¡°Los ni?os no son un cubo de basura, hay que darles cosas m¨¢s saludables¡±
Paloma Gil, doctora especialista en Endocrinolog¨ªa y Nutrici¨®n, explica en 'Los ni?os s¨ª comen verduras' c¨®mo alimentar y ofrecer un estilo de vida saludable a nuestros hijos
Las cifras actuales de obesidad y enfermedades prevenibles en la edad infantil apuntan a que algo no estamos haciendo bien. Seg¨²n la OMS, 41 millones de ni?os menores de cinco a?os en el mundo padecen obesidad y se estima que en 2025 esa cifra llegar¨¢ a los 70 millones. Condici¨®n que, adem¨¢s, se mantiene durante la adolescencia y la edad adulta. Sorprenden los datos en una sociedad en la que cada vez hay un mayor acceso a la informaci¨®n sobre h¨¢bitos saludables, quiz¨¢s precisamente porque cuesta encontrar la m¨¢s adecuada entre tanto ruido.
A trav¨¦s de Los ni?os s¨ª comen verduras, Paloma Gil, doctora en Medicina y especialista en Endocrinolog¨ªa y Nutrici¨®n, explica a los padres de manera amena y sencilla qu¨¦ deben comer los ni?os porque, seg¨²n dice, ¡°los ni?os no est¨¢n comiendo alimentos fundamentales para su crecimiento y salud porque los hemos sustituido por productos que no necesitan¡±. Un grano de arena m¨¢s que se suma a la lucha por poner fin a la que muchos consideran la pandemia del siglo XXI.
PREGUNTA. En Espa?a 1 de cada 4 ni?os tiene sobrepeso u obesidad. ?Qu¨¦ estamos haciendo mal con la alimentaci¨®n infantil?
RESPUESTA. Efectivamente, las cifras de sobrepeso u obesidad nunca hab¨ªan sido tan altas en Espa?a y lo ¨²nico que ha cambiado en los ¨²ltimos a?os es la alimentaci¨®n que le damos a nuestros hijos, adem¨¢s de que ahora llevan una vida mucho m¨¢s sedentaria.
En los ¨²ltimos 50 a?os han ido proliferando una serie de alimentos muy procesados, hechos para que les gusten a los ni?os, pero no para que les alimenten. Y esos productos, que deber¨ªan ser de consumo totalmente ocasional, son productos con mucha az¨²car, con mucha grasa o con mucha sal, en los que sobran muchas calor¨ªas y faltan nutrientes.
P. Ocasional que se traduce en ¡°de vez en cuando no pasa nada¡±, pero no s¨¦ si esos ¡°de vez en cuando¡± son m¨¢s de los que pensamos.
R. Hay que distinguir entre un alimento y un producto comestible. Estos ¨²ltimos no deber¨ªan formar parte de la dieta habitual de los ni?os y deber¨ªan considerarse como un capricho.
Los ni?os no est¨¢n comiendo alimentos que les convienen porque los hemos sustituido por productos que no necesitan. Simplemente sustituyendo los productos comestibles por alimentos saludables, es decir, por comida real, tendr¨ªamos gran parte del problema de la alimentaci¨®n infantil resuelto.
Y cuando hablo de comer productos comestibles de forma ¨²nicamente ocasional me refiero a aquellos momentos en los que verdaderamente los padres no lo pueden evitar. De nosotros depende lo que comemos en casa o cuando salimos a comer a un restaurante. Es cierto que vivimos en un entorno obesog¨¦nico y que hay muchos momentos en los que los ni?os comen mal: cumplea?os infantiles, celebraciones o eventos en los que es imposible controlar lo que se ofrece.
P. En casa es m¨¢s sencillo, pero el entorno no lo pone nada f¨¢cil. ?C¨®mo huir de los alimentos insanos sin ¡°prohibir¡±?
