El conflicto olvidado en los Grandes Lagos africanos
Hace hoy 20 a?os que comenz¨® la denominada I Guerra Mundial Africana. Dur¨® casi un lustro y todav¨ªa quedan secuelas visibles
Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo (RDC) es solo gigante en t¨¦rminos territoriales, pues sufre un saqueo sistem¨¢tico y sostenido en el tiempo. El 2 de agosto de 1998 comenz¨® un conflicto en el centro de ?frica que, por su magnitud, se lo llam¨® ¡°I Guerra Mundial Africana¡±, y tambi¨¦n, en forma m¨¢s general, II Guerra del Congo. Este cap¨ªtulo de violencia es conocido en el historial del pa¨ªs, desde las barbaridades de Leopoldo II y su ¡°Estado libre del Congo¡±, el asesinato de Lumumba (1925-1961), la dictadura de Mobutu Sese Seko (1965-1997) y la guerra que gener¨® su ca¨ªda. Pero el conflicto desatado hace 20 a?os present¨® una novedad: un conglomerado de estados africanos enfrentado en dos bandos que abon¨® el conflicto interestatal m¨¢s grande y m¨¢s mort¨ªfero desde el final de la Segunda Guerra Mundial, con 3,3 millones de muertes entre el inicio y noviembre de 2002, seg¨²n una estimaci¨®n del Comit¨¦ Internacional de Rescate. El Acuerdo de Pretoria puso fin a la guerra en t¨¦rminos formales en diciembre de 2002, pero sus consecuencias llegan hasta el presente.
Causas y origen del ¡°genocidio congole?o¡±
RDC es rico y pobre a la vez. Compone un manantial de recursos naturales pero su aprovechamiento va en detrimento de la poblaci¨®n local, aunque ciertos sectores locales se beneficien. Una estatalidad muy d¨¦bil propicia el saqueo extranjero de dichos recursos, como diamantes, oro y colt¨¢n. Mientras tanto, el 63% de sus 83 millones de habitantes vivi¨® debajo de la l¨ªnea de pobreza en 2014 y la inflaci¨®n en 2017 trep¨® al 41,7% (CIA World Factbook), una de las m¨¢s alarmantes del planeta. La excolonia belga figura entre los pa¨ªses con el menor Indice de Desarrollo Humano del mundo.
Los medios de comunicaci¨®n, pese a la poca difusi¨®n de noticias sobre ?frica en general, comenzaron a esbozar la idea de un ¡°genocidio congole?o¡± apuntando a que la poblaci¨®n civil fue la principal v¨ªctima de la Segunda Guerra del Congo. En los meses previos se dio un cambio hist¨®rico, cuando un frente rebelde, con apoyo ruand¨¦s y ugand¨¦s, logr¨® la ca¨ªda y fuga del dictador Mobutu, en mayo de 1997. Laurent-D¨¦sir¨¦ Kabila, un antiguo guerrillero y l¨ªder de dicho frente, que conociera en los sesenta al Che Guevara durante su paso por RDC, se alz¨® con el poder. ?l logr¨® el ¨¦xito militar con el apoyo principalmente de dos vecinos: Ruanda y Uganda. Pero el v¨ªnculo de Kabila con ellos se debilit¨®, la oposici¨®n al nuevo l¨ªder comenz¨® a tildarlo de d¨¦spota y los dos pa¨ªses mencionados se pusieron en contra tras la decisi¨®n presidencial de expulsi¨®n de tropas extranjeras, que implicaba el retiro de ruandeses y ugandeses. Las poblaciones tutsis del este del pa¨ªs fueron vistas como agentes de Ruanda, y Kigali reaccion¨® invadiendo el territorio vecino como excusa para salvaguardarlas. Poblaciones que llevaban generaciones viviendo en esa regi¨®n y que sufrieron los efectos del genocidio ruand¨¦s de 1994.
