Un pilar fundamental para ¡°no dejar a nadie atr¨¢s¡±
El derecho a la ciudad es una reivindicaci¨®n y acuerdo colectivo sobre c¨®mo implementar el desarrollo sostenible con un enfoque de derechos humanos
¡°?Qu¨¦ es hoy la ciudad para nosotros?¡±. ?talo Calvino en su libro Las Ciudades Invisibles lanzaba esta pregunta en una obra dedicada a los espacios urbanos, que ya en 1972 comenzaban a ser inhabitables. En palabras de Calvino: ¡°La crisis de la ciudad demasiado grande es la otra cara de la crisis de la naturaleza¡±. En este sentido, el derecho a la ciudad, t¨¦rmino que si bien est¨¢ de moda representa una bandera pol¨ªtica reivindicada desde hace muchas d¨¦cadas por la sociedad civil, defiende un nuevo paradigma de asentamientos humanos basados en los principios de justicia social y espacial, igualdad, democracia y sustentabilidad. No se trata de una apolog¨ªa del crecimiento urbano infinito e injusto, sino de la necesidad de un cambio profundo para garantizar una vida digna en cada territorio.
Matizar¨ªamos entonces la pregunta de Calvino agregando ?qu¨¦ son hoy las ciudades y los asentamientos humanos para nosotras y nosotros? , o mejor: ?qu¨¦ deber¨ªan ser? Con esta pregunta nos remitimos a la Declaraci¨®n de la Agenda 2030 que incluye un Objetivo de Desarrollo Sostenible dedicado a las ciudades y asentamientos humanos sostenibles, el ODS 11: ¡°Lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles¡°. En este compromiso, firmado por 193 estados en 2015, se declara el deseo de lograr ¡°un mundo de respeto universal por los derechos humanos¡±. Por lo tanto, las ciudades deber¨ªan ser el reflejo de ese mundo, y es precisamente lo que defiende el derecho a la ciudad: territorios comunes, de derechos, gestionados por y para todas y todos.
En esta l¨ªnea se posiciona la Nueva Agenda Urbana (NAU) firmada en 2016, esta hoja de ruta de las ciudades materializa el compromiso mundial con la urbanizaci¨®n sostenible. La NUA manifiesta que las ciudades y asentamientos humanos deber¨¢n ser aquellos espacios donde ¡°todas las personas puedan disfrutar de iguales derechos y oportunidades, as¨ª como sus libertades fundamentales, guiados por los prop¨®sitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas, incluido el pleno respeto del derecho internacional". Agenda que por cierto incluye el Derecho a la Ciudad en sus p¨¢rrafos 11 y 12, compartiendo el ideal de ¡°una ciudad para todos, en cuanto a la igualdad en el uso y el disfrute de las ciudades y los asentamientos humanos, buscando promover la integraci¨®n y garantizar que todos los habitantes, tanto de las generaciones presentes como futuras, sin discriminaci¨®n de ning¨²n tipo, puedan crear ciudades y asentamientos humanos justos, seguros, sanos, accesibles, asequibles, resilientes y sostenibles, y habitar en ellos ¡ ideal conocido como derecho a la ciudad¡±.
No obstante, el derecho a la ciudad no deber¨ªa considerarse un ideal sino una meta real y necesaria si se quieren lograr los compromisos adquiridos por Naciones Unidas. La sociedad civil, en alianza con muchos gobiernos locales de todo el mundo, llevan d¨¦cadas trabajando en ello. Se trata de una creaci¨®n colectiva ascendente, desde las bases, personas de todo el mundo que luchan, se organizan y defienden la creaci¨®n de espacios para todas y todos. Son las alianzas globales de intercambio y apoyo como la Plataforma por el Derecho a la Ciudad quienes hacen eco de este trabajo, tal y como destaca el ¨²ltimo informe de Ecosoc sobre los progresos realizados en la implementaci¨®n de la NAU, en su p¨¢rrafo 44. Este mismo informe tambi¨¦n hace menci¨®n a los esfuerzos por ¡°consagrar el Derecho a la Ciudad¡± y establecer coherencia e integraci¨®n entre las agendas mundiales (p¨¢rrafo 10).
Perspectiva de derechos humanos
La crisis urbana, de vivienda y de tierra que vivimos hace bastante inhabitable el mundo actual, un mundo en las que las ganancias y los c¨¢lculos econ¨®micos est¨¢n por encima del bienestar, la dignidad, las necesidades y los derechos de las personas y la naturaleza. Este posicionamiento nos ha llevado al escenario actual en el que la crisis de la vivienda, la destrucci¨®n de la naturaleza, la expulsi¨®n de personas y comunidades de sus hogares, la migraci¨®n y el aumento de n¨²mero de desplazados y refugiados, y tantas otras vulneraciones de derechos hacen infinita la lista de desaf¨ªos para lograr cumplir la Agenda 2030 y la Nueva Agenda Urbana. Si no se revierten los retos actuales y se permite que los espacios donde vivimos sean lugares donde se escuchen las diferentes necesidades y se den respuestas espec¨ªficas, los compromisos de la Agenda 2030 y NAU quedar¨¢n solo en compromisos de papel.
