Madrid decidir¨¢ si multa a proxenetas y clientes antes de final de a?o

Las prostitutas y colectivos a favor del trabajo sexual est¨¢n en pie de guerra. El Ayuntamiento de Madrid debatir¨¢ durante los pr¨®ximos meses una ordenanza que sancionar¨¢ a proxenetas y clientes y ¡°se votar¨¢ antes de que acabe 2018¡±, asegura la impulsora de la ordenanza y portavoz del PSOE en el Ayuntamiento, Purificaci¨®n Causapi¨¦. No ser¨¢ f¨¢cil. En junio, el PSC de Barcelona propuso una iniciativa similar, que fue tumbada. El debate est¨¢ en plena efervescencia y las posturas m¨¢s arraigadas entre pol¨ªticos, colectivos o prostitutas se dividen entre abolicionistas o reguladoras.

No son los ¨²nicos municipios que lo han intentado. En M¨¢laga sigue vigente una ordenanza aprobada en 2013 que proh¨ªbe ofrecer servicios sexuales en la v¨ªa p¨²blica y, en Sevilla, se aprobaron m¨¢s sanciones para clientes en 2017. Adem¨¢s, las trabajadoras sexuales se enfrentan en toda Espa?a? a multas de 600 euros por exhibicionismo u ocupaci¨®n de la v¨ªa p¨²blica, debido a la Ley de Seguridad Ciudadana (m¨¢s conocida como Ley Mordaza).

Ninfa, trabajadora sexual del pol¨ªgono de Villaverde (Madrid) y miembro de la Agrupaci¨®n Feminista de Trabajadoras Sexuales (Afemtras), formada por aproximadamente 100 prostitutas que trabajan en la zona, exige el cese de "la persecuci¨®n" contra las prostitutas. ¡°Estamos en una situaci¨®n de indefensi¨®n total. Solo reivindicamos un sitio para trabajar donde no molestar y no ser molestadas¡±, se?ala.

Adem¨¢s de la Ley Mordaza, el ¨²ltimo intento de aprobar una ordenanza para prohibir la prostituci¨®n fue el pasado mayo en Barcelona. El PSC propuso centrar la lucha en la sanci¨®n a proxenetas y clientes. Tambi¨¦n quer¨ªa prohibir la publicidad que trata el cuerpo de la mujer como un objeto puramente sexual, pero Barcelona en Com¨² y ERC votaron en contra de la ordenanza y no sali¨® adelante a pesar de los apoyos del PDeCat y del PP.

De todas formas el PSC no se rinde. ¡°Estamos elaborando un texto de ordenanza nuevo porque vamos a seguir intentando prohibir la prostituci¨®n¡± afirma Carmen Andr¨¦s, portavoz del partido en el Ayuntamiento de Barcelona. En el PSOE la voz del abolicionismo es mayoritaria. La portavoz de igualdad socialista en el Congreso, ?ngeles ?lvarez, asegura que quieren ir m¨¢s all¨¢: ¡°Queremos legislar para que en el C¨®digo Penal el proxenetismo quede prohibido en cualquiera de sus circunstancias¡±. Oficialmente ya es una pr¨¢ctica ilegal, ¡°pero ahora solo se condena cuando las circunstancias son muy gravosas¡±, explica.

El ¨²ltimo informe sobre explotaci¨®n sexual y prostituci¨®n que public¨® en 2013 el Parlamento Europeo asegura que ¡°la prostituci¨®n tiene una dimensi¨®n mundial e implica entre 40 y 42 millones de personas, el 90 % de las cuales depende de un proxeneta¡±. Una cifra que reconocen aproximada, al ser una actividad il¨ªcita.

