La herida emocional que dejan las ces¨¢reas
Como cualquier intervenci¨®n quir¨²rgica, conlleva ciertos riesgos tanto para la madre como para el hijo, a nivel f¨ªsico, pero tambi¨¦n a nivel an¨ªmico
En 2015, seg¨²n datos del INE, un 26,66% de los nacimientos que se produjeron en Espa?a fueron por ces¨¢rea; una cifra muy alejada de la tasa ¡°ideal¡± de ces¨¢reas marcada por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS), que se sit¨²a entre el 10 y 15 por ciento. Adem¨¢s, seg¨²n explica Elena Gil, responsable de prensa de El parto es nuestro, existe gran variabilidad entre hospitales, entre comunidades aut¨®nomas y entre maternidades p¨²blicas (generalmente menores del 30%) y privadas (m¨¢s cercanas al 50%). ¡°Tomando la estimaci¨®n m¨¢s alta que fija la OMS, hay un 11% de ces¨¢reas que fueron practicadas de manera innecesaria. Esto se traduce en la friolera de 49.000 mujeres y beb¨¦s sometidas a una cirug¨ªa mayor sin justificaci¨®n m¨¦dica¡±, se?ala Gil. Desde la asociaci¨®n trabajan desde hace a?os para visibilizar y concienciar acerca del uso de este tipo de intervenciones solo cuando sea realmente necesario. Y, aunque creen que la situaci¨®n ha mejorado, sobre todo en la sanidad p¨²blica, ¡°donde s¨ª parece haber una apuesta por reducir las tasas de ces¨¢reas¡±, los datos apuntan a un ligero repunte actual debido, intuyen, al aumento de inducciones.
La primera ces¨¢rea de Almudena fue fruto de una ¡°mala inducci¨®n¡±, seg¨²n le confirmaron despu¨¦s de pasar por varios ginec¨®logos y matronas a los que acudi¨® a pedir opini¨®n en su segundo embarazo. ¡°Yo estaba muy ¡°verde¡±. Me indujeron el parto solo por estar de 41 semanas. Empezaron directamente con oxitocina, sin usar antes prostangladinas para preparar el cuello del ¨²tero, y me dijeron que si me encontraba molesta me pusiera la epidural. Me pareci¨® perfecto, pero a las cuatro horas de estar enchufada, como no hab¨ªa pasado de dos cent¨ªmetros me dijeron que el parto no progresaba y que me iba a ces¨¢rea; sin respetar tiempos y en ausencia de sufrimiento fetal. Fue una ces¨¢rea sin emergencia y a pesar de eso fue una chapuza, seg¨²n me dijo el cirujano que me atendi¨® la segunda vez. Si hoy llego a esa situaci¨®n s¨¦ que no me sucede lo mismo¡±. A aquella ces¨¢rea que Almudena define como ¡°inne-ces¨¢rea¡±, le sigui¨® una segunda ces¨¢rea que le reconcili¨® con estas intervenciones, y una tercera programada y aceptada, que en parte cerr¨® la herida emocional que a¨²n arrastraba por la primera experiencia. ¡°En mi caso es una espinita que me quedar¨¢ para siempre porque so?aba con parir de manera natural¡±, dice.
Las secuelas emocionales de una ces¨¢rea
Una ces¨¢rea, como cualquier intervenci¨®n quir¨²rgica, conlleva ciertos riesgos tanto para la madre como para el hijo, a nivel f¨ªsico, pero tambi¨¦n a nivel emocional. Seg¨²n Patricia Roncallo, psic¨®loga especializada en maternidad, las reacciones emocionales de las mujeres ante la ces¨¢rea pueden incluir un amplio abanico de sentimientos que cambian y se transforman con el tiempo: ¡°Mientras algunas mujeres pueden expresar tranquilidad o agradecimiento, para otras puede ser una experiencia enormemente abrumadora y sentir una gran tristeza o incluso presentar s¨ªntomas de trastorno de estr¨¦s postraum¨¢tico. Algunas madres pueden sentir desconocimiento hacia el beb¨¦ y otras no percibir la intervenci¨®n como algo significativo, hasta que no se encuentran de nuevo embarazadas o les falta poco para parir¡±.
