Ser madre y matrona donde m¨¢s mujeres mueren al parir
Sud¨¢n del Sur tiene una de las mayores tasas de mortalidad materna: una de cada 50 embarazadas fallece dando a luz. El hospital de Yuba trabaja por lograr nacimientos m¨¢s seguros
Estaba previsto que Cecilia Steven diese a luz a trillizos, pero durante el parto perdi¨® a dos de los beb¨¦s y ella misma estuvo a punto de morir. La historia de Steven no es ni mucho menos una anomal¨ªa en el Hospital Universitario de Yuba, la capital de Sud¨¢n del Sur. La tasa de mortalidad materna en este pa¨ªs es una de las mayores del mundo. Sus servicios de salud se encuentran asfixiados por las deficiencias de las infraestructuras y la grave escasez de personal sanitario preparado. Naciones Unidas calcula que solo hay un m¨¦dico por cada 65.000 pacientes y una comadrona por cada 39.000 personas. Si a esto se le a?ade la guerra civil y la pertinaz hambruna, actualmente las madres sursudanesas tienen una probabilidad entre 50 de morir durante el parto, afirma la Organizaci¨®n Mundial de la Salud.
El Gobierno ha adoptado medidas para contribuir a que aumente el n¨²mero de mujeres que sobreviven al parto con un programa que ha formado a m¨¢s de 400 comadronas en los ¨²ltimos cinco a?os. No obstante, es demasiado pronto para valorar hasta qu¨¦ punto la iniciativa ha reducido la tasa de mortalidad materna, si es que la ha reducido en algo.
Estas son dos historias recopiladas desde mayo de 2016 sobre los problemas de salud materna en Yuba, las preocupaciones y las dificultades a las que se enfrentan las parturientas y los retos de los trabajadores de la sanidad que intentan que dar a luz sea m¨¢s seguro para ellas.
Un alto riesgo para las madres j¨®venes
Cuando Cecilia Steven, de 24 a?os, lleg¨® al Hospital Universitario de Yuba para dar a luz a trillizos, estaba enferma de malaria. Joyce fue el ¨²nico beb¨¦ que sobrevivi¨®. Naci¨® con dos meses de antelaci¨®n y pes¨® un kilo y medio.
F¨¢tima Joseph, enfermera jefe del nido del hospital explica que muchas embarazadas sufren complicaciones durante el parto debido al sida y a enfermedades como la malaria, la anemia y la gonorrea. Adem¨¢s, el n¨²mero de quienes no pueden contar con asistencia cualificada para dar a luz es alto, y alrededor del 90% de las mujeres del pa¨ªs lo hacen en casa, lo cual aumenta el riesgo de complicaciones y de muerte.
En Sud¨¢n del Sur, solamente una minor¨ªa puede tener acceso a instalaciones sanitarias atendidas por profesionales cualificados, y las que acceden, tienen que soportar de todas maneras la saturaci¨®n, las largas esperas y los tratamientos inadecuados.
La maternidad del Hospital Universitario de Yuba, el ¨²nico de referencia del pa¨ªs, tiene menos de 50 camas. El centro ofrece asistencia gratuita, pero los cortes del suministro el¨¦ctrico son frecuentes, y los recursos, los medicamentos y el personal m¨¦dico experimentado, escasos. Las estratosf¨¦ricas tasas de inflaci¨®n desde que empez¨® la guerra civil suponen que las embarazadas no puede permitirse el coste del transporte al hospital en busca de asistencia m¨¦dica para ellas y para sus beb¨¦s.
Joseph, que dirige el nido, dice que las embarazadas j¨®venes son especialmente vulnerables a las complicaciones durante el alumbramiento, ya que muchas llegan a la maternidad an¨¦micas y malnutridas debido a que a veces dejan de comer para ocultar el embarazo. Tambi¨¦n corren mayor riesgo de sufrir hemorragias posparto y es m¨¢s probable que necesiten una ces¨¢rea, a?ade, lo cual supone una sobrecarga para las ya de por s¨ª insuficientes reservas de sangre del hospital. El personal del centro explica que la escasez es grave. Las causas son la estigmatizaci¨®n cultural que disuade a la gente de donar sangre y el hecho de que las reservas que tiene el hospital en los frigor¨ªficos se pueden estropear cada vez que hay un corte de corriente.
