con Ir¨¢n es que el Gobierno de Trump describa el acuerdo nuclear como demasiado benevolente. Malley considera ut¨®pica la cr¨ªtica de que el pacto deber¨ªa haber abordado tambi¨¦n el apoyo de Ir¨¢n a grupos terroristas o su programa bal¨ªstico. ¡°A¨²n estar¨ªamos negociando con ellos y de mientras Ir¨¢n habr¨ªa aumentado su capacidad nuclear¡±, alega. Esgrime que eso habr¨ªa abierto una caja de pandora al tener que hablar tambi¨¦n de otros asuntos espinosos, como la presencia estadounidense en la regi¨®n o el programa nuclear israel¨ª. La filosof¨ªa de EE UU era que, evitando el acceso de Ir¨¢n a una bomba at¨®mica, se estar¨ªa en una ¡°posici¨®n m¨¢s fuerte¡± para abordar las otras ¨¢reas de preocupaci¨®n sobre Teher¨¢n.
Pero el tratado apenas contempl¨® que un pa¨ªs pudiera abandonarlo y la llegada de Trump a la Casa Blanca, en enero de 2017, alter¨® la ecuaci¨®n. Hughes lamenta los ¡°falsos argumentos¡± del presidente republicano para justificar la salida de EE UU. Enfatiza que el acuerdo establece el m¨¢s f¨¦rreo sistema de inspecciones de la historia y da tiempo a la comunidad internacional a reaccionar si Ir¨¢n tratara de desarrollar una bomba. Y cree una tomadura de pelo la afirmaci¨®n de Trump de que, salir del pacto, puede forzar a Teher¨¢n a aceptar otro mucho m¨¢s contundente. ¡°Las sanciones no funcionan dos veces en la misma cosa. ?Por qu¨¦ aceptar¨ªa Ir¨¢n volver a la mesa de negociaci¨®n para un nuevo acuerdo si asumen que podemos volver a retirarnos?¡±.
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