R. Yo insisto mucho siempre en que lo importante es educar y no prohibir. Vivimos en una sociedad que, por un lado, discrimina a las personas con exceso de peso y que, por otro, hace todo lo posible para que las personas consuman productos muy cal¨®ricos y poco nutritivos. Por eso creo que es importante que los padres tengan la informaci¨®n adecuada para saber qu¨¦ es lo que necesita y lo que no es adecuado para un ni?o. Con la informaci¨®n adecuada es m¨¢s f¨¢cil elegir bien.
?C¨®mo es posible que alimentemos tan mal a nuestros hijos? ?Qui¨¦n dar¨ªa de comer en una boda o en un evento especial alimentos de tan mala calidad como los que se ponen en muchos cumplea?os infantiles? Los ni?os no son un cubo de basura y hay que darles cosas m¨¢s saludables. En una celebraci¨®n infantil en lugar de poner refrescos o zumos industriales podemos hacer nosotros una limonada, ofrecer agua; en vez de optar por aperitivos industriales cargados de sal se pueden poner alternativas como peque?os bocadillos, queso, palitos de verdura¡ Hay alternativas mucho m¨¢s sanas y mucho m¨¢s ricas.
En una sociedad con tanta comida, un ni?o con la nevera llena de alimentos saludables no va a tener desnutrici¨®n
P. ?Somos conscientes los adultos de lo trascendente que una buena alimentaci¨®n?
R. No, no lo somos. El mundo ha cambiado mucho. Hasta hace relativamente muy poco la preocupaci¨®n para el ser humano no era qu¨¦ com¨ªa si no ver si com¨ªa. Durante los ¨²ltimos 50 o 60 a?os han aparecido un mont¨®n de productos nuevos que han sido considerados como productos interesantes, novedosos, y que ahora nos estamos dando cuenta de los efectos del exceso de esos productos. Todo esto ha pasado muy r¨¢pido y desde hace unos a?os estamos insistiendo todos los profesionales sanitarios en la importancia que tiene una buena alimentaci¨®n. Lo que ocurre es que la competencia que tenemos con la publicidad de la industria alimenticia es muy desigual y vamos con desventaja. Por eso siempre decimos que es importante que las autoridades sanitarias y los gobiernos se conciencien y empiecen a tomar medidas serias para luchar contra la sociedad obesog¨¦nica. Tambi¨¦n es cierto que el consumidor es el que m¨¢s poder tiene para cambiar las cosas: si deja de comprar un producto dejar¨¢ de fabricarse o mejorar¨¢ su composici¨®n. Mientras las leyes no cambien, debemos ejercer ese poder que tenemos.
P. Sobre esto, hablando espec¨ªficamente de los llamados alimentos ¡°infantiles¡±, dec¨ªa Carlos Casabona que ¡°cuando un producto tenga muchas alegaciones de salud y lo vendan como un alimento hipersano y repleto de minerales y vitaminas¡±, es mejor que nos dirijamos al pasillo de las frutas, verduras y otros productos frescos sin procesar o m¨ªnimamente procesados. Querer ofrecer lo que parece ¡°mejor¡±, ?choca con lo que verdaderamente es ¡°lo mejor¡±?
R. Desde luego que es as¨ª. La cuesti¨®n es que no podemos pretender que toda la poblaci¨®n haga un curso avanzado de nutrici¨®n infantil. El mensaje es muy claro: no hay ning¨²n alimento formulado espec¨ªficamente para ni?os que sea verdaderamente recomendable para ellos. Los productos mejores para ni?os existen ya en la naturaleza desde hace miles de a?os. Uno fabricado espec¨ªficamente para ellos seguramente estar¨¢ hecho para que les guste pero no para que les alimente. Cuando tienen alg¨²n nutriente interesante, detr¨¢s llevar¨¢n otros tantos que no lo son. Los alimentos m¨¢s sanos, como son las frutas o las verduras, no llevan ninguna etiqueta de alimento saludable y sin embargo lo son.
