Libros que rompen con el estereotipo de princesa
En los ¨²ltimos a?os, han aparecido ¨¢lbumes ilustrados que buscan hacer reflexionar a padres e hijos sobre una imagen que poco o nada tiene que ver con la igualdad
Las princesas han sido (y son) un personaje recurrente en la literatura infantil. Mujeres bellas, atractivas y delicadas, pero habitualmente con nula capacidad de opini¨®n o decisi¨®n sobre sus vidas, siempre a merced de la voluntad de sus padres o del pr¨ªncipe azul de turno. En los ¨²ltimos a?os, sin embargo, esa imagen de princesa se ha ido resquebrajando (literariamente) por la aparici¨®n de ¨¢lbumes ilustrados infantiles que, inmersos en la creciente corriente del movimiento feminista, buscan dar la vuelta y hacer reflexionar a sus lectores, padres e hijos, sobre este estereotipo que poco o nada tiene que ver con la igualdad que deber¨ªa imperar hoy en d¨ªa.
¡°Claramente estos libros son muestra de un cambio muy profundo que no solo responde a la demanda de las madres y los padres, sino tambi¨¦n a una b¨²squeda de las propias ni?as y los ni?os, que ya no se conforman con los roles que les imponen en los cuentos, los juegos y los deportes. Pero sobre todo responden a un cambio que vienen produciendo los movimientos feministas en todo el mundo cuestionando los mecanismos patriarcales que generan las violencias¡±, reflexiona Nadia Fink, autora de la colecci¨®n #AntiPrincesas, de la editorial argentina Chirimbote, comercializada en Espa?a como Otras princesas (Maime Mujer).
En la colecci¨®n de cuentos escritos por Fink e ilustrados por Pitu Saa encontramos como protagonistas a mujeres de lo m¨¢s variopintas, entre otras la artista Fridha Khalo, la guerrera boliviana Juana Azurduy o la pol¨ªtica argentina Eva Per¨®n. Todas ellas, seg¨²n la escritora, mujeres ¡°reales, que no tienen t¨ªtulos de nobleza, que cambiaron el mundo desde sus lugares, que remaron contra la corriente y gracias a ellas hoy tenemos un poco m¨¢s de libertad. Mujeres que no se quedaron esperando que los salvara un pr¨ªncipe azul, sino que salieron en busca de sus deseos y de sus sue?os de libertad¡±.
Afirma Nadia Fink que con la colecci¨®n Otras Princesas no pretenden que las ni?as dejen de leer cuentos de princesas, ¡°sino mostrarles que hubo otras mujeres¡±. En ese sentido, a?ade la autora que toda ni?a y toda mujer ¡°tiene una disputa interna entre lo que sue?a ser y lo que la cultura le pide que sea¡±, un dilema moral en el que la antiprincesa constituir¨ªa esa parte de a mujer ¡°que resiste a los mandatos en cada acto disidente: cuando salimos a buscar trabajo, cuando nos ayudamos entre nosotras, cuando estudiamos para ser mejores, cuando nos queremos un poco m¨¢s (a nuestros cuerpos sobre todo), cuando educamos, cuando aprendemos, cuando amamos¡±.
?Hay algo m¨¢s aburrido que ser una princesa rosa?
M¨¢s de 15.000 ejemplares vendidos lleva ya el que seguramente es el ¨¢lbum ilustrado en castellano m¨¢s exitoso en este ¨¢mbito. Lo escribi¨® e ilustr¨® la sevillana Raquel D¨ªaz Reguera y lo public¨® en 2010, mucho antes del auge del movimiento feminista actual, Thule Editorial. Hace un a?o y medio, con motivo de la d¨¦cima edici¨®n, Raquel revis¨® ilustraciones y el libro se public¨® en formato m¨¢s grande y con un papel de mayor calidad. Ya se ha reeditado tres veces m¨¢s. ¡°A¨²n me sorprende el ¨¦xito¡±, concede la ilustradora, que tambi¨¦n ha podido ver con asombro como su obra daba el salto a los escenarios de la mano de la adaptaci¨®n teatral de Paco Mir (Tricicle).
