Tenemos razones para no seguir haciendo lo de siempre
El imperio de la econom¨ªa circular no solo es necesario, sino obligatorio para la supervivencia del planeta. El cambio del actual modelo supondr¨¢ grandes esfuerzos, pero no es imposible
Ya lo dijeron muchos expertos hace tiempo: hay que dise?ar un sistema econ¨®mico acorde con los l¨ªmites del planeta, porque sin ¨¦l no hay y no habr¨¢ econom¨ªa que valga. Econom¨ªa y ecolog¨ªa, o juntas o sin supervivencia para ambas. Esta obviedad, al menos aparentemente, esconde una realidad que por conocida no deja de sorprendernos, hasta el punto de preguntarnos por qu¨¦ no lo hacemos de otros modos si es beneficioso para el medioambiente y para las personas.
Desgraciadamente, a veces, los cambios no llegan con toda la celeridad que desear¨ªamos. Pero, en esta ocasi¨®n, tenemos una buena base para conseguirlo, porque la comunidad cient¨ªfica, la ciudadan¨ªa, las organizaciones internacionales m¨¢s relevantes, muchos gobiernos y miles de empresas ya creen en la necesidad (incluso en la obligatoriedad) de transformar nuestro modelo econ¨®mico-productivo. Voces que apuestan por pasar de lo lineal (extraer-producir-consumir-tirar) a lo circular: extraer (cuanto menos mejor y con criterios ambientales), producir (de una forma limpia y sin p¨¦rdida de energ¨ªa y materiales), consumir (con responsabilidad) y reciclar (todos nuestros residuos para recuperar sus materiales), adem¨¢s de muchas m¨¢s ¡°r¡± que se introducen como astillas en esta nueva l¨®gica (recuperar, reutilizar, reparar, redise?ar¡).
Europa ya ha tomado la iniciativa para promover la transici¨®n del modelo con su Paquete de Acci¨®n de Econom¨ªa Circular y sus nuevos objetivos para la gesti¨®n de los residuos en los pr¨®ximos a?os, mientras que en Espa?a est¨¢ pendiente de rematarse la futura Estrategia de Econom¨ªa Circular, un tema de vital importancia que esperamos que el reci¨¦n formado Ministerio de Transici¨®n Energ¨¦tica aborde convenientemente. En este escenario, las empresas tienen una responsabilidad de primer orden en la transformaci¨®n del modelo y en la protecci¨®n medioambiental.
Desde Ecoembes trabajamos para avanzar en la econom¨ªa circular, implicando a nuestras m¨¢s de 12.000 empresas adheridas. Nuestro objetivo es que cumplan con su responsabilidad ambiental, no solo reciclando los envases que ponen en el mercado, sino tambi¨¦n esforz¨¢ndonos por aumentar la tasa de reciclado de estos residuos de manera eficiente y sostenible a?o tras a?o. Esta labor, basada en un modelo de colaboraci¨®n p¨²blico-privada, permiti¨® que en 2017 se reciclara el 77,1% de los envases dom¨¦sticos, convirti¨¦ndolos en los residuos urbanos m¨¢s reciclados en nuestro pa¨ªs. Pero tambi¨¦n, y apoy¨¢ndonos en la innovaci¨®n, colaboramos con las empresas para que los envases sean cada vez m¨¢s sostenibles y con una menor huella ambiental.
El 80% del impacto ambiental de un producto se determina en la fase de dise?o
Son muchas las iniciativas que las empresas que colocan productos en el mercado pueden adoptar para promover una econom¨ªa circular con mejores criterios de ecoeficiencia, innovaci¨®n y protecci¨®n ambiental. Empezando por la reducci¨®n, la primera de las ¡°r¡± de la econom¨ªa circular. En este sentido, el ecodise?o se plantea como una herramienta clave, pues de c¨®mo se piensen, dise?en y fabriquen los productos, incluyendo los envases, depender¨¢ en gran medida su huella de carbono, pero tambi¨¦n su huella de materiales o su huella de agua.
El 80% del impacto ambiental de un producto se determina en la fase de dise?o. En este sentido, el ecodise?o no solo es una respuesta al agotamiento de los recursos, sino tambi¨¦n una potente herramienta econ¨®mica que reposiciona a los productos por ser m¨¢s sostenibles (y rentables) y a la propia empresa como una organizaci¨®n responsable y comprometida con el medioambiente y con el consumidor.
Gracias a los planes de prevenci¨®n y ecodise?o que Ecoembes desarrolla desde 1999 con muchas de sus empresas adheridas, les ayudamos como organizaci¨®n ambiental a que fabriquen unos envases m¨¢s sostenibles que hoy ya pesan, de media, un 17,9% menos y con los que se han logrado ahorrar casi 500.000 toneladas de materias primas. Igualmente, hace un a?o abrimos en La Rioja TheCircularLab, el primer centro de innovaci¨®n sobre econom¨ªa circular de Europa, donde trabajamos conjuntamente con universidades, cient¨ªficos y emprendedores para avanzar, entre otros proyectos, hacia lo que llamamos el envase del futuro, que muy poco tendr¨¢ que ver con muchos de los actuales y que ser¨¢ pensado desde el origen con criterios circulares y sostenibles, utilizando, por ejemplo, nuevos materiales o garantizando que ser¨¢n reciclables al 100%.
Este conjunto de transformaciones supone una verdadera oportunidad econ¨®mica y ambientalmente hablando. Seg¨²n datos de la Uni¨®n Europea, la mejora en la eficiencia en el aprovechamiento de los recursos a lo largo de las cadenas de valor podr¨ªa reducir los insumos de materiales necesarios actualmente entre un 17% y un 24% para 2030, con un potencial ahorro de 630.000 millones de euros y reduciendo las emisiones de C02 entre un 2% y un 4%.
Seg¨²n la Uni¨®n Europea, la mejora en la eficiencia en el aprovechamiento de los recursos a lo largo de las cadenas de valor podr¨ªa reducir los insumos de materiales necesarios actualmente entre un 17% y un 24% para 2030
Pero para que esto suceda tienen que concurrir otros factores que, de manera complementaria a los procesos de ecodise?o, sean facilitadores del cambio. Y lo cierto es que algunos de ellos est¨¢n en manos de las administraciones p¨²blicas. Me refiero, por ejemplo, al impulso de la compra p¨²blica innovadora y verde.
Estos ejemplos demuestran que alcanzar un horizonte de econom¨ªa circular es m¨¢s que necesario, obligatorio. Sin duda supone grandes esfuerzos, pero no es imposible. Todos tenemos que ser capaces de asumir nuestra responsabilidad: las administraciones p¨²blicas, que tienen que sentar el marco legislativo para posibilitar la transici¨®n a ese modelo; las empresas que han de repensar sus modelos y procesos para adaptarse; y, por supuesto, los ciudadanos, que al fin y al cabo somos todos, adoptando h¨¢bitos y actitudes realmente responsables. De no ser as¨ª, no habr¨¢ futuro para el planeta.
?scar Mart¨ªn es consejero delegado de Ecoembes
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