Elo¨ªsa D¨ªaz, primera m¨¦dica de Chile y mecenas de la salud de los escolares
Su inter¨¦s por el bienestar de los menores la llev¨® a aportar dinero de su bolsillo para instaurar el desayuno escolar obligatorio
En el siglo XIX hubo mujeres que, como la chilena Elo¨ªsa D¨ªaz, se rebelaron al sometimiento de los hombres y a la falta de igualdad por ser mujer. Ella fue una de las muchas sudamericanas que ha pasado a la historia no solo por perseguir sus sue?os, sino por hacerlos realidad, aunque para ello tuviera que ir a la universidad acompa?ada por su madre. Sus reivindicaciones y logros siempre fueron a trav¨¦s del trabajo y de los hechos, nunca con manifiestos ni discursos.
Su vocaci¨®n por la medicina y su brillantez la convirtieron en pionera de la profesi¨®n en Sudam¨¦rica, ya que por aquel entonces solo hab¨ªa mujeres licenciadas en esa disciplina en Inglaterra y en Estados Unidos. A partir de ese momento, se convirti¨® en un modelo profesional por su creatividad e iniciativa, siendo considerada Mujer Ilustre de Am¨¦rica y destacando, adem¨¢s de en el campo de la Medicina, en el de las pol¨ªticas sociales.
Elo¨ªsa D¨ªaz Insunza naci¨® en Santiago de Chile, un 25 de junio de hace 152 a?os, en 1866. Desde muy peque?a se mostr¨® aplicada con los estudios y en 1881, con tan solo 15 a?os, la peque?a Elo¨ªsa derrib¨® los primeros prejuicios en su vida y sorprendi¨® a todos durante su examen como bachiller: primero por su edad, y despu¨¦s por hacerlo ante un p¨²blico muy numeroso y con importantes y exigentes examinadores. Ellos fueron quienes la aprobaron por unanimidad, recibiendo tambi¨¦n el aplauso de los asistentes por su seguridad y amplios conocimientos.
A partir de ese momento Elo¨ªsa tuvo clara su vocaci¨®n y se inscribi¨® para acceder a la Escuela de Medicina de la Universidad de Chile, gracias a la promulgaci¨®n de una ley precursora del ministro de Educaci¨®n que permit¨ªa el ingreso de mujeres.
Sin embargo, el ambiente en el pa¨ªs en ese momento se encontraba revuelto por una falsa apertura hacia la igualdad. Unos a?os antes que Elo¨ªsa se hab¨ªa inscrito una mujer en el Servicio Electoral, Domitila Silva, argumentando que cumpl¨ªa con la nacionalidad chilena y que sab¨ªa leer y escribir, y si bien en un primer momento la aceptaron, despu¨¦s se prohibi¨® el voto femenino.
Eran tantos los prejuicios sociales, que Elo¨ªsa D¨ªaz deb¨ªa asistir a clases acompa?ada por su madre, aunque gracias a su tenacidad, inteligencia y su brillantez, logr¨® vencer poco a poco todos los obst¨¢culos y supo ganarse el cari?o de sus compa?eros y profesores.
Elo¨ªsa logr¨® graduarse en Medicina, con la especialidad de Cirug¨ªa, el d¨ªa 27 de diciembre de 1886. Su tesis se titulaba Breves observaciones sobre la aparici¨®n de la pubertad en la mujer chilena y las predisposiciones patol¨®gicas del sexo. Su t¨ªtulo profesional lo recibi¨® el 3 de enero de 1887, convirti¨¦ndose en la primera mujer de Chile y de Am¨¦rica del Sur en graduarse y obtener un t¨ªtulo en Medicina. Ernestina P¨¦rez, que comenz¨® los estudios a la vez que Elo¨ªsa, se convirti¨® en la segunda mujer en entrar a la facultad de Medicina y en titularse como m¨¦dico cirujano en la historia de Chile, logr¨¢ndolo una semana despu¨¦s que la doctora D¨ªaz.
Su tesis fue publicada en Los Anales de la Universidad de Chile y en La Revista M¨¦dica de Chile, si bien con anterioridad ya hab¨ªa realizado alguna colaboraci¨®n para el Bolet¨ªn M¨¦dico como?Ruptura ¨²tero-vaginal y curaci¨®n. Los primeros pasos profesionales de Elo¨ªsa, entre 1888 y 1890, fueron como ayudante de la cl¨ªnica ginecol¨®gica del profesor Roberto Moericke, en la Universidad, y tras adquirir experiencia, en enero de 1891 se integr¨® en la plantilla m¨¦dica del hospital San Borja.