Lo sabe Gloria Gil, madre de dos hijos, cuyo primer parto terminaba en una ces¨¢rea por "sufrimiento fetal" tras el intento de acelerar el proceso de parto en el hospital. ¡°Llegu¨¦ al hospital sin estar de parto, pero me dejaron en el paritorio porque no hab¨ªa camas disponibles. La matrona me advirti¨® de que ¡°iba para largo¡± y me anim¨® a ponerme la epidural, algo que acept¨¦ pese a que no quer¨ªa. Como el parto avanzaba lentamente, me rompieron la bolsa para acelerarlo, pero vieron que las constantes del beb¨¦ bajaban y se plantearon si podr¨ªa venir con una vuelta de cord¨®n, as¨ª que me llevaron a quir¨®fano¡±, cuenta Gloria, que no olvida el momento en el que comenzaron a rajar con el bistur¨ª sin que la epidural le hubiera hecho efecto o c¨®mo al despertar se sinti¨® ¡°vac¨ªa¡±. ¡°No sab¨ªa d¨®nde estaba mi hijo y no le vi hasta 24 horas despu¨¦s. Pas¨¦ un posparto con episodios de estr¨¦s postraum¨¢tico y dificultades con la lactancia que logr¨¦ solucionar porque me empe?¨¦ mucho¡±, lamenta.
Mientras algunas mujeres pueden expresar tranquilidad o agradecimiento, para otras puede ser una experiencia enormemente abrumadora y sentir una gran tristeza o incluso presentar s¨ªntomas de trastorno de estr¨¦s postraum¨¢tico¡±
Una de las mayores quejas de las mujeres que han pasado una ces¨¢rea y que acuden al Parto es Nuestro es la separaci¨®n de sus beb¨¦s durante horas, que en muchas ocasiones va acompa?ada de una falta de informaci¨®n total sobre el estado de los reci¨¦n nacidos. Esto, para Elena Gil, hace que la experiencia sea muy traum¨¢tica, adem¨¢s de que dificulta el establecimiento del v¨ªnculo y el inicio de la lactancia. Desde la asociaci¨®n denuncian que algunas mujeres son atadas o inmovilizadas de ambos brazos, algo que consideran ¡°una pr¨¢ctica sin justificaci¨®n, violenta y que adem¨¢s impide que la madre pueda coger a su hijo¡±.
Y es que muchas veces no es por d¨®nde se nace sino c¨®mo. El hijo mayor de Nerea Zambrano nac¨ªa tras una ces¨¢rea programada en la semana 38 porque estaba de nalgas. Fue una ces¨¢rea en la que no estuvo acompa?ada por su pareja y de la que no olvida la sensaci¨®n de estar con los brazos en cruz y no poder sostener a su hijo cuando naci¨®. ¡°No pude hacer piel con piel y pese a haber salido todo bien, estuve dos horas y pico en una sala de reanimaci¨®n (por si surg¨ªan complicaciones, por puro protocolo). Me perd¨ª las primeras horas de vida de mi hijo y, aunque f¨ªsicamente estaba bien, emocionalmente siempre he sentido que ten¨ªa una espinita que no desapareci¨® hasta que naci¨® mi segunda hija en un parto vaginal precioso y muy respetado¡±.
