?Realmente, aceptamos el paso del tiempo?
La depresi¨®n es un riesgo entre nuestros mayores debido a la soledad, la falta de trabajo o de actividades. La gente en pareja suele envejecer mejor
A lo largo de la vida pasamos por un sin fin de momentos y etapas que van trazando un camino por el que vamos avanzando a trav¨¦s de nuestra existencia. Pero tras la jubilaci¨®n y cuando se alcanza la vejez se producen una serie de cambios tan dr¨¢sticos y se dan una serie de factores tan importantes y a veces irreversibles que pueden hacer perder el sentido de la existencia, la p¨¦rdida de ilusi¨®n y con ello pueden aparecer el deseo de muerte y las ideas de suicidio.
La tasa de suicidio en el mundo tiende a aumentar con la edad. Mas del 70% de las personas que se suicidan en el mundo son mayores de 40 a?os y la frecuencia aumenta en los mayores de 60, sobre todo en los hombres quienes lo consuman m¨¢s que las mujeres aunque estas cometan m¨¢s intentos.
El principal factor que incide en el deseo de muerte es el estado de ¨¢nimo; nadie que es feliz se quiere suicidar y en las personas mayores convergen muchos factores que pueden incidir negativamente como por ejemplo el padecer una enfermedad org¨¢nica cr¨®nica, factor que puede aumentar con el transcurso de los a?os. El hecho de estar parado, jubilado con p¨¦rdida de estatus, de vida social, sentimientos de inutilidad, ineficacia.., as¨ª como un descenso del poder adquisitivo despu¨¦s de una sacrificada y dilatada vida laboral, son factores determinantes. Por otro lado, la soledad es un factor relevante. De hecho, seg¨²n las investigaciones, aquellas personas que est¨¢n casadas o que viven en pareja tienen menos probabilidad de suicidarse que las que est¨¢n separadas, divorciadas o viudas que viven solos. Por otro lado, las creencias religiosas constituyen una protecci¨®n contra el suicidio. Las personas creyentes se suicidan menos que los ateos.
El suicidio en el anciano tiene unas caracter¨ªsticas espec¨ªficas ya que no suelen realizar muchos intentos puesto que generalmente lo consuman en la primera tentativa. Esto se debe a que lo suelen tener muy premeditado, utilizan m¨¦todos infalibles y dejan pocas se?ales de aviso.
En la vejez podemos hablar sobre todo de dos tipos de suicidio, el suicidio ampliado y el suicidio encubierto o pasivo.
El suicido ampliado se produce cuando uno de los miembros decide acabar con la vida del otro c¨®nyuge (homicidio por compasi¨®n) y despu¨¦s quitarse la vida propia, ambos con una edad avanzada. En la prensa muchas veces esto viene bajo la etiqueta de ¡°violencia de g¨¦nero¡±, pero estas muertes son fruto de la desesperaci¨®n, la soledad, el abandono asistencial. El suicida acaba con la vida del otro porque sufre una enfermedad degenerativa o cr¨®nica y el es su cuidador principal.
Por otro lado, el suicidio encubierto o pasivo, que se refiere a un abandono progresivo del autocuidado (autonegligencia) que incluye abandonar pautas de salud b¨¢sicas, ingesti¨®n de alimentos, toma de medicaci¨®n e higiene.
Los s¨ªntomas m¨¢s frecuentes que presenta una persona mayor y que puede dar la se?al de alarma de que pueda estar pensando en el suicidio, son por ejemplo el que est¨¦ permanentemente aburrido con dificultad para concentrarse y cambio en los h¨¢bitos y rutinas de sue?o y/o comidas. Tambi¨¦n son cl¨ªnicamente significativos el aislamiento social y familiar, abandono de h¨¢bitos cotidianos, abuso de alcohol u otras sustancias nocivas, cambios bruscos de comportamiento y actitudes, frecuentes quejas som¨¢ticas y por ¨²ltimo poner en orden cuestiones legales tales como testamentos, o regalar cosas personales.
Sin embargo, existen factores protectores como las creencias religiosas, el refuerzo, la recuperaci¨®n de las capacidades cognitivas y el mantener un afrontamiento positivo ante las situaciones y un buen nivel de actividad.
Sin embargo, no todos los factores protectores le corresponden al individuo, la sociedad deber¨ªa:
- Crear y financiar programas y pol¨ªticas de capacitaci¨®n que ayuden a prevenir la carga de la discapacidad de la vejez.
- Programas de ejercicio para mantener la movilidad.
- Programas de alfabetizaci¨®n y formaci¨®n.
- Ayudas auditivas o instrucciones en lenguaje de signos.
- Acceso sin obst¨¢culos a los centros de salud.
- Familiares, m¨¦dicos y cuidadores profesionales que respeten la dignidad de los mayores
El mejor protector contra el suicidio es la felicidad que puede proporcionar a la persona mayor el hecho de no sentirse solo y de saberse cuidado, respetado y valorado. Comencemos por la persona que tengamos m¨¢s cerca, dej¨¢ndole solo los momentos de soledad deseados.
*Raquel Mart¨ªnez G¨®mez (Psic¨®loga en la Unidad de Salud Mental del Hospital Universitario de Torrevieja) y L.M. Almudena Garc¨ªa Alonso ( Dra. En Psicolog¨ªa, profesora en UCM y Centro de Estudios Villanueva.)
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