Tres maneras de entender el v¨ªnculo entre econom¨ªa naranja e innovaci¨®n
Nuevas dimensiones se suman a la ya tradicional mirada funcionalista de la innovaci¨®n
Por extra?o que parezca, hasta 1984 la palabra creatividad no aparec¨ªa en el diccionario de la Real Academia Espa?ola. Este sorprendente hecho se debe a que desde el Medioevo la actividad de creaci¨®n se consideraba de car¨¢cter exclusivamente divino. Mas all¨¢ de esta curiosidad ling¨¹¨ªstica, la creatividad humana, entendida como capacidad de abstracci¨®n y de generaci¨®n de ideas originales, ha sido fundamento central tanto de la producci¨®n art¨ªstica y cultural como del proceso de innovaci¨®n, definido este ¨²ltimo como la trasformaci¨®n de nuevas ideas en soluciones econ¨®micas y sociales orientadas a generar valor.
Cuando hoy hablamos de econom¨ªa creativa, su v¨ªnculo con la innovaci¨®n no resulta tan evidente para todo el mundo. En general, la palabra innovaci¨®n est¨¢ asociada con la mejora de atributos funcionales asociados a nuevos productos y servicios, enfatizando su car¨¢cter tecnol¨®gico. Esta caracter¨ªstica funcional tiene que ver, por ejemplo, con computadores m¨¢s poderosos, autom¨®viles m¨¢s r¨¢pidos, tel¨¦fonos m¨¢s inteligentes, servicios de transporte m¨¢s baratos. Es decir, principalmente con lo productivo. En cambio, la econom¨ªa creativa se funda en novedades en la est¨¦tica de los productos ¡ªel aspecto de los bienes y servicios, como tambi¨¦n en las emociones que se generen en los consumidores: un nuevo videojuego, una obra de teatro original, una mesa o silla con una forma ins¨®lita. En definitiva, la diferencia entre la est¨¦tica y la funcionalidad radica, por tanto, en la naturaleza de estos cambios. Por una parte, la funci¨®n de los productos, y por otra, sus formas.
Lo que s¨ª es parecido en ambos casos es que estos cambios generan un valor econ¨®mico el cual puede ser medido por un precio. De la misma manera que algunos consumidores est¨¢n dispuestos a pagar un precio m¨¢s alto por una computadora m¨¢s poderosa, otros est¨¢n dispuestos a pagar m¨¢s por una mesa de dise?o original, diferente de aquellas que puedes conseguir en una tienda, aunque ambas tengan la misma funci¨®n. De hecho, existen much¨ªsimos casos donde los aspectos est¨¦ticos de los productos y servicios son apreciados por encima de sus dimensiones funcionales. Piensen solamente cuantas veces han preferido comprar zapatos inc¨®modos, aunque bonitos.
En Am¨¦rica Latina y el Caribe, nos falta volvernos m¨¢s innovadores para obtener los beneficios que la creatividad y la innovaci¨®n traen consigo: desarrollo y prosperidad
Es as¨ª que cuando hablamos de impulsar la econom¨ªa creativa, o econom¨ªa naranja tal como la bautizamos en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), es donde toma fuerza la incorporaci¨®n de nuevas dimensiones a la ya tradicional mirada funcionalista de la innovaci¨®n, en lo que se ha definido como innovaci¨®n blanda. Existen tres maneras de entender c¨®mo se da el fen¨®meno de la innovaci¨®n en el contexto de la econom¨ªa creativa para as¨ª comprender sus particularidades y apoyarla de forma m¨¢s efectiva.
