La larga sombra de Deyda Hydara
El hijo del periodista gambiano asesinado en 2004 bajo el mandato de Yahya Jammeh trata de llevarle ante la Justicia
Baba Hydara sonr¨ªe. ¡°Era un hombre sin miedo, perfeccionista, con un sentido de la ¨¦tica que hoy ya no existe¡±, asegura sin ambages. Sentado en una mesa de un conocido albergue de Nuakchot, en Mauritania, habla de su padre. Era el periodista gambiano Deyda Hydara, fundador y redactor jefe del peri¨®dico The Point, quien hace 14 a?os fue asesinado?cuando conduc¨ªa a casa tras el trabajo por hombres armados, todo apunta que siguiendo ¨®rdenes directas del presidente Yahya Jammeh. Desde entonces, su familia trata de que se haga justicia y los responsables sean llevados ante un tribunal. Su hijo ha ido a Nuakchot justo para eso.
Esos d¨ªas se celebra la cumbre de la Uni¨®n Africana en la capital mauritana, un acontecimiento que congrega a jefes de Estado de todo el continente. Baba Hydara y el conocido abogado Reed Brody, apodado el cazador de dictadores quien en 2016 logr¨® llevar ante un tribunal al s¨¢trapa chadiano Hiss¨¨ne Habr¨¦, condenado a cadena perpetua, han ido hasta la ciudad para reunirse con los ministros de Gambia y Ghana en un intento de procesar a Jammeh por los numerosos cr¨ªmenes cometidos durante su r¨¦gimen, entre ellos la masacre de medio centenar de j¨®venes ghaneses en 2005 y el asesinato del propio Deyda Hydara.
¡°Fue la noche del 16 de diciembre. Mi padre conduc¨ªa a casa tras el trabajo con dos compa?eras y desde un coche que les adelantaba varios hombres empezaron a disparar. Muri¨® en el acto, mientras que una de las chicas sufri¨® una herida de bala y la otra nada. Iban claramente a por ¨¦l¡±, asegura su hijo. Tras trabajar en Radio Syd y en el tabloide Senegambia and Sons, Deyda Hydara hab¨ªa fundado en 1991 The Point junto a sus amigos Pap Saine y Babucarr Gaye. ¡°Yo era un ni?o, pero recuerdo aquella redacci¨®n, apenas dos habitaciones por las que pasaba todo el mundo, parec¨ªa un mercado. Mi padre era muy conocido y muy querido en Banjul¡±, recuerda Baba.
Deyda Hydara ten¨ªa dos columnas de opini¨®n, Good morning Mr President y The bite, en las que criticaba con dureza al r¨¦gimen de Jammeh. ¡°Todo el mundo esperaba con ansiedad sus art¨ªculos, era una persona independiente para quien su libertad de expresi¨®n era lo primero. No se casaba con nadie¡±, explica su hijo. El veterano periodista compaginaba su pasi¨®n con la corresponsal¨ªa de France Press en Gambia y con el activismo en Reporteros Sin Fronteras. ¡°Lo segu¨ªa la Polic¨ªa pero ¨¦l llegaba a casa y se re¨ªa de eso¡±, a?ade.
"Mi padre era independiente, no se casaba con nadie", asegura Baba Hydara
Baba Hydara estaba en ?msterdam cuando su padre fue asesinado. ¡°No regres¨¦ entonces porque hubiera acabado en prisi¨®n o muerto. Sent¨ªa tanta rabia... Luego me qued¨¦ en Francia, trabajando y apoyando a Reporteros sin Fronteras¡±, comenta. En mayo de 2017, tras la ca¨ªda del dictador Jammeh en enero, finalmente regres¨® para coger el testigo de la lucha de su familia por llevar a los culpables ante un tribunal. Y entre ellos, el primero de todos, al propio tirano que orden¨® el asesinato seg¨²n todos los indicios.
En 2014, el Tribunal de Justicia de la Comunidad Econ¨®mica de Estados de ?frica Occidental (Cedeao) conden¨® a Gambia por estos hechos a pagar a la familia 60.000 d¨®lares (52.000 euros), de los que la mitad ya han sido ingresados. Sin embargo, no es una cuesti¨®n de dinero. ¡°Mucha gente ha dicho que fue Jammeh quien dio la instrucci¨®n de asesinar a mi padre. Hay dos jungulers (paramilitares al servicio del r¨¦gimen) contra los que se ha emitido una orden de arresto, Sanna Manjang y Bombardier, pero no se sabe d¨®nde est¨¢n, as¨ª como una tercera persona que pudo haber participado. Pero no ha habido investigaci¨®n¡±, concluye, ¡°y hasta que eso no ocurra no me voy a parar¡±.
Gambia fue condenada a pagar a la familia, pero para ellos no es cuesti¨®n de dinero sino de justicia
Yahya Jammeh vive un tranquilo exilio en Guinea Ecuatorial despu¨¦s de que un acuerdo extraoficial avalado por sus amigos los presidentes de Guinea y Mauritania, Alpha Cond¨¦ y Mohamed Ould Abdel Aziz, le permitiera escapar del pa¨ªs llev¨¢ndose gran cantidad de dinero y coches de lujo. Sin embargo, v¨ªctimas y familiares de desaparecidos y represaliados est¨¢n sumando todas las pruebas posibles de los abusos y violaciones de su r¨¦gimen para abrir un proceso judicial en su contra con el apoyo de Reed Brody y Human Rights Watch, as¨ª como de otras organizaciones de defensa de los Derechos Humanos. El mensaje es que no puede haber descanso ni retiro dorado para ning¨²n dictador.
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