Los estudiantes despertaron Nicaragua
Las protestas estudiantiles en Nicaragua se mantienen firmes ante la represi¨®n del Gobierno
?lvaro Alberto G¨®mez Montalv¨¢n se llamaba. Era universitario. Trabajaba durante las madrugadas de lunes a viernes en una zona franca y viajaba desde su natal Masaya hasta Managua cada s¨¢bado para estudiar en la UNAN la carrera de Banca y Finanzas. Hab¨ªa vuelto a la universidad unos meses antes del 20 de abril de este a?o, d¨ªa en que fue asesinado de varios tiros mientras participaba en las protestas iniciadas el 18 del mismo mes en Nicaragua.
Llegu¨¦ a la casa de su padre dos semanas despu¨¦s de su muerte para conocer la historia de ambos. De ?lvaro hijo, muerto en abril de 2018, y de ?lvaro padre, quien perdi¨® su pierna en abril de 1987, siendo un voluntario en el Servicio Militar Patri¨®tico durante el gobierno sandinista de los a?os 80.
Hab¨ªa una pregunta obligatoria: ?C¨®mo se integr¨® ?lvaro en las protestas? ¡°Como tantos j¨®venes¡±, relata su pap¨¢. Consider¨® que las demandas eran justas y se fue a protestar sin siquiera avisarle. Era un autoconvocado m¨¢s. Inform¨® al igual que muchos sobre la situaci¨®n de las protestas en Masaya a trav¨¦s de su cuenta de Facebook.
La historia de este estudiante de 23 a?os explica los motivos por los que tantos j¨®venes empezaron a protestar hace m¨¢s de un mes en Nicaragua. Muchos ya no est¨¢n para contar sus historias, pero otros, estudiantes con sue?os, angustias y demandas, se han puesto a la cabeza de la sociedad para exigir cambios profundos en un pa¨ªs con historia revolucionaria. Pens¨¢bamos que los j¨®venes nicarag¨¹enses eran ap¨¢ticos y que viv¨ªan ajenos a la realidad nacional, pero lo cierto es que despertaron la solidaridad de todo un pa¨ªs y movilizaron a la poblaci¨®n. Se autoconvocaron, se unieron sin conocerse y se enfrentaron a la represi¨®n.
?C¨®mo ocurri¨® todo? Volvamos al 18 de abril. Los estudiantes protestaron ese d¨ªa contra las reformas a la seguridad social que el Gobierno de Nicaragua hab¨ªa anunciado dos d¨ªas antes, medidas que perjudicaban a todos por igual: a jubilados, a trabajadores y a micros, peque?os, medianos y grandes empresarios. Los primeros que protestaron fueron pocos y fueron reprimidos, pero luego, al siguiente d¨ªa, se unieron los estudiantes de las universidades p¨²blicas de Le¨®n y Estel¨ª, reconocidos bastiones del Frente Sandinista, partido en el poder.
La receta gubernamental para contrarrestar las protestas fue m¨¢s represi¨®n. Eso motiv¨® a m¨¢s estudiantes a unirse a la lucha. Unos, como ?lvaro, se adhirieron a las protestas enfrent¨¢ndose con morteros, huleras y piedras a las fuerzas antidisturbios que estaban armadas. Otros, en su mayor¨ªa estudiantes de medicina, formaron brigadas para atender a los heridos y muchos m¨¢s se dedicaron a recolectar medicinas, alimentos y agua. Transmit¨ªan en vivo a trav¨¦s de las redes sociales cuando eran agredidos, burlando la censura oficial.
El pa¨ªs observ¨® pasmado la represi¨®n y sali¨® a protestar y a apoyarlos. Los estudiantes lograron as¨ª levantar a la sociedad, sin distingo de creencias pol¨ªticas y estratos sociales. Se trat¨® y se trata de La Insurrecci¨®n c¨ªvica de los milenials, como le ha llamado el soci¨®logo Juan Carlos Guti¨¦rrez Soto.
?Por qu¨¦ estoy hablando y por qu¨¦ me salto la palabra suya? Porque nosotros hemos puesto los muertos, nosotros hemos puesto los desaparecidos, los que est¨¢n secuestrados
En la actualidad un grupo de estudiantes de diversas universidades y carreras se ha puesto a la cabeza del movimiento estudiantil autoconvocado. Entre ellos figura Lesther Alem¨¢n, un joven de 20 a?os al que nadie conoc¨ªa. Hoy una gran parte del pa¨ªs lo admira porque como miembro de la delegaci¨®n de estudiantes en el di¨¢logo nacional que se lleva a cabo para salir de la crisis, increp¨® al presidente Daniel Ortega ¨Cobligado a dialogar por primera vez en 11 a?os¨C, dici¨¦ndole: ¡°?Por qu¨¦ estoy hablando y por qu¨¦ me salto la palabra suya? Porque nosotros hemos puesto los muertos, nosotros hemos puesto los desaparecidos, los que est¨¢n secuestrados".
Entre los muertos se cuenta a ?lvaro, el joven de Masaya, originario del hist¨®rico pueblo ind¨ªgena de Monimb¨®, y otras 75 personas, seg¨²n el informe de la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). La lucha encabezada por los milenials ha sido respaldada por el movimiento campesino, l¨ªderes religiosos cat¨®licos y por los ciudadanos en las calles. Para muchos nicarag¨¹enses se respiran hoy otros aires: aires de esperanza.
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