H¨¦roes de?la ciencia espa?ola
No est¨¢n todos los que son, pero estos son algunos de los referentes de la exitosa producci¨®n cient¨ªfica hecha en Espa?a. M¨¢s all¨¢ de problemas enquistados como la falta de inversi¨®n en la investigaci¨®n, el desarrollo y la innovaci¨®n, reunimos a destacados protagonistas del ¡®milagro¡¯ que logran contra pron¨®stico cientos de miles de investigadores.
POCOS DISCUTEN hoy el papel ?decisivo que la ciencia est¨¢ desempe?ando y habr¨¢ de desempe?ar en el pr¨®ximo futuro para que las naciones logren salir de la crisis y alcanzar niveles adecuados de progreso y bienestar (¡). Sobre Espa?a no pesa ninguna maldici¨®n hist¨®?rica que nos impida participar, junto con el resto de pa¨ªses industria?lizados, en el vertiginoso cambio tecnol¨®gico que se desarrolla ante nuestros ojos¡±.
Son palabras que podr¨ªa haber escrito hoy cualquiera de los 126.633 cient¨ªficos que, seg¨²n el INE, trabajan en Espa?a. O de los entre 15.000 y 20.000 que investigan fuera del pa¨ªs, seg¨²n estiman diversos c¨¢lculos. Y sin embargo las escribi¨® en 1985 Jos¨¦ Mar¨ªa Maravall, entonces ministro de Educaci¨®n y Ciencia, en la revista Mundo Cient¨ªfico.
Conocer el fondo del mar
Francisco S¨¢nchez.?Investigador del Instituto Espa?ol de Oceanograf¨ªa (IEO) en Santander, nacido en Madrid y criado en Extremadura, Francisco S¨¢nchez (1955) tuvo siempre claro que quer¨ªa estudiar el mar. Lleva 35 a?os en la capital c¨¢ntabra analizando c¨®mo proteger estos ecosistemas. Fue el responsable de identificar y proteger una enorme monta?a submarina frente a las costas de Asturias, El Cachucho, que en 2008 se convirti¨® en la primera ¨¢rea marina protegida de Espa?a. Picos de Europa consigui¨® el estatus de zona protegida casi un siglo antes, en 1914. Adem¨¢s de El Cachucho, se han identificado en Espa?a otros 10 parques nacionales del mar que est¨¢n en el proceso de ser tambi¨¦n declarados como tales. La intenci¨®n de este cient¨ªfico es estudiar los efectos que las actividades pesqueras provocan en estos ecosistemas. Conocer los fondos de los mares y oc¨¦anos del planeta precisa de una tecnolog¨ªa cara y compleja. "Es m¨¢s complicado que ir al espacio". Por eso, su ilusi¨®n es que todo sirva para que la sociedad entienda que el mar debe dejar de ser "el gran est¨®mago de la humanidad".
¡°Lo que m¨¢s me llama la atenci¨®n cuando hablamos de la ciencia en Espa?a es que llevamos m¨¢s de 30 a?os con el mismo diagn¨®stico en la mano¡±. La reflexi¨®n es del austriaco Peter Klatt, vicedirector del Centro Nacional de Biotecnolog¨ªa (CNB). Klatt lleva 21 a?os investigando y gestionando ciencia en Espa?a, y ha sido asesor del ministerio del ramo en la etapa de Cristina Garmendia (2008-2011). El resto del extenso art¨ªculo de Maravall se dedicaba a desgranar las dificultades que sigue sufriendo la ciencia espa?ola hoy (escasez de recursos, problemas de contrataci¨®n de personal, trabas burocr¨¢ticas, falta de autonom¨ªa de las instituciones) y concluye asegurando que la inversi¨®n en ciencia e innovaci¨®n es ¡°pura cuesti¨®n de supervivencia del pa¨ªs¡±. ¡°Al hablar de esto otra vez me siento como un h¨¢mster en una rueda¡±, reflexiona Klatt.
