Un caso de canibalismo gal¨¢ctico en el vecindario de la V¨ªa L¨¢ctea
Un grupo de astr¨®nomos descubre lo que parecen los restos de una gran colisi¨®n entre una galaxia que ya no existe y Andr¨®meda
Dentro de 4.000 millones de a?os, Andr¨®meda colisionar¨¢ contra la V¨ªa L¨¢ctea. Im¨¢genes de telescopios como el Hubble y modelos matem¨¢ticos prev¨¦n la fusi¨®n entre las dos mayores galaxias del Grupo Local, la gran familia gal¨¢ctica que dominan con su descomunal capacidad de atracci¨®n gravitatoria. Pese a lo que nos puedan sugerir las im¨¢genes de los telescopios, las galaxias no son dens¨ªsimas bolas de luz. Los millones de estrellas que contienen est¨¢n separados por distancias inimaginables y cuando se produzca el choque entre las galaxias no cabe esperar impactos entre sus mundos. M¨¢s bien, ser¨¢ una reorganizaci¨®n progresiva que acabar¨¢ por formar una gigantesca galaxia el¨ªptica y mandar¨¢ al Sistema Solar a una regi¨®n a¨²n m¨¢s perif¨¦rica de la que ocupa en la V¨ªa L¨¢ctea.
Para saber lo que suceder¨¢, puede ser ¨²til mirar al pasado. Esta semana, en la revista Nature Astronomy, un grupo de cient¨ªficos ha publicado lo que puede considerarse un trabajo detectivesco del tiempo profundo. Observando a Andr¨®meda, han concluido que hace 2.000 millones de a?os cometi¨® un acto de canibalismo gal¨¢ctico. En aquel tiempo, junto a Andr¨®meda y la V¨ªa L¨¢ctea, hab¨ªa una tercera gran galaxia en el Grupo Local.
Dentro de 4.000 millones de a?os, nuestra galaxia colisionar¨¢ con Andr¨®meda
M32p, una galaxia con un nombre mucho m¨¢s anodino que sus compa?eras vivas, fue despedazada por Andr¨®meda, pero dej¨® un rastro de pistas que ahora han reconstruido astr¨®nomos de la Universidad de Michigan (EE UU). Seg¨²n cuentan, en torno a la galaxia can¨ªbal existe un gran halo de estrellas que ocupan un espacio mayor que la misma Andr¨®meda y junto a ella, una extra?a galaxia extremadamente compacta, con una densidad de estrellas que no se encuentra en casi ning¨²n otro lugar del universo. Tratar de explicar el origen de este objeto misterioso fue el inicio de la investigaci¨®n. Los autores del trabajo que aparece en Nature Astronomy afirman que esa galaxia sat¨¦lite, conocida como M32 y que podr¨ªa confundirse con una peque?a galaxia el¨ªptica, es en realidad el n¨²cleo de la galaxia atrapada por Andr¨®meda.
Adem¨¢s del halo de estrellas con restos de la antigua galaxia y el engrosamiento del disco de Andr¨®meda, los autores se?alan entre los indicios de la fusi¨®n un estallido de formaci¨®n de nuevas estrellas que coincide con el periodo de hace 2.000 millones de a?os en el que se encontraron las dos galaxias.
Las fusiones entre galaxias no son algo extra?o, pero el tama?o de esta s¨ª que la hace excepcional. M32p era al menos 20 veces mayor que cualquier galaxia engullida por la V¨ªa L¨¢ctea a lo largo de su historia. Seg¨²n explicaba Eric Bell, investigador de la Universidad de Michigan y coautor del trabajo, les sorprendi¨® saber que nuestra galaxia ¡°ten¨ªa un pariente de gran tama?o del que nunca hab¨ªamos sabido nada¡±. Estudios como el suyo tambi¨¦n pueden cambiar la idea sobre lo que sucede cuando dos galaxias se unen. Entre otras cosas, se ha observado que Andr¨®meda mantiene su forma espiral, con los brazos caracter¨ªsticos que tambi¨¦n tienen nuestra galaxia. En principio, se habr¨ªa esperado que la colisi¨®n hubiese producido una galaxia el¨ªptica, con una forma m¨¢s parecida a una esfera, pero los brazos de Andr¨®meda resistieron.
La acumulaci¨®n de datos sobre Andr¨®meda y sobre nuestra propia galaxia est¨¢ cambiando la idea que se tiene sobre c¨®mo ser¨¢ su futuro. Hasta este mismo a?o, se cre¨ªa que era mucho mayor que la V¨ªa L¨¢ctea y que acabar¨ªa absorbi¨¦ndola cuando llegase el encuentro. Sin embargo, un art¨ªculo publicado en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society en febrero calculaba que las dimensiones de las dos galaxias eran similares. Esta nueva informaci¨®n har¨¢ que debamos replantearnos lo que suceder¨¢ en el momento de ese choque que parece ineludible y llegar¨¢ dentro de 4.000 millones de a?os, m¨¢s o menos el mismo tiempo que lleva existiendo la Tierra.
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