Faltos de personal y sin cobrar
A sus 30 a?os, Regina Akur ya es jefa de la maternidad del Hospital Universitario de Yuba. Es una de las m¨¢s de 400 comadronas que han obtenido el t¨ªtulo gracias al reciente programa estatal de formaci¨®n en obstetricia, pero no es m¨¢s que una de las dos que est¨¢n actualmente empleadas en el centro.
En Sud¨¢n del Sur, las comadronas y las enfermeras cobran entre 10 y 30 d¨®lares al mes, cuando cobran. Las voces cr¨ªticas hacen referencia a factores como la falta de personal y los bajos salarios como signos de que la salud materna no es una prioridad para el Gobierno, que ha destinado solamente un 2% el presupuesto nacional a la sanidad. La mayor¨ªa de los programas de obstetricia son financiados por otros pa¨ªses y por organizaciones no gubernamentales.
El programa de obstetricia del Hospital Universitario de Yuba, por ejemplo, cuenta principalmente con el apoyo de los Gobiernos de Canad¨¢ y Suecia. Cuando los estudiantes obtienen el t¨ªtulo, las perspectivas de encontrar trabajo en los centros sanitarios del pa¨ªs son poco alentadoras y muchos acaban ocupando un puesto en las organizaciones no gubernamentales.
Esther Juma y Pricilla Benjamin, dos comadronas que trabajan en una maternidad de Yuba, afirman que su sueldo no ha cambiado desde la d¨¦cada de 1980. A veces pueden pasar meses sin que vean ni una sola paga.
Aun as¨ª, acuden a su puesto cada d¨ªa. ¡°Este trabajo es como trabajar en la iglesia, como predicar la palabra de Dios. Es la manera de ayudar a la gente de aqu¨ª¡±, declara Juma, ¡°y nosotras queremos ayudar a nuestra gente¡±.
Los 10 peores pa¨ªses para nacer
Cada a?o, 2,6 millones de ni?os mueren antes de cumplir un mes. Alrededor de un mill¨®n de ellos no sobrevive ni 24 horas. En la enorme mayor¨ªa de los casos, se podr¨ªa haber evitado si las madres hubieran tenido acceso a cuidado m¨¦dico de calidad, una correcta nutrici¨®n y agua limpia, asegura Unicef en el informe Todos los ni?os vivos.
El estudio publicado este martes destaca que el lugar de nacimiento marca la probabilidad de un beb¨¦ de seguir adelante. En Jap¨®n, por ejemplo, la probabilidad de sobrevivir es la m¨¢s alta del mundo, con apenas una muerte cada 1.000 nacimientos en los primeros 28 d¨ªas de vida. Al otro lado de la clasificaci¨®n, se encuentra Pakist¨¢n, donde el ¨ªndice de mortalidad se situ¨® en 45,6 en 2016. Es decir, casi uno de cada 20 reci¨¦n nacidos muere en el primer mes. De los 10 peores pa¨ªses para nacer, ocho se encuentran en ?frica subsahariana. Detr¨¢s de Pakist¨¢n se sit¨²an Rep¨²blica Centroafricana (42,3), Afganist¨¢n (40), Somalia (38,8), Lesoto (38,5), Guinea-Bissau (38,2), Sud¨¢n del Sur (37,9), Costa de Marfil (36,6), Mal¨ª (35,7) y Chad (35,1).
Factores como los ingresos de un pa¨ªs afectan el ¨ªndice de mortalidad, pero no son la ¨²nica clave de lectura. El riesgo de muerte es dos veces mayor para los hijos de madres sin estudios frente a los nacidos de mujeres que disponen al menos de educaci¨®n secundaria. Nacer en una familia rica o pobre tambi¨¦n determina las posibilidades de vivir. En los hogares m¨¢s pobres, los ni?os se enfrentan a una probabilidad del 40% por la falta de acceso al cuidado m¨¦dico.
La recopilaci¨®n de informaci¨®n para este proyecto ha contado con el apoyo de la Fundaci¨®n Internacional de Mujeres en los Medios de Comunicaci¨®n (IWMF).
Este texto fue publicado originalmente en ingl¨¦s en la p¨¢gina web de Newsdeeply en este enlace.
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