Treinta a?os con el mismo diagn¨®stico, 30 a?os con las soluciones a la vista, 30 a?os con el enfermo en estado terminal y 30 a?os con cient¨ªficos extraordinarios que tiran de vocaci¨®n, imaginaci¨®n y tiempo robado a la vida personal para mantener a Espa?a en el sue?o de que, alg¨²n d¨ªa, las cosas podr¨ªan cambiar.
Para qu¨¦ la ciencia. Amaya Moro-Mart¨ªn es astrof¨ªsica. Trabaja en el Space Telescope Science Institute (STScI) en Baltimore (EE UU). Es su segunda estancia en el pa¨ªs. Tras una d¨¦cada investigando en el extranjero, decidi¨® volver a Espa?a, pero ¡°al comprobar que no ten¨ªa ninguna estabilidad laboral¡±, de nuevo volvi¨® a Estados Unidos y no tiene previsto moverse de all¨ª. Cuando se le pregunta qu¨¦ diferencia observa entre investigar en Estados Unidos, el primer pa¨ªs del mundo en producci¨®n cient¨ªfica, y hacerlo en Espa?a, resume: ¡°?Poder hacerlo!¡±.
La virtud de la investigaci¨®n b¨¢sica
Pilar Mart¨ªn.?El trabajo de esta cient¨ªfica del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) es un ejemplo perfecto del valor de la llamada investigaci¨®n b¨¢sica o fundamental. La miocarditis es una enfermedad autoinmune del coraz¨®n, que es peligrosa principalmente por un motivo: sus s¨ªntomas se confunden con los del infarto de miocardio y, de hecho, un 10% de los enfermos supuestamente infartados que llegan a urgencias sufren en realidad miocarditis. El problema es que el tratamiento del infarto puede empeorar la situaci¨®n, de ah¨ª la relevancia de realizar un diagn¨®stico correcto de una forma simple y r¨¢pida. Pilar Mart¨ªn (Madrid, 1973) ha descubierto un biomarcador que con una sola gota de sangre puede detectar la miocarditis en minutos y que ya se est¨¢ probando con pacientes en hospitales de la Comunidad de Madrid, Asturias y Boston (EE UU). "Los investigadores b¨¢sicos y los cl¨ªnicos suelen hablar idiomas distintos", explica Mart¨ªn, que se siente "orgullosa" de que su investigaci¨®n sea un ejemplo de lo contrario. "Necesitamos transformar la ciencia b¨¢sica en mejoras para la sociedad", explica, "porque si los ciudadanos entienden ese valor, tambi¨¦n comprender¨¢n por qu¨¦ la ciencia necesita m¨¢s recursos. La investigaci¨®n", reflexiona, "no puede depender del esfuerzo casi heroico de los cient¨ªficos y el malvivir de los becarios".
¡°Es necesario que la idea de que la ciencia es el motor de la econom¨ªa en el mundo moderno prenda en la sociedad¡±, dice Carlos Matute, director del Centro Achucarro para la Neurociencia en Bilbao. ¡°Invertir en ciencia es invertir en el futuro econ¨®mico del pa¨ªs¡±.
La ciencia no es un capricho de pa¨ªses ricos. Es m¨¢s bien al rev¨¦s: los pa¨ªses se hacen ricos porque su sistema productivo prima la innovaci¨®n. Los 10 del mundo m¨¢s innovadores son tambi¨¦n los que muestran mayores niveles de bienestar, seg¨²n el ?ndice de Innovaci¨®n de Bloomberg. Todos tienen en com¨²n que invierten de media entre el 2% y el 3% de su PIB en investigaci¨®n, desarrollo e innovaci¨®n (I+D+i). Espa?a apenas supera el 1%. ¡°La ciencia y la tecnolog¨ªa han conseguido que Estados Unidos sea el mejor pa¨ªs sobre la Tierra¡±, dijo en 2016 su entonces presidente, Barack Obama. Ese esfuerzo inversor, del 2,8% del PIB, es responsable directo de m¨¢s de la mitad del ?desarrollo econ¨®mico de Estados Unidos desde la II Guerra Mundial.
