Las 42 asesinadas que sacaron a todo un pa¨ªs a la calle
Las mujeres ugandesas se han cansado de la impunidad de los cr¨ªmenes machistas y han encabezado una manifestaci¨®n sin precedentes para exigir al Gobierno que se implique
Una lista de 42 mujeres con nombre y apellidos son el reflejo del horror en Uganda, pero tambi¨¦n la muestra de la dignidad. Son los casos de 42 mujeres desaparecidas, secuestradas y asesinadas desde mayo de 2017, en episodios de una violencia sin control que solo es comprensible cuando se ha perdido el respeto a la vida femenina y a la dignidad humana, en general. Todos ellos son casos recientes. Todos ellos casos sin resolver que amenazan con imponer la peligrosa sensaci¨®n de que la violencia contra las mujeres queda impune. La acumulaci¨®n ha llevado a las mujeres ugandesas a responder de manera inequ¨ªvoca.
Estrangulamientos, amputaciones o salvajes agresiones sexuales, completan el relato de estos casos reales, documentados e identificados. Toda esta violencia machista ha lanzado a las mujeres a las calles. Organizaciones de la sociedad civil y activistas a t¨ªtulo individual se sumaron a una manifestaci¨®n que llen¨® las calles de Kampala este s¨¢bado. Patricia Twasiima Bigirwa es una de las impulsoras: ¡°Somos un colectivo de ciudadanas y ciudadanos cansados de ver que los temas relacionados con las mujeres tiene una escasa o nula prioridad en la vida p¨²blica de este pa¨ªs. Queremos exigir colectivamente la rendici¨®n de cuentas al gobierno y demostrar que los ugandeses y las ugandesas no est¨¢n dispuestas a quedarse paradas mientras nuestros l¨ªderes no reaccionan¡±.
La marcha que se desarroll¨® en las calles de Kampala tuvo un valioso reflejo digital, tanto en Twitter como en Facebook y en Instagram. A trav¨¦s de los hashtags #WomensLivesMatterUg y, sobre todo, #WomensMarchUg, las impulsoras, activistas y participantes, en general, han ido compartiendo, en los ¨²ltimos d¨ªas todo el proceso de la marcha de protesta, desde las dificultades con la convocatoria hasta la toma de las calles, pasando por la justificaci¨®n de la manifestaci¨®n, la llamada a la movilizaci¨®n o los apoyos diversos.
Uno de los temores de las organizadoras era que las que las autoridades se colocasen enfrente y no autorizasen la protesta. Todo lo contrario: han acabado incorporando a las fuerzas de seguridad a la reivindicaci¨®n. En el reflejo digital de la protesta se compartieron muchas im¨¢genes del apoyo de cargos policiales a la marcha e incluso se utiliz¨® el hashtag #WomansMarchUg desde algunas de las cuentas oficiales de las fuerzas de seguridad.
Los 42 casos denunciados est¨¢n sin resolver. Sin un solo detenido y la sensaci¨®n constante de falta de justicia, las impulsoras de la marcha ped¨ªan una reacci¨®n a las autoridades y, concretamente, protecci¨®n a la polic¨ªa. La activista Patricia Twasiima Bigirwa, una de las impulsoras de la protesta apunta que, aunque se desconocen las causas de todos estos secuestros y asesinatos, ¡°no es una coincidencia y no estamos dispuestas a que este problema sea menospreciado y reducido a argumentos como que se trata de 'disputas con sus novios' u otras justificaciones que siempre se han usado para culpabilizar a las v¨ªctimas¡±.
Chapter Four's team joins other citizens for the #WomensMarchUG earlier today in Kampala. A clear demonstration that protests, even when demanding @PoliceUg action & reforms to end crimes, can be peaceful if rights are respected. #WomenLivesMatterUg pic.twitter.com/RxhGPgEkNN
— Chapter Four Uganda (@chapterfourug) June 30, 2018
Las redes han servido para poner de manifiesto el amplio abanico de personalidades que apoya la causa. Desde Stella Nyazi, que se ha destacado por resultar inc¨®moda para el r¨¦gimen del presidente Yoweri Museveni y que ha sido retenida y detenida en diversas ocasiones, hasta el rapero y heterodoxo parlamentario Robert Kyagulanyi Ssentamu, m¨¢s popular por su nombre art¨ªstico Bobi Wine y conocido como el presidente del gueto por su apego a su modesto origen.
Tambi¨¦n han llegado los apoyos internacionales, como los de las mujeres sursudanesas o et¨ªopes o los de l¨ªderes de la sociedad civil keniana como Boniface Mwangi. De la misma manera, las embajadoras de los Estados Unidos y de Francia en Kampala se ha implicado personalmente en la marcha y algunos colectivos feministas espa?oles y latinoamericanos han aprovechado la campa?a digital para mostrar su solidaridad. ¡°No podemos saber cu¨¢l es el v¨ªnculo de nuestra realidad con otras situaciones similares en otros lugares del mundo, pero est¨¢ claro que las mujeres siguen siendo los principales objetivos de la violencia. Es un problema sist¨¦mico y debe abordarse como tal. Tambi¨¦n est¨¢ claro que no vamos a aceptar ser tratadas como ciudadanas de segunda clase y que nuestra seguridad debe ser garantizada por los gobiernos porque su responsabilidad es protegernos. Todas nosotras somos solidarias¡±, sentencia Patricia Twasiima Bigirwa.
El acto del pasado s¨¢bado fue un hito en Uganda, por diferentes motivos, desde la toma de la calle por parte de las mujeres, hasta el desarrollo que ha obligado a que las autoridades aceptasen y apoyasen la marcha. Tambi¨¦n porque han podido emerger y tener un espacio de visibilidad colectivos especialmente vulnerables como las trabajadoras sexuales o los colectivos LGTBI, perseguidos y sometidos a una fuerte presi¨®n en el pa¨ªs. Tanto los medios de comunicaci¨®n, que han prestado una considerable atenci¨®n a la marcha, como las propias activistas y participantes lo han definido como un acto excepcional que supone el primer paso de un largo camino.?
La activista feminista Patricia Twasiima Bigirwa, parte del n¨²cleo organizador de la reivindicaci¨®n reforzaba esta proyecci¨®n: ¡°Esta marcha ha sido una muestra de lo que est¨¢ por venir: ciudadanos y ciudadanas que recuperan su pa¨ªs, exigen mejoras, esperan rendici¨®n de cuentas de sus l¨ªderes y, con un poco de suerte, el inicio de un debate y una conversaci¨®n sobre c¨®mo hacer que este pa¨ªs sea m¨¢s seguro para toda la ciudadan¨ªa¡±.
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