1. Innovaci¨®n dentro las industrias culturales y creativas
El primer tipo de innovaci¨®n es aquel que se da dentro de las industrias creativas. Estas industrias se caracterizan porque el valor del resultado final se debe principalmente o exclusivamente al contenido creativo que posean. As¨ª, la mayor¨ªa de los productos resultantes de estas industrias cabe en la definici¨®n de innovaci¨®n blanda. Sin embargo, puede haber tambi¨¦n innovaci¨®n en el sentido m¨¢s tradicional del t¨¦rmino, a trav¨¦s de mejoras tecnol¨®gicas en el proceso de producci¨®n o en la generaci¨®n de nuevas tipolog¨ªas de bienes y servicios creativos. De hecho, la evidencia sugiere que, en promedio, las empresas creativas son m¨¢s innovadoras que el resto de la econom¨ªa. Hollywood, por ejemplo, ha reconocido siempre el v¨ªnculo estrecho entre la tecnolog¨ªa y la industria cinematogr¨¢fica. Desde 1931 la Academia confiere un Oscar especial en reconocimiento a los desarrollos cient¨ªficos y t¨¦cnicos que hayan mejorado significativamente la producci¨®n y visualizaci¨®n de pel¨ªculas. Algo similar se observa en las dem¨¢s industrias creativas. La m¨²sica ha venido usando nuevos soportes tecnol¨®gicos para poder reproducir cada vez m¨¢s el sonido en la forma m¨¢s fielmente posible. Por su parte, la industria de la moda no solo encuentra constantemente nuevas posibilidades gracias al desarrollo de nuevos tejidos, sino tambi¨¦n puede mejorar su rendimiento a trav¨¦s de innovaciones tecnol¨®gicas en el proceso de producci¨®n de indumentaria. Sin embargo, es importante recordar que la raz¨®n de estas actividades siempre depender¨¢ de la capacidad de crear pel¨ªculas, canciones y dise?os nuevos y atractivos para el p¨²blico.
2. Innovaci¨®n como producto de las actividades de apoyo creativo
En segundo lugar, est¨¢ la innovaci¨®n que se produce en industrias tradicionales gracias al aporte de insumos creativos. De hecho, en las industrias en las que el producto final es principalmente funcional, los insumos est¨¦ticos pueden ser componentes clave del proceso de producci¨®n, al determinar c¨®mo perciben los consumidores la funcionalidad. La evidencia nos indica que las actividades de dise?o se asocian a mejoras significativas en cuanto a productividad, innovaci¨®n y ventas en cualquier sector. Por ejemplo, en la industria automotriz entre el modelo anterior de un autom¨®vil y el nuevo puede haber solamente unas pocas mejoras funcionales (algunas veces sumamente innovadoras), siendo la mayor¨ªa de las diferencias atribuibles a cambios est¨¦ticos. Lo mismo pasa con los tel¨¦fonos m¨®viles. Dentro del ¨¢mbito tradicional de la teor¨ªa de la innovaci¨®n, ninguno de estos cambios se considerar¨ªa innovaci¨®n (espec¨ªficamente innovaci¨®n t¨¦cnica) y ninguna de estas actividades se considerar¨ªa innovadora. Sin embargo, es la apariencia de los bienes y la reacci¨®n de los consumidores a su aspecto est¨¦tico lo que determina sustancialmente las ventas de un modelo y, consecuentemente, su valor.
La evidencia nos indica que las actividades de dise?o se asocian a mejoras significativas en cuanto a productividad, innovaci¨®n y ventas en cualquier sector
3. Tecnolog¨ªas desarrolladas por la industria creativa que se difunden en otros sectores
La industria creativa tambi¨¦n contribuye al desempe?o innovador de una sociedad, al aumentar la demanda de tecnolog¨ªas de punta. En particular, el desarrollo de tecnolog¨ªas digitales avanzadas, desarrolladas originalmente por las empresas creativas, pueden influir en la econom¨ªa en general, promoviendo la difusi¨®n de estas tecnolog¨ªas en otros sectores productivos. Piensen por ejemplo el impacto de la fotograf¨ªa y de la cinematograf¨ªa en el desarrollo de nuestra sociedad, o, m¨¢s recientemente al fen¨®meno de Pok¨¦mon Go y c¨®mo ha ayudado la propagaci¨®n de la realidad aumentada, abriendo infinitas posibilidades de aplicaci¨®n en otros ¨¢mbitos como el turismo, la educaci¨®n y la salud.
En Am¨¦rica Latina y el Caribe, la historia nos delata como una regi¨®n tremendamente creativa. Eso s¨ª, nos falta volvernos m¨¢s innovadores para obtener los beneficios que la creatividad y la innovaci¨®n traen consigo: desarrollo y prosperidad. Nos queda el desaf¨ªo y la oportunidad de sacar provecho de esta simbiosis, apuntando a que la econom¨ªa naranja se consolide cada vez m¨¢s como parte del diccionario y la caja de herramientas de las pol¨ªticas p¨²blicas orientadas a diversificar nuestras econom¨ªas, incrementar la calidad de los empleos y en definitiva, mejorar la calidad de vida de los habitantes de nuestra regi¨®n.
Jos¨¦ Miguel Benavente y Matteo Grazzi son especialistas de la Divisi¨®n de Competitividad, Tecnolog¨ªa e Innovaci¨®n del Sector de Instituciones para el Desarrollo del BID.
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