¡°Es necesario que la idea de que la ciencia es el motor econ¨®mico prenda en?la sociedad¡±
¡°A veces caemos con demasiada facilidad en el derrotismo, y eso no es justo con la realidad¡±, reflexiona Cristina Garmendia, que fue ministra de Ciencia casi cuatro a?os y ahora preside la Fundaci¨®n para la Innovaci¨®n Cotec. ¡°La situaci¨®n del sector en Espa?a es mucho mejor ahora que hace 30 a?os. Nos hemos situado entre los primeros pa¨ªses del mundo en producci¨®n cient¨ªfica, tenemos centros de excelencia que son una referencia mundial, disponemos de grandes infraestructuras¡ Las bases para ser una potencia cient¨ªfica las tenemos¡±. Y sin embargo, no hemos sabido explotar ese potencial. Seg¨²n un informe de 2012 del C¨ªrculo C¨ªvico de Opini¨®n, si Espa?a hubiera invertido desde 1970 en I+D el mismo porcentaje que el resto de pa¨ªses de la OCDE, en el a?o 2005 habr¨ªamos sido, por cabeza, un 20% m¨¢s ricos.
?Por qu¨¦ el coraz¨®n est¨¢ en el lado izquierdo del cuerpo?
?ngela Nieto.?Investigadora del Instituto de Neurociencias de Alicante, ?ngela Nieto (Madrid, 1960) cuenta que no se acuerda de cu¨¢ndo decidi¨® dedicarse a lo que hace porque no recuerda ning¨²n momento de su vida "en el que no quisiera ser cient¨ªfica". Amante de los juegos de qu¨ªmica, que su madre le escond¨ªa por temor a que explotara la casa, lo que m¨¢s le atra¨ªa era la biolog¨ªa molecular, por eso de "mezclar cosas y encontrar algo nuevo". Entre las m¨²ltiples cosas nuevas que ha encontrado Nieto en su carrera se encuentran varios descubrimientos muy relevantes en torno al desarrollo embrionario de vertebrados, y el ¨²ltimo de ellos es uno de los m¨¢s espectaculares: ha descubierto por qu¨¦ tenemos el coraz¨®n en el lado izquierdo del cuerpo. Nieto, autora de m¨¢s de 120 art¨ªculos de investigaci¨®n, ha recibido decenas de galardones; entre ellos, el Premio Jaime I de Investigaci¨®n B¨¢sica (2009). Y cree que, si le hubieran preguntado hace 30 a?os, habr¨ªa dicho que estar¨ªa haciendo algo muy parecido a lo que hace ahora porque, como otros muchos cient¨ªficos, nunca pens¨® "en hipotecas ni en sueldos". "Los salarios no son competitivos para los cient¨ªficos en este pa¨ªs, pero nunca he querido hacer nada m¨¢s, porque la ciencia es rigor, generosidad, conocimiento, libertad y progreso. No hay nada mejor".
Un pa¨ªs de espaldas a la investigaci¨®n. Nadie sabe de d¨®nde procede la idea de que Espa?a no es un pa¨ªs de ciencia. Pero ese t¨®pico pesa como una losa desde que Miguel de Unamuno escribi¨® a Jos¨¦ Ortega y Gasset una carta en 1906 en la que se confesaba ¡°anti?europeo¡±, y a?ad¨ªa: ¡°?Que ellos inventan cosas?, inv¨¦ntenlas¡±. La divisi¨®n desgraciada entre ciencias y letras ha llevado a gran parte de la poblaci¨®n a pensar que la ciencia no es cultura, y el escaso inter¨¦s de muchos profesionales y autoridades para transmitir los logros de la I+D ha mantenido a los investigadores en una especie de torre de marfil del imaginario popular, aislados, inalcanzables, encerrados en sus laboratorios, con sus batas blancas y sus placas de Petri.
