Partos seguros para las mujeres y los reci¨¦n nacidos
En muchos casos, los centros no pueden proveer ni siquiera la atenci¨®n m¨¢s b¨¢sica y las parturientas padecen falta de privacidad y de higiene, e incluso maltratos del personal
La estremecedora historia de las peligrosas complicaciones que tuvo la tenista Serena Williams tras el nacimiento de su hija es un recordatorio de que el parto puede ser mortal para las madres y los reci¨¦n nacidos. El problema de Williams fue una embolia pulmonar (la formaci¨®n de un co¨¢gulo en el pulm¨®n). Ella consigui¨® la atenci¨®n m¨¦dica que le salv¨® la vida, pero millones de mujeres en todo el mundo no reciben el tratamiento que necesitan.
Cada a?o, m¨¢s de 5,6 millones de madres y reci¨¦n nacidos mueren durante el embarazo, el parto o el primer mes de vida. Uno de los principales factores de complicaciones y muerte perinatal es la mala calidad de la atenci¨®n en las 48 horas que rodean el parto. Estas muertes afectan gravemente a las familias y a las comunidades. Y para colmo, son casi todas evitables. El 99% de las muertes maternas y el 80% de los fallecimientos de reci¨¦n nacidos pueden evitarse con atenci¨®n adecuada.
Las causas de muerte de madres y beb¨¦s en el momento del parto son conocidas. Los principales asesinos de las mujeres son las hemorragias, la sepsis, el parto obstruido y la eclampsia. Para los reci¨¦n nacidos, los mayores riesgos son la asfixia, el nacimiento prematuro y las infecciones. Hace d¨¦cadas que se sabe c¨®mo evaluar, tratar y prevenir estas causas de fallecimiento. En muchos casos, la diferencia entre la vida y la muerte depende de medidas sencillas como lavarse las manos, mantener al beb¨¦ caliente con el m¨¦todo canguro (contacto piel con piel) o tratar la hipertensi¨®n.
En todo el mundo, el parto ¡ªque antes era en casa¡ª se produce idealmente en centros m¨¦dicos con personal cl¨ªnico entrenado que puede proveer asistencia en forma m¨¢s segura. Esto deber¨ªa implicar una mejora de la atenci¨®n y de los resultados. Pero en muchos lugares, el aumento de los partos hospitalarios respecto de los caseros no redujo la mortalidad. Hay ocasiones en que los centros no pueden proporcionar ni siquiera la atenci¨®n m¨¢s b¨¢sica (por ejemplo, medir la presi¨®n arterial a la parturienta) y las mujeres padecen falta de privacidad y de higiene, e incluso maltratos del personal.
Es evidente que para seguir reduciendo la mortalidad y morbilidad materna y neonatal es necesario mejorar y fortalecer las capacidades y la calidad del tratamiento en las salas de atenci¨®n primaria que ofrecen servicios de parto. La pregunta es c¨®mo.
Acabamos de realizar uno de los ensayos cl¨ªnicos sobre salud materna y neonatal m¨¢s grandes del mundo, en el Estado indio de Uttar Pradesh. El objetivo era ver si era posible reducir la mortalidad mejorando la calidad del tratamiento en las salas de atenci¨®n primaria a las que acuden a dar a luz la mayor¨ªa de las mujeres locales, y donde hay un promedio de tres o cuatro partos al d¨ªa, asistidos en su mayor¨ªa por enfermeras. Observamos que, en el promedio de las salas, el lavado correcto de manos se completaba en menos del 1% de los partos, y que solo el 25% de las mujeres recib¨ªan los medicamentos necesarios para prevenir hemorragias posparto. En t¨¦rminos generales, no se cumpl¨ªan 11 de 18 pr¨¢cticas obst¨¦tricas esenciales.
