El botijo que permite que las ni?as nigerianas vayan a la escuela
Una espa?ola ha estudiado el mecanismo de una vasija similar llamada 'pot in pot' que se utiliza en ?frica para conservar las verduras. Incluso refrigera los viales de insulina
El botijo es uno de los s¨ªmbolos espa?oles m¨¢s castizos. Su funcionamiento se basa en un principio tan antiguo como eficaz: suda para enfriar el agua de su interior.
En la d¨¦cada de los noventa, Gabriel Pinto cuantific¨® ¡ªjunto a su compa?ero Jos¨¦ Ignacio Zubizarreta¡ª la capacidad del botijo para disminuir la temperatura del agua que contiene, mediante modelos te¨®ricos y experimentales. Ambos eran profesores del departamento de ingenier¨ªa qu¨ªmica en la Universidad Polit¨¦cnica de Madrid, aunque Zubizarreta ahora est¨¢ jubilado.
¡°No pretend¨ªamos descubrir ni patentar nada¡±, explica Pinto en su laboratorio de la universidad. ¡°Nuestro estudio se public¨® en una revista para la ense?anza de la ingenier¨ªa qu¨ªmica y lo que busc¨¢bamos era ofrecer una herramienta did¨¢ctica. El enfriamiento del agua del botijo ¡ªpor transferencia de calor y masa¡ª es un tema de estudio en la ingenier¨ªa qu¨ªmica¡±.
Pero este sistema no solo se conoce en Espa?a. En Nigeria, el inventor Mohammed Abba aplic¨® el enfriamiento evaporativo ¡ªel mismo principio termodin¨¢mico¡ª para crear el pot-in-pot. Se trata de meter una vasija de barro dentro de otra m¨¢s grande, separando ambas con arena mojada y tap¨¢ndolas con un pa?o. En ¨¢rabe, el invento es llamado zeer.
Como la arena que separa las vasijas est¨¢ mojada, el agua tiende a salir por los poros de la vasija en contacto con el aire seco ¡ªal igual que en el botijo¡ª y mediante su evaporaci¨®n refrigera el interior. Esta innovaci¨®n hizo merecedor a Abba del premio de la marca Rolex.
Gracias a las propiedades para conservar alimentos de este dispositivo, las ni?as de algunos poblados de Nigeria pudieron ir al colegio. Sin el invento, estaban obligadas a recoger espinacas de forma diaria, que se suelen vender para contribuir a la econom¨ªa familiar.
¡°Este tipo de espinaca solo aguantaba fresca una jornada, debido a las altas temperaturas. Dentro del pot-in-pot duraba varios d¨ªas. El ingenio hace incluso posible conservar viales de insulina¡±, explica Pinto.
Tradici¨®n investigadora en vasijas porosas
El verano pasado, la alumna Carla Ortiz, de E.T.S.I. Industriales, reprodujo el experimento de Abba para su trabajo de fin de grado (TFG). La estudiante de ingenier¨ªa buscaba comprobar mediante modelos te¨®ricos y experimentales el funcionamiento del pot-in-pot, como ya hiciese su tutor Gabriel Pinto con el botijo 25 a?os atr¨¢s.
Como depende de la humedad del aire externo, el botijo tampoco funciona igual en todos los lugares del planeta. Si el calor es h¨²medo el botijo no enfr¨ªa
Para Carla Ortiz, su trabajo tambi¨¦n se plante¨® con una finalidad acad¨¦mica. El estudio dur¨® dos meses y en su fase experimental compar¨® el estado de los alimentos dentro y fuera del dispositivo durante dos semanas. En el exterior, la temperatura superaba los 40 grados, ¡ªlos de aquel caluroso julio de 2017¡ª pero en el interior del pot-in-pot hab¨ªa unos 20 grados.