¡°Somos creadores, intelectuales, la investigaci¨®n es creaci¨®n¡±, se revuelve la bioqu¨ªmica y bi¨®loga ?ngela Nieto. Ella ha sido una de las elegidas por El Pa¨ªs Semanal para mostrar la fuerza y la grandeza de la ciencia espa?ola, a menudo escondida en los medios bajo banderas, declaraciones pol¨ªticas, sucesos y goles. Son todos los que est¨¢n, pero, desde luego, no est¨¢n todos los que son. Cientos de miles de personas acuden cada d¨ªa a un centro de investigaci¨®n o una universidad para tratar de avanzar en el conocimiento de nuestro organismo, nuestros or¨ªgenes, nuestro comportamiento, los fen¨®menos f¨ªsicos que nos rodean, el planeta que estamos destrozando, las galaxias y los fondos marinos que querr¨ªamos explorar. Si alg¨²n d¨ªa descubrimos la cura contra el c¨¢ncer o que no estamos solos en el universo, ser¨¢ gracias a ellos.
Invertir hoy en ciencia no suma votos, mientras que recortar el dinero dedicado a ella tampoco los resta
Esta profesi¨®n es, seg¨²n datos de la Fundaci¨®n Espa?ola para la Ciencia y la Tecnolog¨ªa, la segunda m¨¢s valorada en Espa?a, solo por detr¨¢s de los m¨¦dicos. A continuaci¨®n se sit¨²an profesores e ingenieros. Pero solo el 16% de los espa?oles se muestran interesados por la ciencia y la tecnolog¨ªa, y de los no interesados, el 33% aseguran que es porque no la entienden. Casi la mitad de los espa?oles, el 44%, consideran su formaci¨®n al respecto ¡°baja o muy baja¡±, seg¨²n la misma fuente.
¡°Los ciudadanos deben comprender que todo aquello que se?alan como su principal preocupaci¨®n en las encuestas, como la salud, la conservaci¨®n del medio ambiente o incluso el paro, tiene su respuesta en la ?inversi¨®n en conocimiento. Hay que explicar a los ciudadanos que apoyar la ciencia es bueno para ellos, que no es una reivindicaci¨®n corporativista. Si esto ocurre, la ciencia tendr¨¢ influencia en los resultados electorales¡±, explica Garmendia.
Secretos del cerebro
Carlos Matute.?Nicol¨¢s Ach¨²carro fue un pionero de la investigaci¨®n del cerebro. En su honor se cre¨® en 2012 el Centro Achucarro para la Neurociencia en Bilbao, promovido por Ikerbasque y la Universidad del Pa¨ªs Vasco (UPV/EHU), el ¨²nico en el mundo centrado en esta idea: conocer las c¨¦lulas gliales, las cuidadoras de las neuronas, para mejorar el estudio y tratamiento de las enfermedades neurodegenerativas. Son las c¨¦lulas m¨¢s numerosas del cerebro. Pero el conocimiento sobre ellas es menor que el de las neuronas, a pesar de nutrirlas, alimentarlas, darles soporte estructural y participar en la comunicaci¨®n neuronal. "Se sab¨ªa que en el cerebro hab¨ªa neuronas y algo m¨¢s, y ese algo m¨¢s son las c¨¦lulas gliales, que son fundamentales para entenderlo", explica el director del centro, Carlos Matute (Zaragoza, 1956). Como la mayor¨ªa de los centros de investigaci¨®n espa?oles, en septiembre de 2013 la Comisi¨®n Europea premi¨® al centro Achucarro con el galard¨®n HR Excellence in Research, que reconoce a las instituciones comunitarias que mejor gestionan y cuidan a su personal.
La tormenta perfecta. Pero hoy d¨ªa invertir en ciencia no suma votos. Y recortar el dinero dedicado a ella tampoco los resta. La mayor parte de los pol¨ªticos hablan en campa?a sobre la necesaria transformaci¨®n de la econom¨ªa espa?ola, desde el ladrillo, el sol y la playa hasta la ciencia y la innovaci¨®n. Pero eso solo ha ocurrido en momentos puntuales y cuando ha habido dinero. En ¨¦poca de crisis, uno de los primeros lugares a los que se dirige la tijera administrativa es a la ciencia.
¡°Llevamos oyendo que la ciencia se muere en Espa?a muchos a?os. Y la ciencia en Espa?a est¨¢ vibrante¡±, dec¨ªa en una entrevista con este diario el pasado mes de mayo el (breve) ministro de Econom¨ªa Rom¨¢n Escolano, despertando una indignaci¨®n desconocida en el colectivo cient¨ªfico. Y tienen razones para ello.