Durante el estudio, observamos que el lavado correcto de manos se completaba en menos del 1% de los partos, y que s¨®lo el 25% de las mujeres recib¨ªan los medicamentos necesarios para prevenir hemorragias posparto
Nuestra estrategia para mejorar el desempe?o y los resultados de las salas no pas¨® por castigar ni despedir al personal, que en general carec¨ªa de suministros, entrenamiento y supervisi¨®n por falta de organizaci¨®n y coordinaci¨®n. No cont¨¢bamos con ning¨²n m¨¦todo comprobado para generar cambios a gran escala, pero ten¨ªamos la teor¨ªa de que para implementar las pr¨¢cticas esenciales pod¨ªa ser ¨²til dar entrenamiento al personal. As¨ª que preparamos un grupo de m¨¦dicas y enfermeras para que ense?aran al personal de las salas los elementos b¨¢sicos de la lista de verificaci¨®n para partos seguros de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud: los insumos y procedimientos correctos para prevenir infecciones, la identificaci¨®n y el tratamiento de la hipertensi¨®n para prevenir la eclampsia, y la administraci¨®n de medicamentos contra las hemorragias.
El resultado fue un avance importante, pero todav¨ªa insuficiente. Confirmamos una notoria mejora de la atenci¨®n: asistentes de parto que antes realizaban solo siete de los 18 pasos vitales comprobados durante el parto ahora realizaban 13. Mostramos que es posible mejorar considerablemente la calidad de la atenci¨®n en entornos afectados por la escasez de recursos. Pero los datos reunidos mostraron que no bast¨® para conseguir una reducci¨®n a gran escala de las tasas de mortalidad.
El esfuerzo puede ser dif¨ªcil y desalentador. La eficacia de los sistemas sanitarios depende de poder cubrir casi todas las carencias para una buena atenci¨®n, entre ellos los relacionados con equipos y suministros, capacidades y habilidades b¨¢sicas, y la comunicaci¨®n con establecimientos sanitarios de m¨¢s complejidad para la derivaci¨®n de madres y beb¨¦s enfermos. Las relaciones entre los proveedores primarios y las instituciones cl¨ªnicas l¨ªderes, as¨ª como entre los proveedores y las familias atendidas, debe ser de respeto y apoyo. En esto no hay atajos, ni en Florida (donde dio a luz Williams) ni en Uttar Pradesh, lugar de nuestra intervenci¨®n (llamada BetterBirth).
?C¨®mo llegar al nivel requerido? Creemos que la respuesta no ser¨¢ muy diferente de lo que intentamos hacer nosotros. Hay que implementar mecanismos para identificar lo que falta en cada instituci¨®n y ense?ar al personal m¨¦dico y directivo de las salas c¨®mo subsanar esas carencias. Pero, como observamos, si bien la lista de verificaci¨®n b¨¢sica contiene los objetivos de mejora y es una herramienta para organizar y recordar al personal los procedimientos clave, no basta para acelerar el cambio; tambi¨¦n se necesitan recursos financieros, voluntad pol¨ªtica y compromiso de las dirigencias, los proveedores y la comunidad para demandar progresos.
Estamos m¨¢s cerca que nunca de subsanar las fallas que provocan la mayor parte de la mortalidad materna y neonatal. Sabemos que el parto puede ser ocasi¨®n de complicaciones para cualquier mujer en cualquier parte del mundo. Lo bueno es que tambi¨¦n conocemos c¨®mo hacer para que sea m¨¢s seguro. Para mejorar la salud y el bienestar de madres y reci¨¦n nacidos, debemos poner ese conocimiento en pr¨¢ctica en todas las salas m¨¦dicas del mundo.
Katherine Semrau es directora del programa BetterBirth de Ariadne Labs, profesora asistente de medicina en la Escuela de Medicina de Harvard y epidemi¨®loga asociada en la Divisi¨®n de Equidad Sanitaria Global del Brigham and Women¡¯s Hospital. Atul Gawande es director ejecutivo de Ariadne Labs, profesor en la Escuela T. H. Chan de Salud P¨²blica de Harvard y cirujano en el Brigham and Women¡¯s Hospital.
Copyright: Project Syndicate, 2018. Traducci¨®n: Esteban Flamini
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