Romper juntos el ayuno para celebrar la diversidad y derribar prejuicios
Personas de todas los credos o sin ellos se re¨²nen cada noche en un parque de Londres para celebrar juntos el 'iftar' del Ramad¨¢n
Cuando cae la noche, centenares de comensales hambrientos se descalzan y se sientan con las piernas entrecruzadas en un parque londinense. Se disponen a romper el ayuno. Es el iftar, la cena tradicional que tiene lugar al ponerse el sol tras 19 horas de abstinencia y que forma parte de un ritual anual seguido por musulmanes en todo el mundo para celebrar el mes del Ramad¨¢n. El Ramad¨¢n, uno de los pilares sagrados del islam, impone a los musulmanes que se abstengan de comer, de beber e incluso de sorber agua durante las horas diunas del noveno mes de su calendarios.
La cena adquiere un significado especial en el iftar abierto que se organiza cada a?o en los jardines de Bloomsbury, un barrio elegante de Londres conocido por sus plazas ajardinadas y su pasado literario. Una peque?a comunidad que se denomina The Ramadan Tent Project, o Proyecto Carpa de Ramad¨¢n, invita a unirse incluso a los no musulmanes y a comer gratuitamente en el iftar durante las 30 noches que permanece abierto .
¡°Ten¨ªa algunas dudas porque no soy musulm¨¢n¡±, comenta Anthony Royle, un psicoterapeuta jubilado que asiste con dos amigos. ¡°Creo que es fundamental para todos nosotros, que compartimos una comunidad, que entendamos mejor los puntos de vista particulares de cada uno".
El proyecto empez¨® en 2013 cuando Omar Salha, que por aquel entonces era estudiante de posgrado, decidi¨® crear un ¡°lugar para sentirse como en casa¡± para los estudiantes internacionales que viv¨ªan en la ciudad. Y la realidad ha superado ampliamente su primera idea. Al menos 300 londinenses hambrientos, desde ejecutivos trajeados hasta personas sin hogar, se re¨²nen en el parque sin conocerse y se sientan unos junto a otros en el suelo.
La experiencia del iftar abierto consiste en convertir a los extra?os en amigos Omar Salha,? fundador
Muchos dicen que el ambiente pone en duda la impresi¨®n de que es una ¨¦poca de desconfianza entre las comunidades en Gran Breta?a, donde viven unos 2,7 millones de musulmanes, seg¨²n datos del censo. Pero los atentados terroristas, el creciente sentimiento contra los inmigrantes y las discusiones en torno a lo que significa ser brit¨¢nico han fomentado la divisi¨®n. Sajid Javid, el primer ministro del Interior brit¨¢nico de religi¨®n musulmana, afirm¨® hace una semana que la amenaza que representan los militantes yihadistas sigue siendo importante, pero que los musulmanes no son responsables ¡°de los actos de una peque?¨ªsima minor¨ªa que tergiversa su fe¡±.
El grupo musulm¨¢n m¨¢s grande de Gran Breta?a, el Consejo Musulm¨¢n de Gran Breta?a, ha registrado m¨¢s de 100 incidentes de odio contra los musulmanes desde que los brit¨¢nicos votaron en 2016 a favor de abandonar la Uni¨®n Europea, un resultado que se debi¨® en gran parte al sentimiento antiinmigrantes.
El picnic aumenta
En sus inicios, la cena solo atra¨ªa a un pu?ado de estudiantes que se sentaban sobre peri¨®dicos y compart¨ªan un picnic desordenado en la hierba. Ahora se re¨²nen hasta 400 personas cada noche bajo una gran carpa, con iluminaci¨®n y un equipo de sonido, y son atendidas impecablemente por 90 voluntarios.
Su fundador afirma que el proyecto es una manera de celebrar la diversidad y ofrece a los londinenses la posibilidad de escapar de la vida urbana. ¡°Es muy f¨¢cil caer en el discurso del nosotros y ellos¡±, explica Salha. ¡°La experiencia del iftar abierto consiste en convertir a los extra?os en amigos, en derribar las barreras y en hacerlo compartiendo una comida¡±.
Cuando cae la noche, un voluntario hace una llamada a la oraci¨®n en directo mientras hombres y mujeres muertos de sed rompen alegremente su ayuno. Los comensales comen pollo asado, arroz, pimientos rellenos y pegajosos baklavas, y lo comparten todo con extra?os que profesan todo tipo de religiones o sin religi¨®n. El iftar abierto sirve para que la gente haga una pausa, se tome un respiro, se re¨²na y se relacione¡±, explica Tabetha Bhatti, una de las organizadoras.
Para Wahil Gouraya, una de las personas que guarda el ayuno, es la primera vez. ¡°En una gran ciudad como Londres puede ser f¨¢cil quedarse aislado¡±, explica este estudiante de 18 a?os. ¡°Es una oportunidad para que la gente salga y conozca a personas que normalmente no conocer¨ªa¡±.
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Y es la tercera visita para Umayair Ullah, que asegura que la comida importa m¨¢s ahora que los malentendidos sobre el islam est¨¢n muy extendidos. ¡°Sin duda, el islam se ha distorsionado en los medios de comunicaci¨®n, y por eso creo que lo que est¨¢ haciendo el iftar abierto es muy importante¡±, se?ala. ¡°Es como reclamar la narrativa... Me alegra mucho¡±.
Laura Bannister, una profesional de las relaciones p¨²blicas, ha venido con sus compa?eros de clase de ¨¢rabe, mientras que el presentador de televisi¨®n Jon Snow alaba el esp¨ªritu comunitario en el ajetreo de una gran ciudad. ¡°Su generosidad es digna de elogio. Despu¨¦s de todo, el iftar es la fiesta de la generosidad, que luego intentamos practicar despu¨¦s del Ramad¨¢n¡±, dice al grupo.
La idea de la cena abierta a todo el mundo, que surgi¨® en Londres, se ha extendido a otros lugares y ahora se celebran eventos parecidos en otras tres ciudades brit¨¢nicas y tambi¨¦n en Toronto y en Portland (Estados Unidos), en Estambul (Turqu¨ªa) y en Ndola, la segunda ciudad de Zambia.
Reportaje de Adela Suliman; edici¨®n de Lyndsay Griffiths, de la Fundaci¨®n Thomson Reuters.
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