El d¨¦ficit acumulado en el sistema espa?ol de innovaci¨®n es de 20.000 millones de euros desde 2009, ¡°a causa de la sucesi¨®n de recortes presupuestarios encadenados desde ese a?o¡±, que fue el momento de mayor financiaci¨®n de la ciencia, explica en un documento la Confederaci¨®n de Sociedades Cient¨ªficas de Espa?a (COSCE). Mientras la UE destinaba a I+D un 27,4% m¨¢s en cinco a?os, en Espa?a recort¨¢bamos un 9,1%. Invertimos en ciencia menos que hace 10 a?os, un 1,19% del PIB, lej¨ªsimos de la media de la UE, que est¨¢ ya en el 2,03%. Y en 2016, el Gobierno dej¨® sin gastar el 67% de ese ya disminuido presupuesto, seg¨²n la COSCE.
La guerrera de las galaxias
Casiana Mu?oz-Tu?¨®n.?Canarias es uno de los tres mejores lugares del mundo para observar el cielo, junto con Chile y Haw¨¢i. Y parte de la responsabilidad de que eso sea as¨ª es de Casiana Mu?oz-Tu?¨®n (C¨®rdoba, 1960) ¡ªen la imagen, retratada en el Observatorio del Roque de los Muchachos, en La Palma¡ª. Esta investigadora del Instituto de Astrof¨ªsica de Canarias (IAC), que estudia "c¨®mo evolucionan y rejuvenecen las galaxias hoy d¨ªa", lidera tambi¨¦n el Grupo de Calidad del Cielo, cuyo trabajo ha sido fundamental para convertir al IAC en uno de los mejores centros de astrof¨ªsica del mundo y para la candidatura canaria a albergar el TMT, el telescopio m¨¢s grande del hemisferio norte. "Desde los setenta se intu¨ªa que el cielo de las islas era uno de los mejores para la astronom¨ªa, pero ahora ya lo hemos estudiado y sabemos que es una realidad", explica la investigadora, que se licenci¨® en f¨ªsica y termin¨® especializ¨¢ndose en astrof¨ªsica, una de las disciplinas m¨¢s atractivas de la ciencia, "donde sientes que lo que haces interesa a tus amigos". Pero cree que se necesita un "gran" trabajo entre cient¨ªficos, pol¨ªticos y empresarios para que la sociedad entienda que los investigadores no piden "un trato especial", sino "ser ¨²tiles". "Los ciudadanos han invertido mucho en nosotros, pero no para que seamos una clase privilegiada, sino para ser el motor de la sociedad, en un lugar que deber¨ªa estar preparado para recibirnos y en el que podamos aportar".
¡°Es hasta comprensible que pis¨¢semos el freno en un primer momento, cuando Europa nos impon¨ªa ajustes, pero el hecho de que siguieran haci¨¦ndose recortes cuando la econom¨ªa empezaba a recuperarse demuestra que no se confiaba en la ciencia, que se esperaba crecer de otra manera, que yo desconozco¡±, reflexiona la exministra Garmendia.
Con todo, y acostumbrados a lidiar con presupuestos muy bajos o directamente rid¨ªculos, los investigadores han seguido trabajando. Espa?a es el und¨¦cimo pa¨ªs del mundo en producci¨®n cient¨ªfica, seg¨²n la clasificaci¨®n de Scimago, el mismo puesto en el que estaba en 1996. El problema es que ha ca¨ªdo hasta el puesto 38? en impacto de esa producci¨®n, es decir, en ciencia de bandera, lo cual sugiere que ¡°las pol¨ªticas han estado orientadas a mantener la producci¨®n sin preocuparse de la calidad¡±, explica F¨¦lix de Moya, investigador del Instituto de Pol¨ªticas y Bienes P¨²blicos del CSIC y fundador del grupo Scimago. Adem¨¢s, las colaboraciones internacionales en proyectos han pasado del 32% en 2003 al 46% en 2015, lo que sugiere que los profesionales est¨¢n buscando dinero en otros lugares, sobre todo en Europa.
