Lola Manterola y Diego Meg¨ªa, guerrilleros contra el c¨¢ncer
Crearon la Fundaci¨®n CRIS despu¨¦s de que ella superara un tumor gracias a la investigaci¨®n b¨¢sica. Ahora, tienen 25.000 socios que financian ensayos cient¨ªficos con el objetivo de vencer al c¨¢ncer
La larga y dolorosa enfermedad irrumpi¨® en sus vidas como siempre lo hace: arrasando y sin avisar. Lola, casada con su compa?ero de colegio y de carrera Diego, con dos hijos de 3 y 5 a?os y un buen trabajo, empez¨® a sentirse cansada, mucho m¨¢s de lo que el estr¨¦s de madre trabajadora parec¨ªa justificar. En la revisi¨®n m¨¦dica lleg¨® la explicaci¨®n¡ y el golpe: mieloma m¨²ltiple, un c¨¢ncer de sangre muy raro y dif¨ªcil de detectar, que adem¨¢s estaba en un estado muy avanzado. ¡°Yo no ten¨ªa antecedentes familiares, buscaba explicaciones, intentaba saber por qu¨¦ me hab¨ªa ocurrido a m¨ª, por qu¨¦ este c¨¢ncer hab¨ªa destrozado nuestra vida¡±, recuerda Lola Manterola (Madrid, 1971). 10 a?os despu¨¦s de aquel mazazo, repitiendo la reacci¨®n que cientos de miles de personas han vivido antes que ella.
A partir de aqu¨ª, la historia ya no es la habitual. El marido de Lola, Diego Meg¨ªa (Madrid, 1969), decidi¨® emplear su tiempo y su dinero en salvar la vida de su mujer. Viaj¨® en busca de un milagro que desmintiera el pron¨®stico funesto de esta enfermedad incurable. En ese trayecto por algunos de los mejores centros oncol¨®gicos del mundo fue cuando supo que varios de los mayores expertos estaban en Espa?a. Conocieron al doctor Joaqu¨ªn Mart¨ªnez, jefe del servicio de hematolog¨ªa del hospital Doce de Octubre, en Madrid, que preparaba un ensayo cl¨ªnico en el que Manterola pudo participar y por el que ella dice que sigue ¡°aqu¨ª¡±. Ese ensayo cl¨ªnico no solo le dio otra oportunidad a Manterola; les hizo darse cuenta, a ella y a su marido, ¡°de lo importante que es estar en un pa¨ªs donde existan este tipo de ensayos y haya dinero para la investigaci¨®n contra el c¨¢ncer. Porque si no financiamos la investigaci¨®n b¨¢sica, nunca conseguiremos curar la enfermedad¡±, explica Manterola.
Cuando recuper¨® fuerzas, dos a?os despu¨¦s del diagn¨®stico, ella y su marido, curtido en el mundo financiero, reflexionaron sobre su suerte. Y pensaron en c¨®mo pod¨ªan contribuir a cambiar las cosas. ¡°Quer¨ªamos donar un poco de dinero para que se pudiera montar una unidad como la que trat¨® a Lola en un hospital p¨²blico; con camas, m¨¦dicos, enfermeras y acceso a ensayos¡±, cuenta Meg¨ªa. ¡°Lo ¨²nico que quer¨ªamos era ayudar a que los pacientes tuvieran alternativas. Y como no conseguimos que lo hiciera nadie, lo tuvimos que hacer nosotros¡±, dice riendo. No era el plan dise?ado, explica, pero, una vez que lo pusieron en marcha, lo hicieron como debe hacerse: realizaron un estudio de mercado, contrataron a Marta Cardona (presidenta entonces de la Asociaci¨®n Espa?ola de Fundraising), establecieron un comit¨¦ cient¨ªfico dirigido por Joaqu¨ªn Mart¨ªnez y con prestigiosos investigadores como Manuel Hidalgo (ahora en la Escuela de Medicina de Harvard), y crearon la fundaci¨®n CRIS, siglas de Cancer Research Innovation Spain y tambi¨¦n un nombre propio que representa a todos los enfermos y enfermas de esta terror¨ªfica enfermedad, que supone la segunda causa de muerte en Espa?a tras las dolencias cardiovasculares.
Y sin embargo, en Espa?a cada vez se destinan menos recursos p¨²blicos a la investigaci¨®n. En la ¨²ltima d¨¦cada, la inversi¨®n en I+D en este pa¨ªs ha ca¨ªdo un 9%, mientras en la UE ha aumentado un 27%. ¡°Somos unos convencidos de que los investigadores son los que te salvan la vida¡±, reflexiona, rotundo, Meg¨ªa. ¡°Invertir en investigaci¨®n es invertir en vida¡±, a?ade Manterola, citando uno de los lemas de su fundaci¨®n. El otro es tan simple como osado: CRIS quiere vencer al c¨¢ncer.
