El imperativo econ¨®mico de proteger la salud de las mujeres
El acceso a servicios de salud sexual y reproductiva completos se mantiene desigual en la regi¨®n de Asia-Pac¨ªfico, a pesar de los avances de algunos pa¨ªses hacia la cobertura universal
Mai ten¨ªa 17 a?os cuando su novio y ella comenzaron a mantener relaciones sexuales. Puesto que en su pa¨ªs (en la regi¨®n Asia-Pac¨ªfico) los adolescentes no casados no pueden acceder a m¨¦todos anticonceptivos sin consentimiento de los padres, decidieron prescindir de ellos. No pas¨® mucho tiempo antes de que Mai se quedara embarazada.
Como madre, Mai tiene acceso a atenci¨®n antenatal, de obstetricia y posnatal en el sistema de salud p¨²blico de su pa¨ªs. Pero este no ofrece cobertura alguna para anticonceptivos y, sin un empleo a tiempo completo, la joven no se puede permitir pagarlos. A pesar de querer evitar o demorar un posible segundo embarazo, puede que se vea obligada a seguir manteniendo relaciones sexuales sin protecci¨®n.
Historias como la de Mai son demasiado comunes en la regi¨®n de Asia-Pac¨ªfico, donde el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva completos sigue siendo desigual. A pesar de los importantes pasos en algunos pa¨ªses hacia el logro de una cobertura de salud universal ¡ªuna prioridad de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas¡ª, se est¨¢ pasando por alto un componente clave de la salud femenina. Las iniciativas para proporcionar atenci¨®n m¨¦dica a todos los que lo necesiten seguir¨¢n siendo insuficientes hasta que se ofrezcan servicios de salud sexual y reproductiva, incluida la planificaci¨®n familiar, de manera m¨¢s amplia y con cobertura completa de los planes de financiaci¨®n sanitaria.
En la actualidad, muchos Gobiernos de la regi¨®n Asia-Pac¨ªfico consideran que los servicios de salud sexual y reproductiva est¨¢n fuera del alcance de sus prioridades de financiaci¨®n sanitaria. Lamentablemente, esto tiene el efecto de mantener y reforzar las mismas barreras al desarrollo sostenible que se supon¨ªa que iba a eliminar la cobertura de salud universal, en particular, la mejora de los resultados sanitarios de los pobres y los vulnerables, y evitar que haya gente que caiga en la pobreza para pagar los servicios sanitarios que necesita.
Muchos gobiernos de la regi¨®n Asia-Pac¨ªfico consideran que los servicios de salud sexual y reproductiva est¨¢n fuera del alcance de sus prioridades de financiaci¨®n sanitaria
Cuando los sistemas de salud p¨²blica no cubren servicios esenciales ¡ªpor ejemplo, pruebas de detecci¨®n de c¨¢ncer de cuello uterino¡ª la gente se ve obligada a renunciar a ellos o a pagarlos de su bolsillo. Los gastos privados ya representan una proporci¨®n sustancial de los pagos sanitarios en la regi¨®n de Asia Pac¨ªfico, llegando hasta a un 60% en algunos pa¨ªses. En algunas partes de la regi¨®n incluso ha crecido. En consecuencia, la deuda por concepto sanitario sigue atrapando a las personas y las comunidades en la pobreza.
Seg¨²n un reciente estudio del Fondo de Poblaci¨®n de la ONU para seis pa¨ªses de Asia-Pac¨ªfico, las brechas en la cobertura de servicios sexuales y reproductivos podr¨ªan afectar a objetivos de desarrollo m¨¢s amplios, incluso en pa¨ªses con pol¨ªticas de atenci¨®n m¨¦dica m¨¢s avanzadas. Por ejemplo, en casi cada pa¨ªs estudiado, los adolescentes no reciben cobertura para m¨¦todos anticonceptivos cuya incidencia en la reducci¨®n de los ¨ªndices de embarazo adolescente est¨¢ comprobada. Como resultado, y a pesar de los avances econ¨®micos, las tasas de fertilidad adolescente siguen relativamente altas en muchos Estados y, en algunos casos, est¨¢n en aumento.
A medida que Asia-Pac¨ªfico se desarrolla econ¨®micamente, habr¨¢ nuevas oportunidades de crear planes de financiaci¨®n m¨¢s sostenibles para una cobertura de salud universal, lo cual incluye m¨¢s fondos de origen nacional. Si bien asegurar una total cobertura sanitaria sexual y reproductiva depender¨¢ de cambios m¨¢s profundos que afecten la din¨¢mica de g¨¦nero y normas religiosas y culturales, los Gobiernos pueden comenzar a impulsar avances si ampl¨ªan el acceso a los servicios sanitarios y elevan la protecci¨®n financiera.
Las iniciativas de promoci¨®n de una cobertura universal se deben complementar y reforzar con campa?as para asegurar el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva. Para reducir la enfermedad y el fallecimiento de las madres, las mujeres y ni?as necesitan un acceso f¨¢cil y constante a anticonceptivos, servicios de salud materna, y pruebas de detecci¨®n y tratamiento de c¨¢ncer y de infecciones de transmisi¨®n sexual. Los grupos vulnerables como los adolescentes, los trabajadores migrantes y poblaciones ind¨ªgenas son los que m¨¢s necesitan que este tipo de cuidados sean asequibles. Para mejorar la cobertura de manera suficiente habr¨¢ que eliminar los complejos requisitos de elegibilidad para los planes de financiaci¨®n sanitaria.
Mejorar la salud de la mitad de la poblaci¨®n mundial y crear sociedades realmente inclusivas requiere reflexionar sobre el modo en que las mujeres y ni?as tienen acceso a la atenci¨®n m¨¦dica. En los pa¨ªses m¨¢s pobres, donde pobreza y embarazo est¨¢n entrelazados, los servicios de atenci¨®n de salud sexual y reproductiva tienen especial importancia. Cuando la comunidad internacional adopt¨® los ODS en 2015, m¨¢s de 150 l¨ªderes mundiales se comprometieron a lograr la cobertura de salud universal para 2030. Era una meta ambiciosa, pero alcanzable. Sin embargo, a medida que se acerca el plazo, la comunidad sanitaria global se arriesga a dejar a la zaga a poblaciones completas.
Mai ama a su hija, pero ha sacrificado mucho para darle lo que necesita. No pudo completar la educaci¨®n secundaria, por lo que est¨¢ estancada en empleos de ingresos bajos e impredecibles. Si hubiera tenido la opci¨®n de la anticoncepci¨®n, probablemente su vida hubiera sido muy diferente.
Existen millones de mujeres y ni?as en toda la regi¨®n de Asia-Pac¨ªfico que se podr¨ªan beneficiar de estos servicios. Para que la cobertura sanitaria sea realmente universal, debemos hacer que la salud sexual y reproductiva sea una prioridad.
Traducido del ingl¨¦s por David Mel¨¦ndez Tormen.
Anderson E. Stanciole es asesor de Econom¨ªa Sanitaria y Federica Maurizio es analista de SRHR y Econom¨ªa Sanitaria en la Oficina Regional de Asia-Pac¨ªfico en Bangkok del Fondo de Poblaci¨®n de las Naciones Unidas (UNFPA).
Copyright: Project Syndicate, 2018.
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