Pero el problema de la ciencia no es solo de escasez de recursos. Lo que est¨¢ ahogando ahora mismo a los organismos p¨²blicos de investigaci¨®n es la burocracia, excesiva e interminable, sobre todo desde que, en 2014, el Ministerio de Hacienda impuso la intervenci¨®n previa de organismos p¨²blicos, incluidos los de investigaci¨®n. Hay ejemplos a decenas y son sangrantes. Francisco S¨¢nchez, del Instituto Espa?ol de Oceanograf¨ªa (IEO), describe la situaci¨®n como ¡°dantesca¡±. ¡°Plantear cualquier peque?a compra o hacer un contrato es una pesadilla. Da igual que la financiaci¨®n est¨¦ o no est¨¦, la mayor parte del trabajo es mover papeles. La labor de la ciencia es sostener todo el aparato burocr¨¢tico asociado a ella¡±, resume, explicando, por ejemplo, que ha tardado dos a?os para contratar a una persona, ¡°y no siempre con el perfil concreto que necesit¨¢bamos¡±, a?ade por su parte Peter Klatt. ¡°Estamos pagando a cient¨ªficos altamente cualificados para que pierdan una cantidad ingente de tiempo con tr¨¢mites burocr¨¢ticos y problemas administrativos¡±, resume. Los centros tienen restringida la contrataci¨®n indefinida desde 2012, y eso ha llevado a muchos gestores a concatenar contratos temporales como si fueran indefinidos. Y as¨ª, los tribunales han obligado a readmitir o a indemnizar a 242 trabajadores de los organismos p¨²blicos de investigaci¨®n entre 2013 y 2017.
Bioinform¨¢tica sin l¨ªmites
Roderic Guig¨®.?Investigador del Centro de Regulaci¨®n Gen¨®mica (CRG) en Barcelona, Roderic Guig¨® (Barcelona, 1959) es uno de esos cient¨ªficos nacidos de la cantera de F¨¦lix Rodr¨ªguez de la Fuente, cuando todos los ni?os de Espa?a so?aban con ser bi¨®logos. Sin embargo, a principios de los a?os setenta comenz¨® a trabajar con ordenadores y a programar, y se decant¨® por una disciplina, la bioinform¨¢tica, que ahora tiene una relevancia que el investigador nunca lleg¨® a "so?ar", confiesa. Premio Nacional de Investigaci¨®n 2017, ha trabajado en el Proyecto Genoma Humano y en el consorcio internacional Encode ¡ªsu continuaci¨®n¡ª con el objetivo de descifrar el significado biol¨®gico de la secuencia del genoma. "El progreso de la gen¨®mica depende del progreso tecnol¨®gico. Y a la ciencia espa?ola le falta ambici¨®n y la capacidad de pensar que podemos liderar".
¡°Lo que ha ocurrido con la ciencia en Espa?a demuestra una falta de visi¨®n total. Los equipos se desmontan, dejamos de hacer cosas que tienen valor, muchos investigadores se marchan y otros dejan de venir¡±, afirma ?scar Llorca, investigador del Centro Nacional de Investigaciones Oncol¨®gicas (CNIO). ¡°La burocracia nos asfixia¡±, incide Pilar Mart¨ªn, del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC). ¡°Si seguimos as¨ª, esto es irreversible, estamos perdiendo una generaci¨®n de cient¨ªficos¡±, a?ade ?ngela Nieto. ¡°No somos menos inteligentes que los alemanes y probablemente estemos igual de bien formados, pero necesitamos m¨¢s inversi¨®n e infraestructuras¡±, explica Carlos Matute. ¡°Si no tienes motivaci¨®n, no tienes ideas, y sin ideas no tienes ciencia¡±, resume Roderic Guig¨®, del Centro de Regulaci¨®n Gen¨®mica (CRG).
Los investigadores espa?oles creen que tambi¨¦n hay que redefinir la carrera cient¨ªfica para que resulte clara y atractiva para los j¨®venes, renovar las plantillas, reducir la endogamia, comprar tecnolog¨ªa de frontera que nos permita hacer tambi¨¦n ciencia de frontera, crear las condiciones para atraer el talento internacional, mejorar la transferencia de la investigaci¨®n b¨¢sica a la pr¨¢ctica cl¨ªnica, la relaci¨®n con las empresas y el mecenazgo, y que se tomen decisiones pol¨ªticas cient¨ªficamente informadas.
