"?Qu¨¦ ha pasado con todos los gimnasios de electroestimulaci¨®n que hab¨ªa en mi barrio?"
Los expertos aseguran que la pr¨¢ctica puede da?ar algunos ¨®rganos
Hasta casi antes de ayer brotaban como setas en oto?o en cada esquina. Hoy apenas sobreviven unos pocos. Donde antes se promet¨ªan cuerpos herc¨²leos con el m¨ªnimo esfuerzo hoy se abren cadenas de pizzer¨ªas, peluquer¨ªas o centros de manicuras. Una realidad que choca con la proliferaci¨®n de gimnasios low cost, estudios de boxeo, boxes de Crossfit y, en general, el auge de la vida sana y el deporte como estilo de vida.
"Se trata de un producto seguro, avalado por varios estudios cient¨ªficos, pero para un entrenamiento elitista", aclara Alexander P¨¦rez Rold¨¢n, ingeniero y director estrategia de AQ8 System, un fabricante de este tipo de dispositivos. Y a?ade: "Solo acudiendo una vez a la semana se pone en unos 100 euros al mes. Y eso es una cantidad muy alta, teniendo en cuenta que hay cuotas de gimnasio todo incluido por 20 euros". P¨¦rez Rold¨¢n explica que "en el primer momento muchos emprendedores sobreestimaron las posibilidades de negocio. Eso llev¨® a abrir m¨¢s locales de los que el mercado demandaba. Hoy quedan los que mejor servicio dan y les va estupendamente". Ahora la l¨ªnea de negocio est¨¢ enfocada a la exportaci¨®n porque "el mercado nacional se ha estabilizado".
El dolor ahuyent¨® a los clientes
Por si usted no tuvo conciencia del fen¨®meno o no llegaron a colonizar su barrio, le ponemos en antecedentes: se trata de unos mini trajes de neopreno con manga corta y tejido hasta la pantorrilla equipados internamente con multitud de electrodos. Se colocan sobre una camiseta de algod¨®n mojada (para conducir la electricidad y, se conectan a una m¨¢quina inteligente que emite impulsos el¨¦ctricos directos al m¨²sculo. La corriente provoca contracciones involuntarias muy intensas, mucho m¨¢s que si el sujeto estuviera d¨¢ndolo todo en el gimnasio. El electrofitness, que as¨ª se denominaba esta actividad, promet¨ªa con una sesi¨®n de 20 minutos obtener resultados similares a los logrados despu¨¦s de varias horas en el gimnasio d¨ªas tras d¨ªa. Por si fuera poco, auguraban resultados visibles a partir de la tercera o cuarta sesi¨®n: cambios en la figura, tama?o y calidad de los m¨²sculos y p¨¦rdida de grasa corporal.
Un caramelito que el p¨²blico ingiri¨® sin apenas leer el prospecto "y la prensa, sobre todo la de belleza, ensalz¨® como el m¨¦todo definitivo para perder peso. El problema es que los efectos nos eran tales. Los que acudieron bajo el reclamo de ponerse finos sin apenas esfuerzo se sintieron defraudados: no solo no adelgazaban lo esperado, sino que generaba unas agujetas demoledoras. Tanto que la siguiente sesi¨®n se hac¨ªa muy cuesta arriba", recalca Marcos Fl¨®rez, entrenador y director de la agencia de entrenadores a domicilio Estarenforma.com. "Muchos duraron con el entrenamiento lo que les dur¨® el bono. Una vez acabado, no renovaron. Y en poco tiempo, el negocio ha ido declinando por s¨ª solo".
Un "invento de locos" que puede generar da?os en varios ¨®rganos
Tambi¨¦n los expertos en ciencias de la actividad f¨ªsica han cuestionado la utilidad y, sobre todo, la seguridad de estos instrumentos."Si el est¨ªmulo sobrepasa demasiados m¨²sculos puede originar lesiones y dolor", explicaba a BuenaVida?Nicola Maffiuletti, especialista en fisiolog¨ªa muscular y uno de los mayores expertos mundiales en electroestimulaci¨®n. Entre los problemas que pode causar, este experto, citaba da?os a los ri?ones y el coraz¨®n, adem¨¢s de a la capacidad neurol¨®gica motora y la p¨¦rdida de eficacia en el entrenamiento deportivo.