Las cifras tampoco est¨¢n claras en Espa?a. El Centro de Inteligencia Contra el Crimen Organizado, dependiente de la Secretar¨ªa de Estado de Seguridad afirmaba en 2016 que hay 45.000 personas en Espa?a ejerciendo la prostituci¨®n. Pero el jefe de la unidad de investigaci¨®n contra el crimen organizado de la Guardia Civil en Barcelona, el capit¨¢n Jos¨¦ ?ngel Gir¨®, aseguraba que eran 350.000.

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Asociaciones como Hetaira confirman que es imposible conocer esa cifra por la alegalidad de la prostituci¨®n en Espa?a. Esta agrupaci¨®n lleva m¨¢s de 20 a?os luchando por la defensa de las trabajadoras sexuales y Cristina Garaiz¨¢bal, cofundadora de la asociaci¨®n y psic¨®loga experta en temas de g¨¦nero, explica que el principal problema de las trabajadoras sexuales que ejercen libremente es la explotaci¨®n laboral, no sexual y cree necesario que la prostituci¨®n se reconozca como un trabajo. Sin embargo, Lola Maraver, coordinadora de Madrid de la Fundaci¨®n Cruz Blanca que lucha contra la venta de servicios sexuales y la trata de personas, se?ala que el abolicionismo es la ¨²nica soluci¨®n porque ¡°la prostituci¨®n es una forma de violencia contra las mujeres sea el caso que sea¡±.

Sara tiene 24 a?os y trabaja en un piso del centro de Madrid desde hace cuatro a?os. Gana un m¨ªnimo de 400 euros diarios, en un turno de ocho horas de lunes a viernes y no est¨¢ de acuerdo con la regulaci¨®n de la prostituci¨®n por motivos fiscales: ¡°No me gustar¨ªa que se regulase porque Hacienda se llevar¨ªa mucho del dinero que gano¡±, cuenta.

Mar¨ªa, sin embargo, no dispone de un lugar para ejercer. Tiene 25 a?os y se anuncia en p¨¢ginas web desde hace cinco, y acude a hoteles de Madrid a prestar sus servicios. Coincide con la opini¨®n de Sara: ¡°Ojal¨¢ yo fuera tan legal como para darme de alta en la seguridad social sabiendo que en negro cobrar¨ªa mucho m¨¢s¡±. Sin embargo, Judith, tiene m¨¢s de 40 y trabaja entre la calle del Barco y la calle de la Ballesta, (en Malasa?a, Madrid): ¡°Si me pongo mala, no como. Tener seguridad social y derecho a una pensi¨®n ser¨ªa una salvaci¨®n¡±.

La veterana activista feminista experta en g¨¦nero y cofundadora de la Asamblea Feminista de Madrid, Justa Montero, hace hincapi¨¦ en la variedad de situaciones que enfrentan las trabajadoras sexuales como Mar¨ªa, Sara y Judith. Ella aboga por permitir la prostituci¨®n si se ejerce libremente. El problema, se?ala, es que "este tipo de ordenanzas ponen el foco en el plano ideol¨®gico y no entran en profundidad en la complejidad de la prostituci¨®n¡±.

El caso de Judith, que trabaja en la calle, es el m¨¢s habitual en Espa?a, seg¨²n Teresa Navazo, experta en prostituci¨®n trans y voluntaria en Imaginam¨¢s (organizaci¨®n que ayuda a reducir la discriminaci¨®n y apoya la libre decisi¨®n de ser trabajadora sexual). La experta asegura que a principios de los 2000 se ganaba mucho dinero ejerciendo la prostituci¨®n, pero que ahora la gente lo hace por sobrevivir. Adem¨¢s, la nueva ordenanza perjudicar¨ªa a las prostitutas que ejercen en la calle, porque si se persigue al consumidor, ¡°negociar¨¢n los precios m¨¢s r¨¢pido para que no se sancione al cliente y eso afectar¨ªa la capacidad de negociaci¨®n de la prostituta¡±.

En eso coinciden todas las asociaciones proderecho a ejercer la prostituci¨®n: al final la m¨¢s perjudicada es siempre la mujer.?