Al menos ocho estados africanos se involucraron en la guerra sin olvidar potencias extra-continentales, como Estados Unidos
Los liberadores de la capital Kinshasa fueron los ej¨¦rcitos de Ruanda y Uganda, responsables principales de la derrota de Mobutu. Con escaso apoyo popular, Kabila no pudo proyectarse como la garant¨ªa de orden para su pa¨ªs y la flaqueza del poder sigui¨® su rumbo de all¨ª en m¨¢s. Tampoco cambi¨® mucho la situaci¨®n tras el recambio presidencial que sigui¨® a su asesinato y sucesi¨®n por su hijo, Joseph, en enero de 2001. En suma, RDC comenz¨® a ser vista como un Estado fallido, caballito de batalla de quien busca controlar riquezas, lo que impulsar¨ªa el avance ruand¨¦s y ugand¨¦s en suelo congole?o a partir de agosto de 1998.
Los bandos en cuesti¨®n
Al pedido de ayuda de Kabila frente a la invasi¨®n de sus antiguos aliados acudieron naciones africanas de la regi¨®n, entre las que se contaron Angola, Zimbabue y Namibia, y con su apoyo inicial el gobernante pudo contener la invasi¨®n y confinar a las tropas enemigas a la frontera oriental congole?a. El tama?o del Congo invit¨® a que el conflicto se ampliara regionalmente. Se calcula que del lado de los Kabila lucharon unos 126.000 hombres, del otro alrededor de 75.000, seg¨²n International Crisis Group.
Un conjunto de grupos armados se opuso al vencedor de Mobutu, incluso una facci¨®n escindida del bloque que derrot¨® al exmandatario de gorro de leopardo. El conflicto interno entre Kabila y la oposici¨®n se "internacionaliz¨®" a partir de la aparici¨®n de varios apoyos externos. El ¨¦xito de la resistencia del entonces presidente dependi¨® m¨¢s de la ayuda externa que del apoyo interno, a la cual financi¨® con ventas y concesiones de minerales. Al menos ocho estados africanos se involucraron en la guerra sin olvidar potencias extra-continentales, como Estados Unidos que apoy¨® a los rebeldes. Sud¨¢frica, fuerza del continente en esa ¨¦poca, mantuvo una pol¨ªtica de neutralidad y con ¨¢nimos de aplacar el conflicto. En efecto, la guerra culmin¨® en t¨¦rminos formales en diciembre de 2002, aunque los combates se prolongaron m¨¢s tiempo. Como sea, Kinshasa denunci¨® que el gobierno sudafricano vendi¨® armamento a Ruanda.
Consecuencias de largo arrastre
Como si millones de muertes y un ¨¦xodo masivo no fueran suficientes, al finalizar la guerra la regi¨®n oriental de RDC qued¨® revuelta, bajo el control de los grupos rebeldes que no aceptaron al gobierno central, incluso tras la paz formal. El empleo de ni?os soldado fue una constante en ambos bandos, con 30.000 en el peor momento del conflicto, y la mujer tambi¨¦n sufri¨®. La guerra provoc¨® que al pa¨ªs se lo comenzara a llamar ¡°capital mundial de la violaci¨®n¡± y ese desastre no cesa. En un semestre de 2006, en la zona oriental, fueron violadas 12.000 mujeres y menores, casi 70 violaciones diarias. La ¡°guerra mundial¡± gener¨® la misi¨®n de paz m¨¢s grande de la historia (e ineficaz). En resumen, estas consecuencias y otras m¨¢s las pagaron civiles, producto de la ambici¨®n, que por ejemplo llev¨® a extraer, desde 1998 a 2002, cuatro millones de kilos de colt¨¢n (por 684 millones de euros), seg¨²n Naciones Unidas. Esta guerra del colt¨¢n es parte de un "esc¨¢ndalo geol¨®gico", como definieron varios acad¨¦micos, que contin¨²a, aunque olvidado.
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