Otro caso similar es el de Eul¨¤lia M. Carbonell, quien asegura que aunque su ginec¨®logo se esforz¨® mucho porque no fuera as¨ª, la ces¨¢rea fue algo fr¨ªo: ¡°No dejaron entrar a mi marido, me ataron las manos y solo pude ver unos segundos a mi hija y besarla antes de que se la llevaran. Tard¨¦ casi tres horas en verla, hasta que se me despertaron las piernas y me subieron a la habitaci¨®n d¨®nde ella me esperaba con su padre¡±. Si bien es cierto que los protocolos de actuaci¨®n y la buena praxis van a influir en la experiencia, tambi¨¦n lo hacen las expectativas con respecto al parto. Para Eul¨¤lia la ces¨¢rea supuso vivir la maternidad, incluso antes de que naciera su hija, con un profundo sentimiento de culpa y de frustraci¨®n: ¡°?Qu¨¦ clase de madre ser¨ªa para mi hija si no era capaz ni de traerla al mundo?¡±, comenz¨® a preguntarse cuando en la semana 38 le comunicaron que su hija ven¨ªa en podalica y que hab¨ªa muy pocas posibilidades de que girara porque ¡°era muy grande y ten¨ªa poco l¨ªquido¡±. Meses despu¨¦s del nacimiento de su beb¨¦ comprendi¨® que no se es ¡°menos madre¡± por parir por ces¨¢rea y aprendi¨® a perdonarse por pensar as¨ª. El parto vaginal de su segunda hija termin¨® por sanar sus heridas.
?C¨®mo es una ces¨¢rea respetada? Para Elena Gil, en primer lugar, debe estar justificada por motivos m¨¦dicos y la mujer debe ser informada de dichos motivos, as¨ª como de las alternativas, si existen, y dar su consentimiento. ¡°Salvo causa de fuerza mayor, la mujer debe estar consciente, acompa?ada de la persona que elija, y no se le debe separar de su beb¨¦ en ning¨²n momento. Se debe facilitar el comienzo de la lactancia de forma inmediata. Estas premisas hacen que la mujer viva la intervenci¨®n de una forma menos traum¨¢tica, favorecen el establecimiento del v¨ªnculo con su beb¨¦ y hacen que sea mucho m¨¢s probable el establecimiento de una lactancia exitosa¡±.
En su tercer embarazo, Almudena iba a intentar de nuevo parto vaginal con el apoyo total de su ginec¨®loga, pero al final los resultados de unos monitores la llevaron a ces¨¢rea programada. ¡°Fue totalmente respetada y tranquila. Hizo mucho conocer al equipo m¨¦dico, desde la ginec¨®loga, a la enfermera, la matrona y el anestesista, que fue el de mi segunda ces¨¢rea y lo recordaba con much¨ªsimo cari?o porque siempre se mostr¨® dispuesto a llevarme con mi beb¨¦ en cuanto terminaran de coserme para no perder tiempo en esas dos horas sagradas. Y sobre todo llevaba en la cabeza la frase que me dijo una matrona: "Aunque tengas tu parto so?ado, las circunstancias pueden ir cambiando. S¨¦ flexible en el sentido de que no dejes de disfrutar de lo que venga, porque ese hijo solo va a nacer una vez¡±. Y as¨ª lo hice¡±, recuerda.
La ces¨¢rea implica la p¨¦rdida del parto fisiol¨®gico tal y como la madre pudo haberlo imaginado, pero para la psic¨®loga Patricia Roncallo puede implicar tambi¨¦n ¡°la vulnerabilidad en que la sumerge el alejamiento de su pareja, la separaci¨®n temprana de su beb¨¦, no iniciar la lactancia espont¨¢neamente y una recuperaci¨®n lenta y dolorosa que puede dificultar el cuidado del beb¨¦¡±. Para la experta es importante saber que cuando una mujer siente o percibe que su experiencia con la ces¨¢rea no ha sido buena debe valorar hasta qu¨¦ punto esta vivencia afecta su d¨ªa a d¨ªa, su salud emocional y a su relaci¨®n con el beb¨¦ y en tal caso buscar el apoyo necesario.