En 1888 se realiz¨® el Primer Congreso M¨¦dico Chileno y en ¨¦l se inscribieron 128 profesionales de la capital, Santiago, y 118 de provincia. En la lista de los asistentes estaban todas las grandes figuras chilenas de la Medicina y de la Biolog¨ªa de la ¨¦poca, pero la ¨²nica mujer fue la doctora D¨ªaz Insunza.
A la vez que trabajaba, Elo¨ªsa D¨ªaz tambi¨¦n ejerc¨ªa como profesora y m¨¦dico de la Escuela Normal de Preceptores del Sur, donde permaneci¨® hasta el a?o 1897. All¨ª analiz¨® las condiciones higi¨¦nicas de los colegios del pa¨ªs, convirti¨¦ndose en una experta en la materia. Estos conocimientos le permitieron en 1898 llegar a ser inspectora m¨¦dica escolar de Santiago y, m¨¢s tarde asumir el cargo en la naci¨®n, ejerci¨¦ndolo durante treinta a?os. En este puesto Elo¨ªsa logr¨® que las escuelas tuvieran servicios dentales y organizaran colonias escolares, tutelando la salud de todos los estudiantes chilenos.
Ese mismo a?o, en 1910, el Congreso Cient¨ªfico Internacional, celebrado en Buenos Aires, nombr¨® a Elo¨ªsa D¨ªaz Mujer Ilustre de Am¨¦rica.
Su inter¨¦s por la salud de los menores y las medidas sociales que logr¨® para ellos llev¨® a Elo¨ªsa a que, de su propio bolsillo, aportara dinero como fil¨¢ntropa para instaurar el desayuno escolar obligatorio. Tambi¨¦n fund¨® campamentos escolares e hizo o¨ªr su comprometida voz en campa?as contra el alcoholismo, el raquitismo y la tuberculosis.
En 1911 Elo¨ªsa D¨ªaz fue designada primera directora del Servicio M¨¦dico Escolar de Chile, consiguiendo tambi¨¦n la vacunaci¨®n masiva de escolares, lo que le vali¨® el reconocimiento en Chile y en toda Am¨¦rica. Adem¨¢s de toda su labor profesional, siempre se caracteriz¨® por ser una mujer muy participativa en el ¨¢mbito social, ya que form¨® parte, como directora, de la Asociaci¨®n de Se?oras contra la Tuberculosis, de la Liga Chilena de Higiene Social y de la Liga contra el Alcoholismo. Asimismo, form¨® parte del Consejo de Instrucci¨®n Primaria, de la Sociedad Cient¨ªfica de Chile, del Consejo Nacional de Mujeres, del Consejo de Nutrici¨®n Primaria y colabor¨® con Cruz Roja.
Siempre solitaria, pero a la vez modesta e infatigable, la admiraci¨®n por su labor fue en aumento sin que ella pareciera darse cuenta del impacto que produc¨ªa su labor. Sin apenas vida privada, vivi¨® entregada a su causa de los dem¨¢s.
Elo¨ªsa D¨ªaz se retir¨® de la actividad profesional en 1925 y pag¨® caro su altruismo. Pobre y olvidada, tuvo que vivir 25 a?os m¨¢s con una modest¨ªsima pensi¨®n, hasta que muri¨® en 1950 a los 84 a?os tras una larga enfermedad, en el Hospital San Vicente de Pa¨²l de su ciudad natal, Santiago de Chile.
Alguien que tanto hab¨ªa luchado con su trabajo, y no con palabras, por la igualdad, se perdi¨® los a?os en los que el feminismo social empezaba a hacerse notar. Sin embargo, a?os despu¨¦s de su fallecimiento, fue redescubierta su figura como adalid del feminismo chileno, adelantada sudamericana en las universidades y en la medicina y gran impulsora de la salud escolar. El reconocimiento a su trabajo llev¨® a la Universidad de Chile a crear la Beca de Excelencia doctora Elo¨ªsa D¨ªaz, que libera del pago de aranceles del primer a?o de carrera al alumno que ingrese cada a?o con la mejor puntuaci¨®n en el proceso de selecci¨®n.
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