En su lugar, Fl¨®rez apuesta por la constancia en el entreno y la supervisi¨®n de un profesional cualificado para avanzar paulatinamente. "En asuntos de salud saltarse pasos rara vez funciona. Los atajos, los tratamientos expr¨¦s, suelen tener una cara B". Desde su experiencia, relata que "en muchos de estos centros la persona que te pon¨ªa los electrodos pod¨ªa haber recibido ciertas directrices por parte del fabricante, pero muchas veces carec¨ªan de la cualificaci¨®n que se espera de un profesional de la actividad f¨ªsica".
La ubicaci¨®n de los propios electrodos se hac¨ªa "un poco a oj¨ªmetro: el mismo traje me val¨ªa a m¨ª y a una persona con caracter¨ªsticas f¨ªsicas muy distintas de las m¨ªas. Si a eso le a?adimos que durante la clase se realizaban sentadillas, planchas y press utilizando mancuernas peque?as (2 ¨® 3 kg) que obligaban al cuerpo a moverse, tenemos que las descargas ca¨ªan por aproximaci¨®n en la zona del m¨²sculo, pero no siempre sobre ¨¦l". Si el cliente se ven¨ªa arriba y no sent¨ªa que las contracciones le estuvieran dejando sin aliento, sol¨ªa pedir m¨¢s madera. O sea, m¨¢s electricidad. "Como aquello funcionaba de forma mec¨¢nica, el m¨²sculo trabajaba a destajo sin que el cerebro interpretara que se estaba produciendo una fatiga excesiva. Para entendernos, si t¨² est¨¢s levantando pesas, llega un momento en que sientes que no puedes m¨¢s y el sistema nervioso te obliga a parar porque no te quedan fuerzas. Aqu¨ª eso no suced¨ªa. Y los m¨²sculos quedaban destrozados. De ah¨ª las s¨²per agujetas. Era un invento de locos que provocaba tales micro roturas que hab¨ªa riesgo de colapsar el ri?¨®n con esas mega prote¨ªnas desgajadas de las fibras musculares, la creatina-fosfocinasa o la mioglobina. Lo que en urolog¨ªa se conoce como rabdomi¨®lisis. Todo menos sano".
Las agujetas siempre aparecen, el peligro est¨¢ en no poder moverse
Pero, ?tener agujetas al d¨ªa siguiente no es se?al de que hemos activados los m¨²sculos? ?No es una se?al de ir por el buen camino? "Agujetas vamos a tener siempre que ejercitemos algo que normalmente no ejercitamos. Si pintas en casa, tendr¨¢s agujetas en el brazo. Si montas en bicicleta por primera vez, ser¨¢ en las piernas. Eso es normal y se pasa en un par de d¨ªas. Otra cosa es sentir que no te puedes mover, que est¨¢s apalizado".
En cuanto a los supervivientes, su raz¨®n de existir es que "siempre quedan ciudadanos que no lo han probado y a¨²n caen seducidos por el reclamo de lograr un cuerpazo en tiempo r¨¦cord. Otros negocios son franquicias con un contrato de permanencia que duran hasta que se extingue esa obligaci¨®n. De hecho, los chalecos hoy se compran a la mitad de precio que cuando salieron. Y eso que ya los hay inal¨¢mbricos". Como aviso a navegantes, antes de concluir, recuerda que no todo est¨¢ perdido. Se puede adelgazar, ganar m¨²sculo o tonificar. Pero por el m¨¦todo tradicional de hacer deporte. "Lleva tiempo y esfuerzo, pero mejor eso a arriesgar la salud. O, simplemente, a sentir que has perdido el tiempo".
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