Existe una demanda ciudadana a nivel global, que exige m¨¢s participaci¨®n en las decisiones, as¨ª como mayor acceso a los beneficios materiales, pol¨ªticos y simb¨®licos
El reto est¨¢ en ¡°no dejar a nadie ni a ning¨²n territorio atr¨¢s¡± y para ello debemos incorporar seriamente el enfoque del Derecho a la Ciudad, que conecta los Derechos Humanos y permite la mejor implementaci¨®n de la Agenda 2030 y la Nueva Agenda Urbana. Este ser¨¢ el mensaje que la Plataforma Global por el Derecho a la Ciudad lleve a Naciones Unidas con ocasi¨®n del Foro Pol¨ªtico de Alto Nivel (HLPF por sus siglas en ingl¨¦s), que tiene el objetivo de dar seguimiento a la implementaci¨®n de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), entre el 9 y el 18 de julio del presente a?o.
En este encuentro anual de estados, sector privado, autoridades locales y sociedad civil que monitorea las actividades de desarrollo de manera integrada, el Derecho a la Ciudad tiene un programa propio dentro y fuera de Naciones Unidas y un posicionamiento pol¨ªtico claro: los derechos humanos en el centro de la implementaci¨®n.
Como en tantos otros foros alejados de los movimientos sociales y las problem¨¢ticas de la vida cotidiana, centraremos nuestros esfuerzos en llamar la atenci¨®n sobre las luchas locales y globales de comunidades de todo el mundo que trabajan d¨ªa a d¨ªa por la defensa del derecho a la ciudad, facilitando la participaci¨®n de organizaciones y colectivos cuyas voces son habitualmente silenciadas o no escuchadas.
La Plataforma Global por el Derecho a la Ciudad se har¨¢ eco de las denuncias, reclamos y propuestas de las y los compa?eros de Abahlali Base Mjondolo, el movimiento urbano m¨¢s grande tras el apartheid en Sud¨¢frica, que lucha por la tierra y sufre persecuciones por parte del gobierno; de las comunidades Masai a quienes el Gobierno de Tanzania ha dejado sin hogar y enfrentan niveles abrumadores de abusos contra los derechos humanos; a las familias afectadas por la tragedia e incendio del edificio de Sao Paulo, a las comunidades desalojadas en El Espino, El Salvador, y a tantas otras luchas por la democratizaci¨®n de los espacios de decisi¨®n, de la preservaci¨®n y ampliaci¨®n de los espacios p¨²blicos, y de que ninguna persona o grupos sociales sufren discriminaci¨®n.
El debate pretende calar tambi¨¦n en el caso del Derecho a la Vivienda, otro gran desaf¨ªo actual que poco a poco va calando tambi¨¦n en las Naciones Unidas. As¨ª el HLPF ha recogido la adopci¨®n de una Declaraci¨®n de Ciudades por el Derecho a la Vivienda (Cities for Housing), presentada el 15 de julio. En este texto, ciudades globales como Barcelona, Nueva York, Londres, Berl¨ªn, Madrid, Par¨ªs, Montreal, Montevideo, ?msterdam o Ciudad de M¨¦xico han acordado un posicionamiento internacional para reclamar medidas globales que permitan frenar la expulsi¨®n de vecinos de sus barrios. Se trata de una declaraci¨®n en el marco de la Campa?a The Shift, impulsada por Leilani Farha, relatora especial de Naciones Unidas y la red global de gobiernos locales y regionales- CGLU.
Existe una demanda ciudadana a nivel global, que exige m¨¢s participaci¨®n en las decisiones, as¨ª como mayor acceso a los beneficios materiales, pol¨ªticos y simb¨®licos que nuestras ciudades y nuestras sociedades tienen para ofrecer. El derecho a la ciudad plantea: ?qu¨¦ ciudad queremos? ?para qui¨¦n est¨¢ hecha y por qui¨¦nes? Queremos vivir en lugares que prioricen los derechos humanos.
El HLPF es una oportunidad para que la sociedad civil participe en el proceso de seguimiento y fortalecimientos de las pol¨ªticas y alianzas para el cumplimiento de los ODS y la NAU. Es un momento clave para clamar una bandera pol¨ªtica y una herramienta clave como el Derecho a la Ciudad, que responda a algunos de los desaf¨ªos m¨¢s asfixiantes de nuestro tiempo situando a las personas, la vida cotidiana, los cuidados, las aspiraciones y derechos humanos de todas y cada uno, verdaderamente en el centro.
Lorena Z¨¢rate y Nelson Saule pertenecen a la Plataforma por el Derecho a la Ciudad.
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