P. ?Y qu¨¦ hay de esos ni?os que ¡°no comen nada¡±? Muchos padres prefieren darles algo que ¡°se coman mejor¡± con tal de que coman algo, pese a que ese ¡°algo¡± sea insano¡
R. La mayor preocupaci¨®n de los padres es que sus hijos coman, pero lo que tienen que entender los padres es que es mejor que el ni?o no coma algo a que coma algo que no le alimenta. Que le aporte calor¨ªas no quiere decir que le aporte nutrientes. Es preferible que el ni?o no meriende o no cene a que coma productos que no le alimentan; y por productos que no le alimentan me refiero, por ejemplo, a que es mejor que no meriende a que meriende boller¨ªa industrial.
En una sociedad con tanta comida, un ni?o con la nevera llena de alimentos saludables no va a tener desnutrici¨®n. Sin embargo, s¨ª vemos ni?os con exceso de peso desnutridos desde el punto de vista de los nutrientes. Los padres deben saber que un ni?o no es responsable de lo que come. A un ni?o hay que educarle para que coma bien y sano igual que le educamos en otros aspectos.
P. ?El peso o una constituci¨®n m¨¢s delgada influyen a la hora de ofrecer productos insanos m¨¢s relajadamente con la idea de que el ni?o ¡°no est¨¢ obeso¡±?
R. Claro que influye. Todav¨ªa estamos asociando comer mal con el exceso de peso. Sin embargo, hay muchos ni?os, y muchos adultos, que est¨¢n comiendo mal pero que no tienen exceso de peso u obesidad. Uno de los efectos de la mala alimentaci¨®n es el peso, pero no es el ¨²nico. El exceso de productos ultraprocesados puede causar en el futuro patolog¨ªas como la diabetes, la hipertensi¨®n, el c¨¢ncer o enfermedades mentales como la depresi¨®n.
La mayor preocupaci¨®n de los padres es que sus hijos coman, pero lo que tienen que entender los padres es que es mejor que el ni?o no coma algo a que coma algo que no le alimenta
P. Hablamos de sobrepeso y obesidad pero, ?qu¨¦ enfermedades est¨¢is viendo en los ni?os que antes solo se ve¨ªan en los adultos?
R. En las consultas vemos a ni?os con deformaciones de los huesos por exceso de peso, con hipertensi¨®n, con diabetes tipo II, con problemas de depresi¨®n y de autoestima debido al sobrepeso¡ Todas las enfermedades relacionadas con el sobrepeso en edad adulta son susceptibles de aparecer en un ni?o.
P. ?Cu¨¢l es la primera regla para que los ni?os coman verdura?
R. La primera regla para que un ni?o coma verdura es que en esa casa se coma verdura. Para que un ni?o coma bien su familia tiene que comer bien. No podemos pretender que un ni?o coma verdura o fruta si no se lo ofrecemos y si no lo comemos nosotros. En muchos hogares espa?oles con ni?os la verdura no forma parte de la dieta, cuando deber¨ªa estar presente a diario en su alimentaci¨®n.
Un ni?o a partir del a?o puede comer exactamente lo mismo que el resto de la familia siempre que esa comida sea de calidad y saludable. En la familia debe haber un ¨²nico men¨². El momento de la comida en familia deber ser un momento agradable. Por ello no debemos ni pelear, ni gritar, ni amenazar a nuestros hijos para que coman. Simplemente hay que explicarles que les ofrecemos esos alimentos porque son buenos para su salud y su crecimiento. Con que los prueben es suficiente. Poco a poco su paladar se ir¨¢ educando. Pero no conseguiremos nada si cuando no quieren comer les ofrecemos una alternativa. Es importante para conseguir estos objetivos poder comer en familia siempre que sea posible. Si los horarios laborales no permiten compartir comidas a diario, hay que intentarlo al menos los fines de semana porque los ni?os aprenden m¨¢s de lo que ven que de lo que se les dice.
P. Adem¨¢s de no obligar tambi¨¦n dices en el libro que la comida no debe ser un premio ni un castigo.
R. Si consideramos que la alimentaci¨®n es fundamental para la salud de nuestros hijos resulta incomprensible que usemos la comida para premiar o castigar. Castigar a un ni?o sin comer es innecesario y contraproducente si lo que pretendemos es que entienda que comer bien es importante para ¨¦l. Tampoco podemos premiarle d¨¢ndole un capricho que no sea bueno para su salud.
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