Gracias a su fundaci¨®n, se han realizado 100 ensayos cl¨ªnicos, donado 8 millones de euros y becado a 17 investigadores
¡°Si invertimos m¨¢s, la investigaci¨®n avanzar¨¢ m¨¢s r¨¢pido¡±, dice Manterola, que vive con su marido a caballo entre Londres y Madrid. Ella se dedica a la fundaci¨®n. ¡°En el mieloma, por ejemplo, se ha duplicado la supervivencia en 15 a?os¡±.
En CRIS ha hecho posible que se lleven a cabo m¨¢s de 100 ensayos cl¨ªnicos gracias a la financiaci¨®n de tres unidades de investigaci¨®n, formadas por equipos multidisciplinares de expertos. Tambi¨¦n han financiado cuatro proyectos de c¨¢ncer en adultos y cinco de c¨¢ncer infantil. Tiene 25.000 socios, desde grandes empresas hasta particulares, que ¡°contribuyen lo que pueden¡±, dice Manterola, en forma de cuotas o con donaciones puntuales. Han financiado 17 becas para enviar investigadores a formarse al extranjero. En este tiempo han donado ocho millones de euros a centros de investigaci¨®n y hospitales, y comprometido otros nueve para los pr¨®ximos tres a?os. CRIS tiene un protocolo por el que la Agencia Estatal de Investigaci¨®n, que pertenece al Ministerio de Econom¨ªa, identifica los equipos en los que invertir y adem¨¢s eval¨²a todos los proyectos. Ocho a?os despu¨¦s, CRIS es mucho m¨¢s que una decisi¨®n tomada en caliente por dos de esas miles de personas a quienes el c¨¢ncer les destroza la vida.
¡°Para m¨ª, CRIS ya es todo¡±, dice, emocionada, Manterola. ¡°Toda la vida la vemos desde el punto de vista de la fundaci¨®n, y es tan enriquecedor¡ A m¨ª me da mucho m¨¢s de lo que yo he podido dar. Conocer a los enfermos a los que les ha cambiado la vida; a los cient¨ªficos, que son important¨ªsimos en este pa¨ªs y no est¨¢n reconocidos; a las familias que recaudan fondos¡ Todo eso llena mucho¡±. Tambi¨¦n reconoce, sin embargo, que para ella, personalmente, CRIS significa ¡°estar recordando continuamente la enfermedad, viendo gente que recae, y eso significa no olvidar¡±. Manterola no est¨¢ curada; esa es una palabra prohibida en el c¨¢ncer. Pero la enfermedad ha remitido y ella se encuentra fuerte para seguir luchando.
¡°Vencer al c¨¢ncer es cuesti¨®n de dinero y conocimiento. Si invertimos m¨¢s, la investigaci¨®n avanzar¨¢ m¨¢s r¨¢pido¡±, dice Manterola
¡°Hay una parte quiz¨¢ m¨¢s ego¨ªsta que son mis hijos¡±, reflexiona, por su parte, Meg¨ªa. ¡°Eran muy peque?os cuando esto pas¨®, pero mi hija, que tiene ahora 13 a?os, me dec¨ªa el otro d¨ªa que cuando sea mayor quiere trabajar en CRIS y que est¨¢ muy orgullosa de nosotros. Solo eso compensa todo el esfuerzo¡±.
En su largo camino para vencer al c¨¢ncer, CRIS acaba de inaugurar unidad en inmunooncolog¨ªa y prepara el lanzamiento de un grupo de investigaci¨®n, tambi¨¦n de inmunoterapia, en Reino Unido. En septiembre se inaugurar¨¢ una unidad de terapias avanzadas para c¨¢ncer infantil en el hospital La Paz de Madrid. Todo con la idea de seguir trabajando ¡°en poner en valor qui¨¦nes son los h¨¦roes: aquellos que sacan la investigaci¨®n adelante en condiciones muchas veces precarias¡±, resume Meg¨ªa. ¡°Lo sentimos como un tema muy cercano, por el que tenemos much¨ªsima urgencia¡±, dice, compartiendo la misma reflexi¨®n que hacen otros miles de pacientes. ¡°Espa?a tiene un talento espectacular a un precio irrisorio. Si alg¨²n pol¨ªtico cogiera esa bandera, estar¨ªa en el lado correcto de la historia¡±, concluye.
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