Tras ocho d¨ªas, los vegetales que hab¨ªan sido depositados en el interior se encontraban en buenas condiciones para su consumo. Por el contrario, las espinacas, zanahorias, tomates y berenjenas fuera del dispositivo se hab¨ªan echado a perder.
El complejo mecanismo
Gabriel Pinto forma parte del Grupo de Innovacio?n Educativa de Dida?ctica de la Qu¨ªmica de su facultad. Tambi¨¦n es divulgador y reconoce que cuando recorre diferentes congresos internacionales por Europa ¡°es m¨¢s f¨¢cil llevar en la maleta un botijo que un mont¨®n de reactivos¡±. Para ¨¦l es un ejemplo para mostrar a sus estudiantes la ciencia y sus aplicaciones.
El botijo, una vasija de barro con asas y pitorro, es perfecto para alguien que est¨¢ estudiando termodin¨¢mica en la universidad. Es un ejemplo de evaporaci¨®n con el que se pueden aprender conceptos como la denominada temperatura de bulbo h¨²medo, un par¨¢metro que depende de la temperatura del aire, su humedad relativa y la presi¨®n atmosf¨¦rica. ¡°Su resoluci¨®n no es sencilla: son ecuaciones diferenciales que hay que resolver por m¨¦todos num¨¦ricos¡±, explica Pinto.
¡°En este balance t¨¦rmico, por una parte, el agua se va refrescando porque se evapora, pero tambi¨¦n se est¨¢ calentando ¡ªpor efecto del calor del aire¡ª donde el botijo est¨¢ seco. Por un lado se calienta el agua y por otro se enfr¨ªa¡±.
En realidad, es una m¨¢quina t¨¦rmica que funciona igual que el cuerpo humano. La arcilla porosa suda para refrescar el agua del interior, del mismo modo que nosotros lo hacemos para eliminar toxinas y refrescarnos. ¡°Tambi¨¦n existen barnizados. En este caso, el agua no se enfr¨ªa porque no sale por los poros para evaporarse¡±, indica Pinto.
¡°Pero el agua no se enfr¨ªa eternamente, porque en ese caso llegar¨ªa a congelarse. El l¨ªmite de la capacidad de enfriamiento depende de la temperatura h¨²meda del aire, que se mide con la temperatura de bulbo h¨²medo¡±. Estos par¨¢metros indican la humedad relativa del aire, que en la pen¨ªnsula ib¨¦rica var¨ªa, por ejemplo, del interior a la costa.
El botijo en el mundo
Como depende de la humedad del aire externo, el botijo tampoco funciona igual en todos los lugares del planeta. Si el calor es h¨²medo el botijo no enfr¨ªa. Por este motivo, este instrumento no es muy conocido en otros pa¨ªses: ¡°En un congreso internacional un estadounidense me pregunt¨® una vez por d¨®nde se met¨ªa la pajita¡±.
¡°El clima mediterr¨¢neo es una excepci¨®n en el mundo porque se caracteriza por un verano seco¡±. Para conocer en qu¨¦ lugares podr¨ªa funcionar el mecanismo del botijo, el profesor Andr¨¦s Mart¨ªnez de Azagra, de la Universidad de Valladolid, elabor¨® un mapa para Journal of Maps con los pa¨ªses con condiciones potencialmente adecuadas para su funcionamiento.
¡°Por eso este tipo de mecanismos de refrigeraci¨®n son conocidos en pa¨ªses como T¨²nez o Marruecos. Adem¨¢s, alguien que vive en Londres o en Par¨ªs tampoco necesita un botijo porque los veranos no son tan c¨¢lidos. La esencia del botijo es que alguien que estaba segando a 40 grados, en pleno verano, pod¨ªa conservar agua a unos 20 grados¡±.
Este antiguo mecanismo tiene tambi¨¦n aplicaciones en arquitectura y en la agricultura de regad¨ªo. ?Qu¨¦ hay m¨¢s eficaz que un botijo?
Este texto fue publicado orginalmente por la agencia SINC.
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