Hasta hace unas semanas, estas reivindicaciones eran ignoradas. Ahora, por primera vez desde 2011, hay un ministerio dedicado a la ciencia y la innovaci¨®n, y un ministro, conocido por la sociedad y reconocido por los investigadores, que puede revertir la situaci¨®n. ¡°?Que qu¨¦ le pido a Pedro Duque? Que escuche¡±, resume F¨¦lix de Moya. Y el ministro asegura que est¨¢ escuchando.
Salvar al lince
Miguel ?ngel Sim¨®n. Es el director del proyecto Iberlince (Sevilla). "Soy muy perseverante, aunque los dem¨¢s me llaman m¨¢s bien cabez¨®n". Miguel ?ngel Sim¨®n (Ja¨¦n, 1954) explica as¨ª, entre risas, su empe?o en dedicarse a la conservaci¨®n de especies incluso aunque su padre fuera cazador, o quiz¨¢ por ello. El amor al campo y la naturaleza, "aunque no a pegar tiros", le llev¨® a estudiar biolog¨ªa primero y despu¨¦s a averiguar las razones de la desaparici¨®n del quebrantahuesos en la sierra de Cazorla. Luego vinieron los linces. La primera campa?a para la protecci¨®n de este felino en peligro de extinci¨®n ten¨ªa un presupuesto de cinco millones de pesetas. El a?o pasado, el proyecto Iberlince, que Sim¨®n dirige, gestion¨® 34 millones de euros. En esta idea revolucionaria para salvar a este hermoso felino est¨¢n implicadas 22 entidades, entre Administraciones de Espa?a y Portugal y socios privados. En 15 a?os han conseguido multiplicar por cinco el n¨²mero de ejemplares en la pen¨ªnsula Ib¨¦rica, hasta los 547. "El lince ib¨¦rico es un patrimonio natural ¨²nico, exclusivo, por eso es tan importante conservarlo", razona Sim¨®n.
Un astronauta en el ministerio. Ocho millones de espa?oles siguieron la aventura de Pedro Duque cuando viaj¨® a la Estaci¨®n Espacial Internacional, en octubre de 1998. Pas¨® nueve d¨ªas en el espacio y realiz¨® una treintena de experimentos, relacionados con el crecimiento de plantas y el envejecimiento humano. Este ingeniero aeron¨¢utico (Madrid, 1963) volvi¨® cinco a?os despu¨¦s y pas¨® otros 10 d¨ªas en el espacio. El rostro, el nombre y el reconocimiento del ¨²nico astronauta nacido en Espa?a resuelven otro de los problemas cl¨¢sicos de la ciencia: la invisibilidad. ¡°Ya tenemos un ministro que es visible, y eso es fant¨¢stico; ahora falta lo dem¨¢s¡±, dice Pilar Mart¨ªn.
¡°Empatizo mucho con ¨¦l¡±, dice la exministra Garmendia, ¡°y a t¨ªtulo personal trat¨¦ de contarle las cosas que me hubiera gustado saber, y nadie me cont¨®, cuando llegu¨¦ como ¨¦l a la pol¨ªtica sin experiencia¡±.
¡°En la ciencia espa?ola ha habido demasiadas heroicidades¡±, dice el astronauta y ministro Pedro Duque
Pedro Duque cuenta a El Pa¨ªs Semanal que desde que fue nombrado ministro de Ciencia, Universidades e Innovaci¨®n se ha dedicado a formar equipo y escuchar a los investigadores. Tiene, dice, ¡°folios llenos de apuntes¡± y ahora comienza a saber qu¨¦ debe proponer al Gobierno para cambiar el rumbo del sector espa?ol. Entre las medidas obvias e inmediatas, el levantamiento de la intervenci¨®n previa de los centros, que negocia con Hacienda. Y tambi¨¦n obvio, pero a medio plazo, ser¨¢ el incremento de los recursos en los pr¨®ximos presupuestos, algo que ¨¦l no duda que ocurrir¨¢. ¡°Este Gobierno tiene la prioridad de cambiar el modelo productivo, estabilizar la ciencia y asegurarse de que se cierre el c¨ªrculo con la transferencia al sistema de innovaci¨®n. En la ciencia espa?ola ha habido demasiadas heroicidades¡±, dice. Y aunque reconoce cierto v¨¦rtigo por todas las esperanzas que hay puestas en su nombramiento, cree que, despu¨¦s de muchos a?os reclamando que la ciencia ocupe el lugar que le corresponde en el sistema productivo espa?ol, admite: ¡°ahora me toca a m¨ª. Y tengo mucho inter¨¦s en darle salida a esa esperanza¡±.