Cuenta Raquel que escribi¨® el libro para su hija Violeta, que quer¨ªa jugar de forma recurrente a ser una princesa rosa rescatada por el pr¨ªncipe azul de las garras de un drag¨®n o de las fauces de un lobo feroz. ¡°Entonces yo le preguntaba: ?no ser¨ªa mejor que te rescataras t¨² solita? ?no es m¨¢s divertido salir en busca del drag¨®n que esperar a que un pr¨ªncipe lo capture para ti? ?y si el pr¨ªncipe no aparece? ?y no crees que es muy aburrido estar todo el d¨ªa esperando, esperando y esperando a que llegue el pr¨ªncipe? Y as¨ª surgi¨® el cuento, sin m¨¢s pretensi¨®n que la de intentar que una ni?a de seis a?os me explicara a mi qu¨¦ resulta atractivo de ser una princesa rosa o una mujer florero¡±, explica.
Las princesas m¨¢s valientes
El ¨²ltimo libro en sumarse a esta corriente ha sido Las princesas m¨¢s valientes (NubeOcho Ediciones), escrito por la norteamericana de padres mexicanos Dolores Brown e ilustrado por la alemana Sonja Wimmer, un ¨¢lbum que nos presenta a diferentes mujeres y ni?as an¨®nimas, con las que nos podr¨ªamos cruzar cada d¨ªa en la calle sin reparar en que, a su modo, tambi¨¦n son princesas.
"Las princesas m¨¢s valientes somos todas nosotras. Madres, hermanas, hijas, amigas.... Mujeres que existimos. Con un nombre. Con un parche en el ojo o con un aparato en los dientes. Somos princesas incluso con cosas que en el pasado podr¨ªan habernos dado verg¨¹enza. No tenemos verg¨¹enza de estar divorciadas o de ser madres solteras. Somos princesas de diferentes or¨ªgenes, somos traductoras, cajeras de supermercado, bomberas, astronautas... Profesiones que tradicionalmente eran para los hombres pueden ser realizadas tambi¨¦n por nosotras. Somos princesas que hablamos de igualdad y que tenemos maridos que son amos de casa, somos princesas que no ten¨ªan visibilidad antes. Princesas en sillas de ruedas, princesas con el s¨ªndrome de Down. Todas, todas nosotras, somos princesas¡±, argumenta Dolores Brown.
Para la escritora nacida en Miami, una sociedad que aspira a la igualdad y es cr¨ªtica ¡°obviamente debe desmontar el mito de princesa estereotipada¡±, una alternativa al auge como demuestra, en su opini¨®n, que ¡°incluso Disney quiera hablar de princesas aguerridas¡± o que muchas marcas quieran apuntarse al carro con un objetivo m¨¢s marketiniano: ¡°No lo hacen del todo bien y no son suficientemente cr¨ªticas, pero lo valoro positivamente porque es importante que empiecen a acercarse al tema y que se hable de igualdad¡±.
Cambiar el estereotipo de princesa
?Es necesario cambiar el estereotipo de princesa tradicional, acabar con ¨¦l en cierto modo? Para Nadia Fink es necesario ¡°porque las violencias de g¨¦nero parten desde all¨ª mismo, desde los estereotipos que nos imponen de ni?as y ni?os¡±. Al respecto, a?ade la escritora argentina que cuando mostramos a los ni?os un mundo donde la supuesta belleza femenina tiene que ver con una debilidad dependiente, en que los hombres pueden decidir sobre los cuerpos de ellas y en que la felicidad solo est¨¢ entre las cuatro paredes del castillo ¡°estamos determinando conductas que entran en conflicto con la realidad y que el d¨ªa de ma?ana se convierten en violencias¡±.
Raquel D¨ªaz Reguera, por su parte, cree que la princesa rosa debe seguir existiendo en los cuentos, del mismo modo en que deben hacerlo ¡°los pr¨ªncipes azules, los gatos parlantes o los sapos encantados¡±. Sin embargo, destaca la importancia de esta otra literatura infantil para que las ni?as ¡°aspiren a mucho m¨¢s que a ser princesas rosas¡±. En ese sentido, considera que la literatura infantil es una herramienta que, ¡°adem¨¢s de servir para entretener, divertir, disfrutar, so?ar y todas las opciones que ofrecen los libros, puede servir tambi¨¦n para que los ni?os y ni?as y maestros y adultos reflexionen y reflexionemos sobre estos temas¡±.
Para Dolores Brown, por ¨²ltimo, si en la literatura infantil se habla de igualdad esto contribuir¨¢ a crear una juventud ¡°cr¨ªtica que, quiz¨¢s, con suerte, ayudar¨¢ a transformar la sociedad en una m¨¢s igualitaria¡±. Una sociedad en la que las ni?as y ni?os sepan ¡°que todo es posible, que no hay una ¨¦lite de princesas y que no tienen que acercarse a rid¨ªculos estereotipos. La belleza est¨¢ en la diversidad. La perfecci¨®n reside en ella¡±.
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