¡°Los desplazados est¨¢n enfadados y con una ansiedad constante¡±
Jasim Hammed huy¨® de su casa en Irak en 2014. Tras pasar por varios lugares, se instal¨® en el campo de desplazados internos Alwand 1, donde trabaja para MSF como asesor en salud mental
Yo viv¨ªa en Muqdadiyah, una ciudad situada a unos 120 kil¨®metros al noreste de Bagdad (Irak). En el mes de julio de 2014 se produjeron muchos disparos y bombardeos cerca de mi casa. Murieron muchas personas. Fue entonces cuando mi madre nos dijo que aquello ya no era seguro, que deb¨ªamos irnos.
Mientras hu¨ªa con toda mi familia, presenci¨¦ enfrentamientos, vi caer bombas y nos topamos con los cad¨¢veres de mucha gente que hab¨ªa sido asesinada. Otra familia que viajaba en dos coches justo detr¨¢s de nosotros fue alcanzada por un ataque a¨¦reo. Murieron todos.
Mi hijo menor, Othman, ten¨ªa solo diez d¨ªas en ese momento. La verdad es que no cre¨ªa que fuera a sobrevivir pero, afortunadamente, a¨²n est¨¢ con nosotros. Ahora tiene tres a?os. Mi hermano menor decidi¨® regresar a nuestra ciudad hace algunos meses con la intenci¨®n de completar sus estudios. Lo raptaron cuando estaba en casa de mi madre y a¨²n no sabemos qu¨¦ ha sido de ¨¦l.
Antes de llegar a Alwand 1 nos alojamos en otros campos de desplazados internos, donde colabor¨¦ con varias ONG. En alguno de ellos no hab¨ªa agua ni luz, as¨ª que decidimos movernos a otros lugares. Una vez en el Alwand 1, llam¨¦ a las puertas de MSF y al poco tiempo ya estaba trabajando para ellos.
Mientras hu¨ªa con toda mi familia, presenci¨¦ enfrentamientos, vi caer bombas y nos topamos con los cad¨¢veres de mucha gente que hab¨ªa sido asesinada
Parte de mi responsabilidad consiste en identificar a las personas que necesitan apoyo psicol¨®gico. Trato de concienciar a la gente sobre la importancia de la salud mental, informo sobre los servicios que ofrecemos y organizo sesiones de asesoramiento grupal junto a mis compa?eros. Si identificamos un caso muy grave en este tipo de sesiones, lo remitimos a los psic¨®logos de la organizaci¨®n para que le hagan un seguimiento individualizado. Por lo general, tratamos de realizarlo con aquellas personas que vemos m¨¢s silenciosas, m¨¢s retra¨ªdas y que tienen m¨¢s dificultades para concentrarse en algo. Despu¨¦s de las reuniones colectivas tambi¨¦n damos apoyo e informaci¨®n a los padres que acuden a nosotros preocupados porque sus hijos sufren ansiedad o porque se orinan en la cama.
Hay m¨¢s de 3.000 desplazados en el Alwand. La mayor¨ªa proviene de los alrededores, de ciudades como Sadiyah, Jalawla y Muqdadiyah, y casi todos huyeron durante el conflicto con el autodenominado Estado Isl¨¢mico. En el campo la gente vive en caravanas con ba?os compartidos. Hay una escuela y un centro de salud que est¨¢ administrado por MSF. Los habitantes del campo se enfrentan a cientos de desaf¨ªos diarios. Uno de los principales retos es su delicada situaci¨®n financiera. Y obviamente esto es algo que a menudo afecta a su salud mental. Algunos de ellos ya se ha dado por vencidos y no cesan de repetir constantemente frases como "mi vida ha terminado" o "estoy acabado".
Adem¨¢s de las preocupaciones financieras, muchos sufren un gran estr¨¦s ante el incierto futuro que se les presenta. El miedo de la gente ha aumentado por la reactivaci¨®n del conflicto en la regi¨®n. Hay quienes no logran contactar con sus familiares y otros no pueden regresar a su hogar porque han perdido sus casas. Algunas familias no se sienten c¨®modas viviendo en los contenedores. M¨¢s de uno me ha dicho que, m¨¢s que hogares, aquello en realidad son prisiones. Muchos se a¨ªslan o viven enfadados, con permanente ansiedad y constantemente estresados. Algunos ni?os muestran signos de comportamiento agresivo e incontinencia.
Hace poco llev¨¦ el caso de un hombre que no sal¨ªa nunca de su contenedor. Despu¨¦s de unas cuantas visitas, logr¨¦ que poco a poco empezara a confiar en m¨ª. Con el tiempo establecimos una relaci¨®n cada vez m¨¢s cercana y eso hizo que un d¨ªa se decidiese a contarme su historia: su hijo hab¨ªa sido capturado por un grupo armado. ?l consigui¨® rescatarlo, pero en el ¨²ltimo punto de control antes de llegar a su casa varios hombres dispararon al chico en la cabeza, acabando con su vida y arrojando su cuerpo a una zanja. Desde entonces, no hab¨ªa pasado un solo minuto en el que no le echara de menos.
Hace poco llev¨¦ el caso de un hombre que no sal¨ªa nunca de su contenedor. Despu¨¦s de unas cuantas visitas, logr¨¦ que poco a poco empezara a confiar en m¨ª
Resulta muy duro para todas estas personas experimentar estas situaciones tan traum¨¢ticas, pero es obvio que tambi¨¦n hay otra cosa que afecta gravemente a su salud mental: vivir en un campo de desplazados sin poder continuar con su vida normal y sin tener esperanzas de futuro ni a corto ni a medio plazo.
Jasim Hammed es asesor de salud mental en M¨¦dicos sin Fronteras (MSF).
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