La tortuga boba llega a las playas espa?olas
La localizaci¨®n en dos semanas de tres nuevas hembras de tortuga boba en playas valencianas, algo inusual, abre la esperanza de que esta especie recale en nuestras costas
En los ¨²ltimos 200 a?os s¨®lo han anidado en el litoral valenciano cuatro tortugas bobas (Caretta caretta), una de las siete especies de tortuga marina considerada por la Uni¨®n Internacional para la Conservaci¨®n de la Naturaleza (UICN) en situaci¨®n dependiente o vulnerable. Espa?a busca que estos animales, habituales en zonas atl¨¢nticas y del mediterr¨¢neo oriental, no solo se alimenten en sus aguas sino que aniden en sus costas. La localizaci¨®n en apenas dos semanas de tres nuevas hembras de tortuga boba en playas valencianas, algo inusual en un ¨¢rea tan occidental, adem¨¢s de ser una buena noticia, ha permitido al grupo de trabajo de tortugas marinas al que pertenece la Fundaci¨®n Oceanogr¨¤fic de Val¨¨ncia -dedicada a la conservaci¨®n de animales- instalar un emisor GPS en el caparaz¨®n de las gr¨¢vidas para seguir su rastro y conocer donde colocan sus nidos. El objetivo es averiguar si se trata de una nueva colonizaci¨®n de estos reptiles.
¡°Si dejamos de trabajar con este animal, seguro que volver¨¢ a ser una especie amenazada¡±, explica el responsable de Conservaci¨®n de la Fundaci¨®n Oceanogr¨¤fic, Jos¨¦ Luis Crespo. ¡°Las tortugas marinas, adem¨¢s de ser animales muy carism¨¢ticos, son muy ¨²tiles como especie paraguas para la conservaci¨®n de los mares, porque despiertan simpat¨ªa y nos ayudan a cultivar la conciencia ambiental en peque?os y mayores¡±, explica Crespo.
Estas tortugas, que pueden llegar a medir 120 cent¨ªmetros de largo y pesar unos 160 kilos, se utilizan adem¨¢s como bioindicadores. De hecho, existe un proyecto europeo denominado Indicit que mide el impacto de la basura marina en estas especies en aguas europeas del Atl¨¢ntico y Mediterr¨¢neo. ¡°Lamentablemente, a las tortugas les pasa de todo: se enganchan en pl¨¢sticos o redes a la deriva y muchas de ellas se da?an las aletas y a veces hay que amputar", prosigue el conservador.
Primeros nidos en playas nuevas
Espa?a quiere que la tortuga boba se asiente en el litoral espa?ol, un proyecto en el que trabajan, entre otros organismos, el CSIC y la Junta de Andaluc¨ªa. Y una de las v¨ªas de trabajo son las playas de anidaci¨®n. ¡°No es novedoso para las aguas espa?olas que tengamos tortugas bobas; son parte de la fauna ib¨¦rica¡±, se?ala Juan Antonio Cami?as, investigador del Instituto Espa?ol de Oceanograf¨ªa (IEO-CSIC) de M¨¢laga. ¡°Lo que es interesante es que la especie est¨¢ buscando nuevas zonas de puesta¡±, matiza. En el Mediterr¨¢neo, la especie suele anidar en Grecia, Turqu¨ªa, Chipre o norte de ?frica pero, aunque a cuentagotas, la localizaci¨®n de m¨¢s tortugas en las playas espa?olas puede apuntar a una posible colonizaci¨®n.
En los registros no hab¨ªa nada en los ¨²ltimos 200 a?os en el litoral espa?ol. ¡°El primer nido se localiz¨® en 2001 en Vera (Almer¨ªa) y en la Comunidad Valenciana hay que remontarse a 2006 para localizar un nido en la playa valenciana de Puzol; y de ah¨ª saltamos a los a?os 2014, 2015 y 2016, en los que hemos tenido un nido cada a?o. Hay una oportunidad buen¨ªsima y nos tenemos que acostumbrar a que esto ocurra¡±, opina Crespo. ¡°Si conseguimos que vengan las tortugas y desoven en nuestras playas es una buena oportunidad para tomar medidas de recuperaci¨®n y protecci¨®n de la especie", a?ade el conservador del Oceanogr¨¤fic.
Estos nuevos desplazamientos del reptil pueden ser tambi¨¦n una respuesta al calentamiento global. Las principales playas de puesta est¨¢n muy calientes y en el caso de las tortugas marinas la temperatura de incubaci¨®n determina el sexo de los nacidos. En el caso de la especie boba para el Mediterr¨¢neo se estima que la temperatura de equilibrio est¨¢ en torno a los 29 grados y a medida que va subiendo nacen m¨¢s hembras.
Seg¨²n Crespo, la mayor¨ªa de playas a nivel mundial est¨¢n generando sobre todo hembras, lo que a medio plazo no es bueno porque rompe el equilibrio. Esta zona mediterr¨¢nea, en comparaci¨®n con Turqu¨ªa o Grecia, siempre ha sido una zona fr¨ªa en verano ¡°pero a lo mejor ahora podemos estar convirti¨¦ndonos en un lugar m¨¢s adecuado para los nidos¡±. Por eso es tan importante su seguimiento por sat¨¦lite.