Observar las c¨¦lulas con m¨¢ximo detalle
?scar Llorca.?Director del Programa de Biolog¨ªa Estructural del CNIO (Madrid), ?scar Llorca (Tudela, Navarra, 1968) resume la complejidad de la investigaci¨®n que realiza con una frase: "No podr¨ªa haberlo hecho en ning¨²n otro sitio". Su equipo trabaja mano a mano con otros grupos del centro para comprender la estructura de mol¨¦culas clave en la reparaci¨®n del ADN y as¨ª dise?ar f¨¢rmacos que bloqueen esos procesos en c¨¦lulas tumorales. Lo m¨¢s novedoso de su investigaci¨®n es que utiliza una t¨¦cnica, la criomicroscop¨ªa electr¨®nica, que est¨¢ llamada a revolucionar la biolog¨ªa porque permite observar las c¨¦lulas con un detalle que nunca antes se hab¨ªa conseguido. El proyecto de Llorca ha sido uno de los 21 elegidos para recibir una financiaci¨®n de un mill¨®n de euros del Human Frontiers Science Program, de entre casi 900 ideas presentadas para revolucionar la biolog¨ªa. El investigador cree que en su centro son "unos privilegiados", pero reconoce que los cient¨ªficos espa?oles muchas veces pal¨ªan la falta de recursos con "ingenio y tiempo". "Falta personal e infraestructuras, pero adem¨¢s la ciencia est¨¢ cada vez m¨¢s relacionada con la tecnolog¨ªa de frontera, y para conseguirla debemos buscarla fuera de aqu¨ª", explica. Un criomicroscopio electr¨®nico de alto nivel cuesta unos cuatro millones de euros. En Alemania hay unos 40; en Reino Unido, 20 o 30. En Espa?a, ninguno.
El futuro. La ciencia en Espa?a ¡°camina a gatas, vacilante, insegura, sumisa, temerosa de alzar la cabeza y mirar al cielo¡±, escrib¨ªa hace unos meses en este peri¨®dico, en un emocionante art¨ªculo, el investigador Miguel Delibes de Castro. Pero el cambio de rumbo en la pol¨ªtica cient¨ªfica ha dado nuevas esperanzas a unos profesionales que quieren dejar de ser h¨¦roes. Roderic Guig¨® recomienda al nuevo ministro ¡°observar los centros que se han creado al margen del sistema [CSIC y universidades] y copiar y adaptar la estructura de esos centros, donde la investigaci¨®n es din¨¢mica, funciona la meritocracia, hay movilidad en las plantillas, oportunidades para los m¨¢s j¨®venes y se atrae talento internacional¡±. ¡°Los desaf¨ªos que tenemos por delante son tan grandes que necesitamos los mejores cerebros para afrontarlos¡±, coincide Matute.
Peter Klatt, que aunque naci¨® en Austria tambi¨¦n tiene la nacionalidad espa?ola desde 2000, ha conocido oportunidades para investigar fuera de Espa?a, pero nunca ha querido irse. En parte por razones personales, explica, y en parte por el orgullo de demostrar a sus familiares y amigos que Espa?a no es el Tercer Mundo. ¡°Aqu¨ª se hace muy buena ciencia. Me alucina la capacidad de supervivencia que tienen los investigadores¡±, explica. ¡°Ahora tengo esperanzas. Pero sin cambios legislativos y sin m¨¢s dinero estaremos igual, con o sin Pedro Duque¡±.?
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