Romper el silencio del posparto
En torno al posparto hay un enorme silencio que provoca que muchas mujeres vivan esta etapa vital con cierta soledad, malestar o incomprensi¨®n. Opina Patricia Roncallo que el sufrimiento de una madre durante el posparto puede ser desatendido, minimizado y eclipsado por la llegada del beb¨¦. ¡°Es frecuente que familiares y amigos no pregunten a la mujer m¨¢s all¨¢ de su recuperaci¨®n f¨ªsica, se espera que est¨¦ feliz y plena y se le rodea con frases hechas que pueden ser muy dolorosas como ¡°lo importante es que tu beb¨¦ est¨¢ sano¡±. Hay que tener en cuenta que mientras el silencio crece, la soledad y el dolor emocional lo hacen tambi¨¦n¡±, declara.
Salvo causa de fuerza mayor, la mujer debe estar consciente, acompa?ada de la persona que elija, y no se le debe separar de su beb¨¦ en ning¨²n momento. Se debe facilitar el comienzo de la lactancia de forma inmediata¡±
Nerea Zambrano recuerda el posparto tras la ces¨¢rea como una pesadilla, sobre todo por los comentarios del entorno y el aluvi¨®n de visitas que tuvo (¡°Necesitaba recuperarme y la intimidad de mi hogar y no fue posible. No me sent¨ª bien del todo hasta unos tres meses despu¨¦s de parir¡±). Admite que, si un posparto tras un nacimiento vaginal ya es duro, en el caso de la ces¨¢rea hay que sumar la recuperaci¨®n de la madre, que en muchos casos es larga y dura, por lo que anima a las madres que est¨¦n pasando por un posparto as¨ª a que pidan ayuda y apoyo, tanto al entorno como a los profesionales sanitarios. ¡°El trabajo de las matronas no acaba tras el parto, tambi¨¦n est¨¢n ah¨ª para acompa?ar en el puerperio¡±, dice.
En El Parto es Nuestro cuentan con una lista de apoyo e informaci¨®n llamada Apoyoces¨¢reas, germen de la asociaci¨®n, y que consiste en una lista de correo a la que las interesadas pueden suscribirse y en la que pueden compartir sus experiencias. ¡°Hay historias de ces¨¢reas traum¨¢ticas pero tambi¨¦n de partos vaginales tras esas ces¨¢reas, testimonios de superaci¨®n y mucha empat¨ªa y arrope¡±, cuenta su responsable de prensa.
A Gloria y a Almudena les ayud¨® mucho leer otras experiencias de mujeres que hab¨ªan pasado lo mismo que ellas. La psic¨®loga Patricia Roncallo cree que acudir a un grupo de apoyo, ya sea virtual o presencial, puede ser de gran utilidad para la madre. A?ade que, en funci¨®n de sus necesidades, puede ser de utilidad buscar un psic¨®logo perinatal con el que integrar la experiencia. ¡°El trabajo psicoterap¨¦utico puede orientarse al cuidado y fortalecimiento de la relaci¨®n madre-beb¨¦, a procesar la experiencia, a poner palabras a todas las emociones que frecuentemente incluyen sentimientos de culpabilidad y rabia intensa y a elaborar los duelos y las p¨¦rdidas que ha conllevado¡±, explica.
¡°Los ni?os de cesar¨¢ nacen m¨¢s guapos¡±; ¡°Lo importante es que est¨¢is bien¡±; ¡°Te has quitado los dolores del parto; ¡°Una ces¨¢rea es la mejor opci¨®n¡±; ¡°Qu¨¦ tonter¨ªa, si lo dicen los m¨¦dicos es por algo¡±; ¡°No es para tanto, muchas mujeres las sufren¡±; "Lo importante es que est¨¢is vivos". Son algunas de las frases que las entrevistadas han escuchado y consideran desafortunadas. ¡°Cada persona tiene derecho a expresar lo que siente tal y c¨®mo lo siente, a sacarlo fuera. No hay que decir nada, solo abrazar y acompa?ar. Es tan sencillo como eso¡±, concluye Almudena.
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