?Un Estado-burbuja?
El Gobierno central controla el 53% del gasto p¨²blico. El resto, los municipios y las comunidades
Un Estado civil moderno, alejado del militarismo y el clericalismo tradicionales, de hecho no comenz¨® a construirse seriamente en Espa?a hasta el decenio de 1980. Dado el retraso hist¨®rico, el esfuerzo se ha encontrado con fuertes restricciones europeas y globales a su soberan¨ªa, a las que se han a?adido algunas tendencias centr¨ªfugas de la descentralizaci¨®n territorial, por lo que, desde hace unos a?os, el Estado espa?ol ha comenzado a desinflarse.
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Ve¨¢moslo con algunos datos. En el ¨²ltimo a?o con Franco vivo, 1975, el gasto p¨²blico espa?ol solo representaba alrededor del 25% del producto interior bruto (PIB), en contraste con un 40% en la mayor¨ªa de los pa¨ªses de Europa Occidental de la ¨¦poca. En el siguiente per¨ªodo, el gasto p¨²blico casi se duplic¨® en t¨¦rminos relativos, hasta un m¨¢ximo del 48% del PIB en 2012. Sin embargo, el Gobierno central controla solo un poco m¨¢s de la mitad de ese gasto (un 53% en 2017), mientras que el resto est¨¢ en manos de las comunidades aut¨®nomas y los municipios. As¨ª, el gasto del Gobierno central es ahora tan peque?o en t¨¦rminos relativos como cuarenta a?os atr¨¢s (48% x 53% = 25%).
Es m¨¢s: las tres cuartas partes del gasto p¨²blico central se dedican a transferencias autom¨¢ticamente reguladas, especialmente la Seguridad Social (sobre todo pensiones y prestaciones por desempleo), pagos de intereses y reembolsos de la deuda p¨²blica y otros compromisos a largo plazo fuera del poder de decisi¨®n gubernamental. Se puede estimar que si un Gobierno pretendiera modificar la asignaci¨®n de gastos de todas las partidas del presupuesto estatal ser¨ªa capaz de reasignar menos del 4% del PIB.
El tama?o del gasto p¨²blico absoluto y relativo ha ido disminuyendo desde el rescate de las finanzas p¨²blicas y privadas espa?olas por la Uni¨®n Europea en 2012. Seg¨²n los planes actuales del Ministerio de Econom¨ªa, el gasto p¨²blico total deber¨ªa caer a cerca del 38% del PIB a principios del decenio de 2020, lo que implica un recorte de una quinta parte de su tama?o en diez a?os. Esto har¨ªa que el gasto del Gobierno central fuera bastante m¨¢s peque?o, en t¨¦rminos relativos a la econom¨ªa, de lo que era al final de la dictadura, ya que aterrizar¨ªa alrededor de un 20% del PIB.
Espa?a ocupa el ¨²ltimo lugar de los pa¨ªses europeos en infraestructuras, salud, educaci¨®n, investigaci¨®n y desarrollo
Una consecuencia importante de esta reducci¨®n es el colapso de la inversi¨®n p¨²blica, que ha colocado a Espa?a en el ¨²ltimo lugar de los pa¨ªses europeos en infraestructuras, salud, educaci¨®n, investigaci¨®n y desarrollo y otras inversiones capaces de promover el crecimiento. Con un gasto de menos del 2% del PIB, no alcanza ni para sufragar el mantenimiento de las instalaciones existentes.
Se puede observar una evoluci¨®n similar con respecto al empleo p¨²blico. En 1975, hab¨ªa cerca de 700.000 empleados p¨²blicos en Espa?a, aproximadamente el 90% de ellos en el Gobierno central. Desde entonces, los funcionarios se han multiplicado, hasta cerca de tres millones. Sin embargo, m¨¢s del 80% de ellos trabajan en las comunidades aut¨®nomas, los municipios o las universidades. El n¨²mero absoluto de empleados p¨²blicos en la Administraci¨®n central del Estado, incluida la Seguridad Social y las Fuerzas Armadas, era en 2017 aproximadamente 522.000, muchos menos que en 1975, y su n¨²mero relativo, obviamente much¨ªsimo menor con respecto a la mayor poblaci¨®n.
Esto no es todo. La restricci¨®n m¨¢s importante de la capacidad de gobernar se deriva de la pertenencia a la Uni¨®n Europea. Actualmente, la UE origina la mayor parte de la legislaci¨®n, ya sean regulaciones directas o directrices ratificadas por los Parlamentos estatales. Pero durante los dos ¨²ltimos a?os y medio sin Gobierno o con uno en superminor¨ªa, el Parlamento espa?ol ha batido el r¨¦cord: solo ha aprobado un total de 12 leyes, la mayor¨ªa derivadas de directrices europeas urgentes, en contraste con una media anual de 73 iniciativas legislativas en el periodo parlamentario anterior.
El Estado central espa?ol actual no solo no es lo que podr¨ªa haber sido si el curso hist¨®rico hubiera sido diferente, sino ni siquiera lo que fue, brevemente, hace unas d¨¦cadas. Actualmente, se apoya en una gran burbuja financiera y administrativa. No es probable que la burbuja del Estado explote como lo hicieron las burbujas inmobiliaria o bancaria, pero est¨¢ pinchada y, como un globo err¨¢tico que pierde aire, puede continuar desinfl¨¢ndose durante un tiempo.
Josep M. Colomer es autor del libro Espa?a: la historia de una frustraci¨®n (Anagrama), del que este texto ha sido adaptado.
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