La Red de Varamientos valenciana, que forman la Fundaci¨®n Oceanogr¨¤fic, la Consejer¨ªa de Medio Ambiente, la Universitat de Val¨¨ncia y la Universidad Polit¨¦cnica, se ocupa del programa de protecci¨®n y seguimiento de las tortugas marinas. A nivel estatal trabajan el CSIC y el Ministerio de Medio Ambiente.
¡°El a?o pasado no conseguimos nada pero este a?o de forma excepcional apareci¨® una tortuga en Matar¨®, puso huevos y se fue. Y aqu¨ª se detectaron luego tres hembras en diferentes playas valencianas y se activ¨® el protocolo del 112, as¨ª que nos dio tiempo a llegar, coger al animal y ponerle un transmisor en el caparaz¨®n. Luego continuaron camino", cuenta Crespo.
Intentos frustrados de puesta
La primera tortuga boba localizada este a?o en la costa valenciana fue Yaiza ¡ªtoman el nombre de la persona que la encontr¨®¡ª, concretamente el 27 de junio en Alboraia; el 30 de junio se localiz¨® a Mar¨ªa en Benic¨¤ssim, y el 9 de julio a Ana en Orihuela. Colocaron transmisores a las tres y sabemos que han intentado hacer nido pero se han ido de esta zona sin poner huevos. Muchas veces, las tortugas huyen porque se les molesta.
Ver¨®nica N¨²?ez, la coordinadora del Centro de Recuperaci¨®n de Especies Marinas (CREM) de Ibiza, recuerda el caso de una tortuga que sali¨® del mar tres noches consecutivas en 2015 para intentar desovar en la isla. En los tres casos se march¨® sin hacer nido, probablemente por los turistas. ¡°Adem¨¢s, los equipos de limpieza de playa pasan a las tres o cuatro de la ma?ana y pueden borrar los rastros que dejan las tortugas o incluso compactar los nidos¡±, a?ade N¨²?ez.
¡°En Espa?a no tenemos cultura sobre esto. Sabemos cu¨¢ndo vienen las golondrinas, cu¨¢ndo florecen los almendros, pero no hay tradici¨®n de ver tortugas en las playas¡±, explica Elena Abella, ec¨®loga experta en tortugas marinas de la Universidad de Vic. Por eso, tanto N¨²?ez como Abella colaboran en la educaci¨®n de turistas y trabajadores sobre el protocolo de avistamiento: llamar siempre al 112 y mantener la distancia.
La anidaci¨®n o nacimiento en la costa espa?ola es importante en estos casos porque una de las caracter¨ªsticas de la tortuga boba es su filopatria; es decir, la hembra tiende a poner huevos en la misma playa o zona donde naci¨® 30 a?os despu¨¦s. ¡°A ra¨ªz de los datos de gen¨¦tica que se han obtenido, pensamos que estamos viviendo una colonizaci¨®n en tiempo real¡±, dice Abella.
Los conservadores del Oceanogr¨¤fic creen que han desovado dos de las tortugas geolocalizadas: Yaiza parece que puso su nido en Argelia y Ana anid¨®, al parecer, en alguna playa entre Alicante y Murcia. A los investigadores les gustar¨ªa ser m¨¢s precisos pero las tortugas desovan de madrugada que es cuando el sat¨¦lite procesa menos se?ales porque cubre otras ¨¢reas del planeta. No obstante, el seguimiento les permitir¨¢ investigar en su patr¨®n de desplazamiento. Hace un a?o no encontraron nidos en el litoral valenciano pero s¨ª tortugas peque?as que la gente descubri¨® mientras paseaba por la playa.
La historia de Rosita y Charly
La pareja de tortugas boba Rosita y Charly nadan pl¨¢cidamente en una de las piscinas del Oceanogr¨¤fic de Valencia. Son parte de un proyecto del CSIC y la Junta de Andaluc¨ªa para la reintroducci¨®n de estos reptiles en el litoral espa?ol. Once a?os atr¨¢s se trajeron a Espa?a, tras un acuerdo del Gobierno canario, la Junta de Andaluc¨ªa y Cabo Verde, huevos de tortuga boba para incubaci¨®n; se metieron en playas de Canarias y Andaluc¨ªa, de tal manera que nacieran en costas espa?olas, para ver si luego regresaban.
El objetivo es aprender de estos animales, de su fisiolog¨ªa reproductora, y los conservadores creen que Rosita estar¨¢ preparada el a?o que viene para poner huevos. Tienen once a?os de vida y llevan a?o y medio en las instalaciones valencianas. Tardan entre 25 y 30 a?os en llegar a su madurez sexual pero en cautividad, como es el caso de esta pareja, se adelanta. ¡°Es una especie paraguas porque protegi¨¦ndola a ella proteges a todo el ecosistema¡±, concluye el responsable del centro de conservaci¨®n.
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